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martes, febrero 20, 2024
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Aquiles: control criminal y policiaco

Controlando el narcotráfico que se comete en Tijuana desde Sinaloa, Alfonso René Arzate “El Aquiles” y su hermano René, continúan expandiendo sus áreas de influencia criminal. Un investigador explicó a ZETA la premisa criminal: “Pereciera que la gente de ´El Aquiles´ está matando a gente de todos los grupos, como a ‘Los Chapitos’, que antes estuvieron con él. Pero también existen antecedentes de que  lidercillos de todos los grupos se le están uniendo”. — ¿Eso tiene lógica? “No les queda de otra, es eso o los matan”. El agente, quien desea guardar el anonimato, ejemplificó: “Según datos preliminares de esta semana, el muerto de la Zona Este (Juan Manuel Esteban, ultimado el 1 de julio) y el muchacho de Otay (Pedro Hidalgo Pérez, acribillado el 2 de julio) eran trasegadores de la droga de Arzate hacia Estados Unidos, así que también a él le están pegando”. Esa es la conclusión tras el análisis de los recientes hechos criminales, realizada por dos investigadores. Por lo tanto, los homicidios incrementan. En nueve días transcurridos de julio, sucedieron 18 homicidios, que se suman a los 69 registrados en junio, 70 en mayo, 54 en abril y los 91 contabilizando en los primeros tres meses del año, hasta llegar a 312 asesinatos violentos en lo que va de 2015.    Adicionalmente, el asesinato del ex policía Blas Enrique Leyva Esparza -lo balearon el 2 de julio y murió en el hospital por la noche- generó entre la Policía Municipal de Tijuana inquietudes que se acrecentaron la noche del mismo jueves, cuando el agente ministerial adscrito a Rosarito, Saúl Colmeneros Martínez, fue atacado a balazos en la delegación de San Antonio de Los Buenos, en Tijuana. Atentado que fue seguido la noche del 4 de julio por la agresión con arma larga a Antonio Díaz Ponciano, agente del Grupo de Operaciones Especiales en la colonia Obrera. Aunque sospechan que el agresor pudo ser la ex pareja de una novia del oficial herido, pero igual -argumentaron- se trata de un narcomenudista. “(El atacante) Acababa de salir de la cárcel, alguien en la zona donde sirve a los vendedores de droga debió proporcionarle el arma larga con que intentó matarlo, y el permiso para hacerlo”, explicaron. Elementos de la Municipal manifestaron su inquietud por la forma en que están volviendo a escalar los niveles de corrupción al interior de la Secretaría de Seguridad Pública. “Esta semana el alcalde (Jorge Astiazarán) declaró ante la prensa que cada vez era más difícil detectar a los policías infiltrados; que le pregunte a la tropa y verá si no los encuentra, pero ni se acerca”, reclamaron. Refieren como ejemplo las honras fúnebres que el Municipio celebró a Juan Gualberto Jáuregui Ruvalcaba, de quien sus compañeros sabían, era un agente corrupto. Familiares cercanos declararon en la indagatoria de su muerte que vendía droga, e incluso se involucró en planear el homicidio de policías. Recordaron cómo en septiembre de 2014, tras el intento fallido de asesinar al agente Marco Antonio Vidal, quien se negó a liberar a unos narcomenudistas, le daban la razón al munícipe, porque “los que andaban con la maña eran policías, gente de la tropa”. Ahora asumen que la corrupción alcanzó a los jefes de las delegaciones: “Que investiguen al jefe de Otay, qué ordena; igual que el jefe de la Presa Rural. Y el jefe del C4, que no trae broncas, pero hay una persona muy cercana a él que está bien metida en el crimen organizado en la zona de Otay. Y no nos tienen que creer, nada más queremos que investiguen”, afirman los agentes.   Policías, ex policías y narcomanta   A partir del asesinato del ex uniformado Blas Enrique Leyva Esparza, los policías decidieron informar de una narcomanta que delincuentes colgaron la mañana del 23 de junio de 2015 en un puente de la delegación La Mesa. Los jefes policiacos ocultaron la información a la opinión pública, aunque la presentaron ante el juez municipal, quien les dijo, debían redactar un informe y dirigirlo a la Agencia del Ministerio Público, vía denuncia. En la manta los criminales anónimos mencionaron a otros dos ex policías, “muy amigos y socios de ‘El Blas’”: Abraham Celis Pillado y Marco Tulio Carrillo. La enorme tela blanca, que medía aproximadamente 4 x 2 metros, contenía