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sábado, septiembre 21, 2024
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Verdes, espléndidos y sinvergüenzas

Distinguidos señores del Partido Verde:  Deseando que hayan captado la mofa y la ironía de mis palabras en aquello de distinguidos, quisiera externar mi sincero y profundo agradecimiento el cual describo aquí con tanta alegría para que todos se enteren. No. Este no es un agradecimiento por todos esos sorprendentes regalazos que me mandaron a la puerta de mi casa sin darles yo mi dirección, entre boletos del cine, relojes, libros y mochilas de material no reciclable.  No es un agradecimiento porque me consideren ustedes, sin conocerme, un amigo suyo ni porque me cataloguen como seguidor de su runfla de partidejo corrupto lo cual es una mentira. Eso sí, estoy plenamente agradecido por su notable demostración de clásica ineptitud, al mostrar su ego rampante y su total falta de respeto por las leyes electorales.  Hoy es para mí una gran victoria el ver cómo un partido de pacotilla, se autodestruye y se sabotea a sí mismo sin ayuda ante la sociedad. Apelando a trucos baratos, publicidad ridícula y engañosa, han provocado que la gente se convenza de que ustedes tienen de ecológico, lo que yo tengo de turista checoslovaco. Ustedes son si acaso un negocio jugoso y nada más. Son menos que unas lampreas, sanguijuelas y garrapatas que chupan del presupuesto sin llenadero. Son un apéndice vital que nutre la cartera de algunos cuantos.  Nunca han estado ahí para proteger siquiera a un triste arbusto, excepto tal vez ese árbol de donde se saca el papel para imprimir los miles de billetes que los mantienen contentos. A los únicos animales que ustedes protegen son ese circo de sempiternos dinosaurios políticos y las ratas dentudas comiendo queso en sus curules. Al menos les queda un ápice de sentido común para entender que la esperada extinción de los parásitos del poder con los que hacen tratos, conlleva el peligro de que ustedes mismos estiren la pata como pelícanos en un mar lleno de chapopote. Y es…algo muy triste porque yo soy una persona con verdadera conciencia ecológica.  En un principio incluso consideré unirme a su partido, pensando en hacer algo por la Tierra. No habría habido nada que me diera más satisfacción que tener y ser parte de una nueva policía ecológica o el ayudar a formar parte de un departamento de investigación dedicado solo a innovar en tecnologías verdes y limpias. Tal vez me hubiera tocado salvar a una marsopa que se hubiera atragantado de publicidad política arrojada al mar por algún imbécil. Todo es una farsa partidocrática.  Hasta hoy, no me ha tocado ver alguno de ustedes según muy verdes, plantando algo más que su trajeado trasero en el asiento de un nuevo auto deportivo o bien regando la semilla del nepotismo en la cámara de diputados. A diferencia de lo que piensa el flamante niño verde, tan reconocido por sus negocios y fiestas, los Ferraris y los Hummers no sirven para purificar el contaminado aire que respiramos. Ustedes, los Verdes, ciertamente no hacen absolutamente nada que amerite pedir ni recibir la cantidad de recursos que despilfarran, menos aún merecen tener el voto de alguien como yo, que ve a través de sus penosas e insípidas campañas electorales.  Solo un puñado de ineptos se atreverían a pedir proteger a las especies animales mientras abogan por la pena de muerte de seres humanos, eso sí, muy fashion por medio de artistas pagados. Deberían estudiar la palabra “Incongruencia” a ver si les cae el veinte en la maceta.  Me da pena pensar que entre tanta bazofia verdosa, pueda haber uno que otro con ganas legítimas de hacer algo por la naturaleza solo para darse cuenta que servir a su partido es tan útil como salvar a una ballena muerta o enterrar una tonelada de plástico bajo un bonito letrero. Así que, espero de todo corazón que les quiten finalmente su registro electoral porque el que hace trampa de manera flagrante y consistente merece ser castigado.  Espero también que por justicia, al niño verde lo sometan a proceso por sus tantos delitos y si se puede soñar, deseo firmemente que muy pronto se forme un verdadero partido ecológico, por gente comprometida, honesta e inteligente, que trabaje por mejorar el país y el mundo en que vivimos.  Mientras tanto, les pido a todos ustedes, verdes y verdas, que ya no me manden más de sus deshilachados regalos, porque como su partido no ha sido bueno siquiera para crear en Tijuana, un centro de tratado de desechos para reciclar sus regalos, no tengo donde tirarlos sin que dañen el medio ambiente. ¿Así o más claro?  Muchas gracias por nada. Alejandro Torres Ocaranza Tijuana B.C.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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