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viernes, septiembre 20, 2024
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Tributo a Ignacio Solares en “Horas de Junio”

Hermosillo, Sonora. El tradicional Encuentro Hispanoamericano de Escritores “Horas de Junio” celebró su vigésima edición con un merecido y emotivo tributo a Ignacio Solares por el conjunto de su obra y en ocasión a sus 70 años; además, el acontecimiento literario sonorense recordó a Edmundo Valadés por el centenario de su natalicio y a Abigael Bohórquez, a dos décadas de su fallecimiento.   Con un calor todavía soportable que osciló entre los 38 y 43 grados Centígrados, la edición número 20 de “Horas de Junio” se desarrolló del 28 al 30 de mayo en la ciudad del “Cerro de la Campana”, en un contexto donde las calles eran secuestradas por la propaganda previo al proceso electoral del 7 de junio; aunque también en algunos postes, paredes y cruceros, se difundía el acontecimiento literario y se anunciaba la marcha por los 49 niños muertos en la guardería ABC el 5 de junio de 2009. Con la participación de más de 250 autores durante los tres días, “Horas de Junio” se desarrolló en el auditorio del Centro de las Artes de la Universidad de Sonora (UNISON) y en el salón “La Granjita”, mientras se evocaba el origen del encuentro que viene de lejos.   Todo comenzó en el desierto “Horas de Junio” es uno de los sucesos literarios del Norte de México donde la prioridad es la lectura de obra de sus participantes, peculiaridad que ha caracterizado el encuentro incluso desde su surgimiento, hace 20 años: “Desde el año de 1995, un grupo de escritores y editores sonorenses, bajo la guía poética de Abigael Bohórquez, decidieron reunirse para organizar un Encuentro de Literatura, para lo cual invitaron a creadores de la región de Sonora y de Baja California. Existía la necesidad de organizar un foro donde se le diera lugar y poder expresar libremente la actividad literaria. Se decidió que el Encuentro llevara el nombre de ‘Horas de Junio’ en honor al poeta tabasqueño Carlos Pellicer, autor ligado de varias maneras a esta geografía, creador del proyecto museográfico de la UNISON”, expresó el escritor y editor Raúl Acevedo Savín “Jeff Durango”, director general del evento. Fue en junio de 1995 cuando Abigael Bohórquez, Alejandro Aguilar Zéleny y Raúl Acevedo Savín sembraron la semilla literaria en el fértil desierto sonorense que ha arrojado frutos durante dos décadas: “Durante veinte años, con esfuerzo e imaginación, Raúl Acevedo ha liderado esta fiesta de la palabra, cada vez más reconocida no solo en el Norte, sino en todo el país y aun en el extranjero. Es una reunión de narradores y poetas, la mayoría jóvenes, que comienzan a construir una obra en la que develan sus influencias, pero también las aspiraciones y los límites que deben superar en una carrera en la que -como decía Gabriel García Márquez- no se llega a ninguna parte, excepto, tal vez, al corazón de los amigos”, refirió el escritor, periodista y editor José Luis Martínez S., director general del suplemento cultural Laberinto de Milenio.   El homenaje a Solares Uno de los momentos memorables de la vigésima edición de “Horas de Junio”  ocurrió el viernes 29 de mayo a eso de las 8:30 pm, cuando se rindió tributo a Ignacio Solares en el bastante concurrido Auditorio del Centro de las Artes de la UNISON, con la participación en el presídium de Manuel Ignacio Rivera Robles, director de Vinculación y Difusión de la UNISON; Ignacio Montejo del Instituto Sonorense de Cultura; José Luis Martínez S., director general del suplemento cultural Laberinto; y Raúl Acevedo Savín “Jeff Durango”. Durante su elocuente discurso, José Luis Martínez S., refirió: “Los organizadores de ‘Horas de Junio’, con Raúl al frente, han decidido, acertadamente, rendirle en cada edición un tributo a un maestro de la literatura. En los últimos años, han sido