¿Dónde quedaron millones?, de sueldos que se entregaron de maestros y “jubilones”, ¿a poco ya se perdieron? Al Gobierno no le conviene que los jóvenes estudien, pues sabe que el futuro viene y ellos los destituyen. No solo son los maestros, una culpa es del Gobierno, pero mucha parte es nuestra, el monstruo sigue durmiendo. La cultura educativa, sumamente devaluada porque se encuentra cautiva de prestaciones graduadas. Demasiados beneficios que gozan los profesores con vacaciones de oficio, magnos puentes ofensores. Los paros escalonados que realiza el Magisterio, no hay profes en los estrados, su regreso es un misterio. Luchan por sus intereses, los educandos no importan, sus beneficios con creces y sus sueldos les reportan. El maestro ya no es como antes, algunos tienen dos plazas, enseñaban bellas artes, no solo a llenar las panzas. Profesores con criterio, educador de abolengo, no rehenes del Magisterio, el ejemplo de donde vengo. Con la siguiente reflexión espero y les caiga el veinte, años antes la educación lograba ser un referente. Un joven al terminar la primaria, egresaban bien preparados, países y ciudades de memoria, capitales y sus estados. Las tablas de multiplicar, las divisiones y restas, las más fácil, las de sumar, hoy el bullying y sus rastras. El maestro era respetado, nos enseñaba civismo, daba mejor resultado que ahora, con su gran cinismo. Si un alumno era destacado quedaba exento de pruebas, ayudaba al más atrasado, le daba las buenas nuevas. El profesor lo exaltaba, lo motivaba en la clase, cuando el profe se ausentaba por su ejemplo era la base. Al alumno más rebelde lo conminaba a calmarse, le interesaba su suerte, lo instruía para amarse. No faltaban a la escuela honestos y muy responsables, su amistad dejó secuela por personas tan admirables. Los profesores de hoy en día aumentan sus prestaciones, los sindicatos son su guía, los paros sus soluciones. Dirigentes sindicales, las garrapatas sociales, son listos como chacales, sus sueldos son especiales. Negocian las soluciones, lo mismo que la Gordillo, regresen a los salones, ya llenamos el bolsillo. ¡Hasta cuándo, mexicanos, pondrán alto a los vividores otras culturas, hermanos, ejemplo de servidores! Y suelen ser más humanos y también trabajadores. Joel Vizcaíno Parra Tijuana, B. C.
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