el siguiente mensaje: “VÍCTOR HUGO MEJIA LÓPEZ ‘EL GRIEGO’ O ‘CHEKO’ ESCOLTA DEL AQUILES Y JEFE DE GRUPO DE SICARIOS JUAN CARLOS PARRA DOMÍNGUEZ ‘EL 30 O KIKO’ ESCOLTA Y SICARIO AL SERVICIO DE LA RANA EXCOLABORADOR DEL ‘MULETAS¿ RELACIONADO CON MÚLTIPLES HOMICIDIOS FRANCISCO BELTRAN ESPINOZA ‘EL PAKITO’ O LIC DE LA ‘A’ JEFE DE SICARIOS TIENE A SU SERVICIO A VARIOS MATONES ABRAHAM CELIS ‘EL SILVESTRE O EL GATO’ EX POLICIA AL SERVICIO DE LOS AKILES DIRIGE GRUPO DE HOMICIDAS Y SE DEDICAN AL COBRE DE PISO Y EXTORCIÓN Y SECUESTRO Y DE PAGAR A POLICIAS MUNICIPALES CORRUPTOS RAUL MIRANDA ORDAS ‘EL ALEJO O EL FENIX’ JEFE DE SICARIOS AL SERVICIO DE LA ADUANA PRINCIPAL CAUSANTE DE LA VIOLENCIA EN LA ZONA CENTRO TJ SE DEDICAN AL NARCOMENUDEO MARCO TULIO CARRRILLO ‘EL MARIÓN’ SECUESTRO RESPONSABLE DE LA OLA DE VIOLENCIA”. Tras las investigaciones sobre las declaraciones del mensaje del narco, se explicó a ZETA: Hugo Mejía fue detenido junto a otro hombre y una mujer en mayo de 2013, en posesión de dos armas cortas y droga. La Policía Municipal informó que en sus primeras entrevistas, confesó haber participado en el asesinato del policía municipal Jesús Alberto Hurtado Estrada, en un aparatoso ataque armado el 29 de marzo de 2012, cuando llegaba a su casa, pero solo fue consignado por las drogas y las armas; después quedó en libertad. De Parra, identificado como escolta y sicario, no existe información de capturas, ni las áreas de inteligencia tienen reportes de su actividad. En cuanto a Francisco Beltrán también “Paco Trokas”, en julio de 2014 lo consignaron por uso de documentación falsa.   En junio y septiembre de 2009 fue detenido por policías estatales y municipales con drogas, y por detonaciones; igual fue liberado. Abraham Celis Pillado fue señalado como servidor del Cártel Arellano Félix por el también ex policía Gustavo Adolfo Rodríguez Magaña, detenido en septiembre 2009, quien posteriormente obtuvo su libertad. Marco Tulio Carillo fue dado de baja por pérdida de confianza en 2008, por la presunción de sus nexos con el narco, inició proceso en el Tribunal de lo Contencioso y en 2013 llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento. El año pasado, policías municipales aseguraron que los estaba reclutando para el Cártel de Sinaloa y amenazándolos.    De Raúl Miranda Ordaz “El Alejo” o “El Fénix”, en abril de 2013, el ex secretario de Seguridad Pública Municipal, Alberto Capella Ibarra, informó que la Policía lo había detenido como presunto responsable de los homicidios de Alberto Maciel Pacheco y Luis Orlando Durán Naranjo. Después fue liberado.   Caso “El Blas”, sin interés   Los investigadores que trabajan en el caso del homicidio de Blas Enrique Leyva Esparza, ex policía identificado como servidor del CAF, en la célula de Teodoro García Simental “El Teo”, no ven este como el caso más importante: “Todos sabemos por qué lo mataron”. Dulce, su esposa, quien reclamó el cadáver, tampoco está interesada en el avance de la indagatoria,  solo quería el cuerpo, no estuvo interesada en responder preguntas, ni en resolver dudas. Había cámaras de seguridad en el yonke Nascar, propiedad del ex policía masacrado, pero cuando la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) solicitó los videos, solo respondieron que no servían. Al ser entrevistados, los empleados que vieron al asesino, aseguraron que no lo pueden identificar, salvo como un sujeto alto, delgado y cacarizo, que usaba una chamarra con capucha.   Ninguna de las partes, ni la familia, ni la autoridad, parecen estar interesadas en el seguimiento de la PGJE sobre este asesinato. Cuando se les requiere no quieren cooperar, y al momento, lo único que tiene la autoridad es el primer testimonio del trabajador que atendió al homicida, quien en bicicleta llegó preguntando por una pieza para un automóvil y, segundos después, lo amagó con una pistola para que lo llevara a la oficina, con el dueño del negocio. Cuando estuvo frente a Leyva Esparza, quien se encontraba sentado en un sillón, le disparó y huyó. El ex uniformado fue declarado muerto horas después en un hospital particular, a las 11:10 pm del jueves 2 de julio.   