homenajeados en este encuentro los ahora ausentes José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis y Emmanuel Carballo; han estado también aquí, compartiendo experiencias y noches de fiesta, Ernesto Cardenal, José Agustín y Elena Poniatowska. Este 2015, para celebrar su vigésimo aniversario, ‘Horas de Junio’ rinde tributo al maestro Ignacio Solares por su obra, pero también por sus 70 años, motivo de un homenaje reciente en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México”. Luego de valorar al narrador, dramaturgo, periodista y editor homenajeado, José Luis Martínez S., sentenció de una vez por todas: “Sería muy largo abundar sobre la obra de Ignacio Solares, premiada en México y el extranjero en varias ocasiones, hablar de su periodismo o de su trabajo como editor, de sus obras de teatro, baste decir que ‘Horas de Junio’ reafirma su prestigio al rendirle tributo esta noche a un autor en el que coinciden la curiosidad, la erudición y una gran imaginación”. Después Raúl Acevedo leyó dirigiéndose al invitado de honor: “Maestro Ignacio Solares, como puede ver, estamos rebosantes de cariño y gratitud hacia usted. Gracias por su presencia, usted es un escritor con vocación de servicio. Exigente de sustentar sus novelas con una investigación histórica y bibliográfica profunda. Pero más que nada su carácter humano, generoso, que sabe escuchar, cuando muchas veces la mayoría de la gente solo quiere ser escuchada sin atender al otro”. Antes de que se le entregara a Solares una estatuilla hecha por artesanos seris de Sonora, como dicta la tradición, “Jeff Durango” remató para dar paso a los aplausos: “Maestro Ignacio Solares, muchos reconocimientos los dan instituciones, pero este es un tributo que los escritores le rinden a un escritor. A nombre de los escritores reunidos en ‘Horas de Junio’, reciba este humilde presente. Muchas gracias”.   El tributo de “Horas de Junio” “es más entrañable” Bromista y de buen humor, accesible y siempre lúcido, momentos antes de su tributo en “Horas de Junio”, Ignacio Solares valoró en entrevista con ZETA la distinción que le ofreció el encuentro literario de Sonora en el año en que cumple precisamente siete décadas de vida (Ciudad Juárez, 15 de enero de 1945): “Pues de alguna manera es un corte de caja, es un decir ‘bueno, ya por lo menos llegué a la mitad de mi vida, ya no tiene remedio, si acaso me queda la otra mitad, ¿no?’”. — ¿Qué consideración hace de este tributo que le rinde “Horas de Junio” a diferencia de otros homenajes? “Tiene un valor especial porque Sonora está cerca de Chihuahua, somos casi paisanos; yo amo el Norte del país y el estado que me faltaba, porque vine hace tiempo pero no había regresado, siendo que de aquí son personajes tan importantes en mi literatura como Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, entonces, sí me faltaba Sonora pero ya lo estoy cubriendo; y sobre todo curiosamente con algo tan valioso para mí como es el reconocimiento de ‘Horas de Junio’ en su veinteava edición, tiene un significado especial: es más entrañable”. — Recientemente fue homenajeado en la FILEY, en Bellas Artes y ahora en “Horas de Junio”, luego en septiembre en Chihuahua. ¿Cómo recibe sus homenajes a propósito de sus 70 años? “Es una satisfacción muy grande. Por principio de cuentas, a mí me interesa mucho todo el tema de la muerte y creo estar bastante reconciliado con ella, y con eso que puede venir después, que no lo sé, ¿no? Pero, sí es como decir ‘bueno, ya no tienes 20 años, ya no te cueces al primer hervor, ya no puedes hacer lo que hacías antes, ya estás más limitado, ya empiezan los achaques’”. — ¿Qué está escribiendo? “Estoy escribiendo aforismos y cuentos cortos, algo que no había yo hecho, no sé a dónde me va a llevar, estoy en eso, pero es muy divertido porque es un género que no había tocado; entonces, como que ya esto sí me abrió a, por lo pronto, dejar en paz