En plena libertad

Faltan adjetivos para describir el reciente concierto de Tania Libertad en el Teatro del Estado de Mexicali, la noche del jueves 16 de julio: impresionante, espectacular, emotivo, todo lo demás se queda corto. Fueron cerca de dos horas donde la soprano, peruana de origen y mexicana por adopción, hizo un recorrido por el folclore mexicano, el huapango, la balada, la trova y el canto nuevo, en función de su nuevo disco, “Por Ti y por Mí”. Carismática, sencilla y de muy buen humor, la ganadora del Grammy Latino por su excelencia musical bromeó sobre la venta de sus discos y la calificación de Disco de Oro por vender apenas 30 mil copias, y aunque no lo aclara, en sus 42 producciones ha logrado colocar más de 40 millones de unidades en el mercado musical. Puntual fue el concierto programado para las ocho de la noche, hora en que se escuchó la tercera llamada, que tomó fuera de su asiento a buen número de sus seguidores. Las notas al piano preceden a la tenue iluminación, los primeros aplausos y gente y más gente buscando sus lugares, mientras se escucha la fuerte voz: “…. dicen que por las noches nomás se le iba en puro llorar/dicen que no dormía, nomás se le iba en puro tomar/juran que el mismo cielo se estremecía al oír su llanto…”, estrofa de “Cucurrucucú Paloma” que retumbó en el teatro cachanilla a medio llenar. “Recuerdo mucho este teatro, me vio dar mis primeros pasos artísticos aquí en México, por ahí de los ochenta, ochentaiuno. Había como mil personas en ese concierto, siempre canté con mucho cariño, como lo hago hoy para todos ustedes”, expresó la artista, reconocida como una de las mejores cantantes del género que ahora llaman World Music. Ahí aprovechó para mencionar su nuevo disco, el cual -asegura- hizo tratando de volver a sus orígenes, con solo tres guitarras, como cuando tenía apenas nueve años de edad. “Quise recrear un poco ese ambiente”, refirió antes de entonar un vals peruano hecho por un mexicano, José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”,  titulado “El Tiempo que te Quede Libre”. Bien posicionada en el escenario continuaba con su repertorio, ahora con Cuco Sánchez y “Fallaste Corazón”, después se escucharía “Procuro Olvidarte”.  Acostumbrada a interactuar con el público, Tania Libertad aprovechó un momento para exponer que llegaba con un brazo fracturado -el derecho- y no lo podía abrir, por eso el micrófono en la izquierda, “y porque es tanto el afecto que traigo para ustedes”, dijo a manera de explicación, antes de contar la anécdota del bolero que seguiría en su repertorio y que está en el nuevo álbum. “Es el bolero que más le gustaba a Gabriel García Márquez, de quien tuve la suerte de ser amiga. Yo tenía que aprenderme este bolero en cada fiesta que nos encontrábamos, cada semana, cada quince días, y por andar haciendo muchas otras cosas, no me aprendía la canción; me daba vergüenza cantarla sin saber la letra y la iba posponiendo, de fiesta en fiesta, hasta que se me fue ‘Gabo’…”, comentó en alusión a “Nube Viajera”, del chiapaneco Jorge Macías. Luego siguió con “Gracias a la vida”, de la emotiva y radical chilena Violeta Parra, además de “Cielo Rojo”, “Unicornio Azul” y “No Soy de Aquí Ni Soy de Allá”. “Estamos colmados de ausencias, de ausencias que finalmente son presencias”, expuso la cantante antes de comentar su asistencia en la última boda de Armando Manzanero y donde también estuvo el recientemente fallecido Joan Sebastian, de quien retomó en su nuevo disco la canción “Diséñame”. Siguió con “Se Acabó la Fiesta”, “Para Vivir” y un popurrí de quien Tania llamó “San” Álvaro Carrillo; de ahí brincó a las “Noches de Boda” de Joaquín Sabina, pero sin duda con la que erizó la piel de los presentes fue con “Concierto para una Sola Voz”,  la cual interpretó con gran maestría, para sellar el recital con “El Breve Espacio” y la emblemática “Alfonsina y el Mar” interpretada a capela, emanada de su potente voz, sin micrófono, solo un haz de luz y como testigo su público.