Atentados: Colmeneros y Díaz Ponciano    Del atentado al policía ministerial Saúl Colmeneros, comentaron sus compañeros: “Fue un aviso, si lo hubieran querido matar donde lo tenían, lo hubieran matado. “Es evidente que tenían rato siguiéndolo, tenían identificadas sus horas de traslado, conocían el carro y dónde vive, porque sabían que en su traslado sobre la carretera libre de Rosarito a Tijuana iba a subir al Distribuidor Morelos para tomar el Libramiento Rosas Magallón, que en la gaza de incorporación tenía que frenar y era blanco fácil”. En sus declaraciones, Colmeneros no reconoce ninguna amenaza ni que el ataque sea producto de trabajo reciente. Sus compañeros tampoco lo ubican como el ministerial más comprometido. Su primera versión fue que no escuchó los balazos, pero se detuvo cuando sintió que el auto se le iba de lado -le habían pegado en una llanta- y, cuando bajó, se dio cuenta de los tiros. Después corrigió y manifestó que escuchó un tiro, y que en esa noche oscura, se dio cuenta desde su auto con vidrios polarizados, que le habían disparado desde la zona ubicada a un costado de la gaza de incorporación al Libramiento, rumbo a Playas. En el caso de Antonio Díaz Ponciano, agente del Grupo de Operaciones Especiales, testigos informaron que su atacante tenía poco menos de una hora esperándolo el día de los hechos. Agazapado cerca de la puerta de la casa de la mujer con la que se citó, sabía que el agente tendría que bajarse del auto, caminar un tramo, y en ese espacio le disparó, dándole en un brazo y en la cara; una bala le atravesó la mejilla. Herido y consciente, el oficial subió a su carro, parientes de la mujer  lo bajaron a una vialidad principal y ahí lo recogieron otros agentes para que recibiera atención médica.  De las razones del ataque hay tres hipótesis al interior de la corporación: una que se debió a un operativo que trajo variados decomisos y detenciones en la Zona Norte en fechas previas al atentado; dos, que fue atacado por el ex novio de una muchacha a la que estaba viendo, y que era la única que sabía, estaría en esa zona y a esa hora. Y a partir de que una célula al servicio de  “El Aquiles”, dirigida por “El Tragedias” y “El Taxista” haya participado en su ataque, Luis Osvaldo Barraza Ramírez, Erick Ramírez Hernández, Jonathan Navarrete Chávez,  Édgar Eduardo Navarrete Chávez y César Urrea Ramírez, son vecinos de la novia del agente y narcomenudistas; fueron detenidos el 8 de julio y presentados ayer jueves 9. En sus primeras entrevistas, admitieron la participación en diversos homicidios, y en el caso del policía, solo uno de ellos mencionó haber sido “puntero” y que quien jaló el arma fue Luis Osvaldo Barraza, que lo balearon porque los mandaron; sin embargo, esos datos están por confirmarse.   Los otros muertos   En las primeras indagatorias del asesinato de Pedro Hidalgo y Ana Céspedes, ocurrido el miércoles 1 de julio, la PGJE aclaró que tanto las autoridades de Estados Unidos como la familia del muchacho, confirmaron que este pasaba droga hacia aquel país. Unos tres carros a la semana. El día de los hechos, acababa de cruzar un automóvil del otro lado de la línea, y a su regreso le habló a Ana -joven apunto de egresar de la carrera de Derecho en la UABC, que hacia su servicio social en un Juzgado del Poder Judicial del Estado- para invitarla a comer. La recogió en un centro comercial localizado a menos de 100 metros del crucero donde los balearon desde una moto que se les emparejó mientras esperaban el semáforo. Testigos declararon que Hidalgo intentó escapar de la escena, pasando por encima del cuerpo de su compañera, pero al bajar del auto cayó muerto; en ningún momento intentó ayudarla.     Los muertos en la semana del 1 al 7 de julio sumaron 12, destacó el del señor Fernando Pusian, asesinado por dos asaltantes en Valle de Las Palmas. Al cierre de esta edición, las armas usadas en el ataque no habían sido ubicadas en otro delito. “Estamos seguros que van a salir en otros expedientes, por la forma en que actuaron, este no es su primer delito, además, tenemos la hipótesis de que son delincuentes de otra zona, porque en esa delegación no han habido asaltos a transporte”, informaron las autoridades. En la semana también fueron asesinados Marlon Francisco Alfar Bautista, Sergio Trujillo Lizárraga, Aurelio Robles Niebla, Felipe Carrillo Rivera, Noemí Ortiz Álvarez,  un masculino no identificado en Los Pinos, y otro en Camino Verde


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Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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