la novela histórica, a dejar en paz el teatro, y a ver qué sale, no está por demás experimentar con lo nuevo”. — ¿Qué le ha dado el periodismo a su obra literaria? “Yo realmente empecé en el periodismo para ganarme la vida y me dio una formación muy importante, claro, muy complementada con la literatura, yo tuve la suerte de entrar a la Universidad en un momento maravilloso, en Filosofía y Letras tomé la mayor cantidad de optativas de Filosofía y entonces tuve la suerte de tener como maestros a Luis Villoro, Ramón Xirau, Eduardo Nicol; y en Literatura a Rosario Castellanos, Juan José Arreola, Sergio Fernández, Luis Rius, en fin; ya trabajaba yo en periodismo para poder sobrevivir. “La ventaja del periodismo es que me dio una cierta capacidad de análisis escudriñando el mundo, una cierta capacidad para meterme a los asuntos, me encantaban los reportajes con varias entrevistas; pero es muy diferente ya después a mi investigación de Madero, es como si le hiciera una entrevista a Madero o a Calles. “Pero sobre todo, creo que el periodismo me dio una gran capacidad para el lenguaje, directo, preciso; una de las ventajas del periodismo es que aprendes sin remedio a ir al grano, a no andarte por las ramas. Yo nunca podría hacer una novela barroca, pues, no puedo; por eso ahora estoy probando con cuentos cortos y aforismos, por mi influencia del periodismo”. — Luego de una reconocida trayectoria como novelista y dramaturgo, ¿el cuento y los aforismos que está escribiendo es como regresar a sus inicios en el andamiaje de las letras con el lenguaje directo y preciso del periodismo? “De alguna manera, es regresar a lo concreto, al lenguaje en sí, a lo que quieres decir en el menor número de líneas”. — La imaginación, lo metafísico y el espiritismo abundan en sus novelas históricas como “Madero, el otro” (Punto de Lectura, 2008), “El Jefe Máximo” (Alfaguara, 2011) o su reciente entrega “Un sueño de Bernardo Reyes” (Alfaguara, 2014). ¿Se plantea algún límite al momento de abordar e investigar lo desconocido, sobre todo lo relacionado con el espiritismo? “Bueno, yo sé qué significa estar metiendo el dedito en el ventilador a ver si corta, obviamente sí corta. Pero lo he hecho nada más como tema literario, creo en él, pero no he sido un practicante; a mí me gusta todo lo que sale de lo normal, por eso me gusta el espiritismo, la parasicología, la magia, por eso me gusta más Jung que Freud, porque Jung tiene una mente mágica, el inconsciente colectivo, ¡qué maravilla! Lo único que me parece insoportable es la realidad real; creo en todo lo que sale de la realidad, la imaginación, lo sorprendente, lo que está escondido sin que lo veamos”. — Aparte de los protagonistas de los tiempos de la Revolución abordados en su obra, ¿le llama la atención algún personaje político de la época actual? “Pues no, no hay, por desgracia. Estamos poniendo dos hitos en la historia de este país fundamentales, uno creó la Revolución de la que venimos (Madero) y el otro (Calles) creó el México moderno del que venimos; ya quisieran cualquiera de los actuales mínimamente acercarse; me interesan más personajes reales como Javier Sicilia, Vicente Leñero, Julio Scherer, Carmen Aristegui, les tengo un profundo respeto porque yo creo que lo que ahorita hace falta es rebelarnos contra esta mediocridad y corrupción y tontería en la que vivimos políticamente”. — Finalmente, tomando en cuenta la realidad y siendo Usted de Chihuahua, ¿qué lectura hace de aquellos niños que hace unos días jugaban “al secuestro” y terminaron matando y enterrando a uno de ellos? “Es que yo creo que el mal se contagia, el mal cunde, el mal no es un problema filosófico, no es un problema abstracto. El mal duele, el mal está aquí y ahora, es un problema físico, biológico, se contagia, se contamina; es un virus”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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