Sin duda alguna, la mayoría de las personas hemos tenido momentos de absoluto desasosiego pensando: qué será –dejar nuestro cuerpo y pasar a otro estado inexplicable, tanto científica como espiritualmente. Quizá habremos durado minutos, horas, días o hasta meses, meditando en ello sin encontrar solución a esta pregunta aparentemente tan sencilla, pero a la vez tan llena de significado. Si hubiese alguien que pudiera traspasar la barrera que existe entre morir y vivir, tal vez muchos misterios que hay y que ha habido en el mundo entero a través de los tiempos, fueran conocidos por toda la humanidad y todos nuestros conocimientos fueran diferentes, que probablemente sea ésa la razón de que dicho misterio se nos ha sido vedado. Qué es la muerte, preguntó alguien un día, ha brindado con hombres de toda época, ha llegado con cruel melancolía y siempre triunfa al lograr su meta. Y ese alguien que preguntaba aquello siguió indagando para poder saberlo, tendió su mano a varios trotamundos, siguió los pasos de muchos moribundos, quería saber el porqué de esa suerte, de tantos seres que dejan este mundo. Algunos veces pasó por cementerios y cavó tumbas y revivió misterios, leyó epitafios y se grabó recuerdos, siguió explorando tratando de entenderlos. Y fue buscando por mares y campiñas, por desiertos y valles, por cerradas colinas buscó abajo del agua, buscó tras los cerros, buscó por las llanuras, buscó por los senderos. Y no encontró respuesta, se sintió defraudado, nadie supo explicarle eso que preguntó: se sentó solo y triste a la sombra de un árbol, durmió profundo sueño y jamás despertó. Aprendió finalmente lo que tanto anhelaba, mas pudo comprenderlo hasta cuando murió. José Miguel Ángel Hernández Villanueva Email: jomian1958@hotmail.com
Publicidad
