Ahora que el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Baja California, se dispone a ampliar el proyecto de desarrollo del Poder Judicial con sus propuestas para ponderar el trabajo de jueces y hacer la justicia en el Estado realmente expedita, se ha visto obstaculizado por un ligero detalle: No se ha formalizado la entrega-recepción de la administración del Tribunal. El hecho se debe a que no hay quien entregue, pues lamentablemente el anterior presidente del Poder Judicial, Marco Antonio López Magaña, se suicidó el 16 de abril de 2015, por lo que los trabajos de evaluación, auditoría y estado que guarda la administración del Tribunal están en proceso. Pero al buscar la última acta de entrega-recepción, la que se hizo el lunes 3 de noviembre de 2014, cuando en tiempo y forma se eligió a López Magaña para suceder a María Esther Rentería -luego de siete años enquistada en la presidencia del Tribunal-, se dieron cuenta de que no existe. Que Rentería nunca entregó a López la administración y, por lo tanto, éste no firmó de recibido. La ex presidenta del Tribunal, pues, se confió en que llegaba uno de los suyos y pasó por alto la obligatoriedad del acta de entrega-recepción. El presidente del Tribunal explicó que primero solventará su propia entrega-recepción, y posteriormente indagará para saber qué sucedió el 3 de noviembre del año anterior. Qué cosa, la Máxima Casa de la Justicia y la Ley en el Estado, y no la cumplen.