La presentación literaria estelar en la clausura de la XXXIII Feria del Libro de Tijuana, correspondió a Miguel Ángel Quemain con “La brújula y el laberinto. Entrevistas con Octavio Paz. 1986-1996” (Instituto Literario de Veracruz, 2015). Poco más de 60 personas entre escritores y lectores tanto de Miguel Ángel Quemain como de Octavio Paz, respondieron a la convocatoria de la presentación editorial el domingo 28 de junio de 2015 a eso de las 7:00 de la tarde en la Sala de Lectura del Centro Cultural Tijuana (CECUT), con los comentarios de Víctor Soto Ferrel y Jaime Cháidez. Quemain llevaba una recopilación de entrevistas que le realizó, como muy pocos reporteros, a Octavio Paz entre 1986 y 1996, es decir, antes y después de que el poeta ganara el Premio Nobel de Literatura en 1990. “Nunca pensé que fuera a escribir ese libro ni que lo presentaría en Tijuana”, refirió para empezar Miguel Ángel Quemain rodeado de sus lectores y amigos como Edmundo Lizardi, Jorge Ortega, entre otros que no quisieron perderse el cierre literario de la Feria del Libro de Tijuana 2015. Durante su intervención, Quemain, reconoció que “La brújula y el laberinto” “es un libro que lo descubrió el editor”, a propósito de las celebraciones del centenario del natalicio de Octavio Paz en 2014: “También en el marco del centenario, les parecerá muy tonto lo que voy a decir: Yo cuando lo conocí por supuesto que tenía una simpatía con él como algún adolescente con sus padres, pero yo no pensé que se iba a morir algún día, como yo nunca pensé que se iba a morir mi mamá o las personas que he amado, que han envejecido y que se han ido porque no querían que se fueran nunca”. “Yo pensaba que él iba a estar siempre presente y nunca pensé que fuera a cumplir 100 años y que los centenarios como los que nos tocó vivir, el de la Revolución mexicana, los 500 años del descubrimiento de América o el encuentro de dos mundos, el centenario de Revueltas y de Efraín Huerta, son ajustes de cuentas con un pasado que nos corresponde a todos, en ese pasado había muchas dificultades sobre todo con la figura de Paz”. Miguel Ángel Quemain advirtió sobre el contexto de su publicación a propósito de las diversas ediciones en ocasión al centenario del natalicio de Octavio Paz: “En ese centenario Enrique Krauze hace un libro que interpreta lo que Paz quiere decir, digamos que se pone como un traductor. Y, por ejemplo, Guillermo Sheridan, que es un intelectual muy importante, dice más cosas de Paz de las que Paz sabía de sí mismo, es otra manera de la adoración, del devocionario, que siempre es complejo. “Y, luego, Christopher Domínguez que es un autor que yo quiero mucho, que respeto mucho, de pronto hace también un libro, una aproximación biográfica a Paz que termina muy supervisado por sus mayores, por Krauze y de alguna manera por Sheridan. Juan Villoro, que siempre fue denostado por Christopher Domínguez, toma un poco una pequeña revancha y dice que gracias al libro de Christopher nos podemos enterar de lo que dicen los libros de Sheridan; es algo muy duro porque finalmente Christopher, con todo y su rebeldía, su inteligencia, no puede sacudirse esa dificultad que significa pertenecer a un grupo”. En todo caso, Quemain expresó sobre su propuesta: “Sentí que para mí era la oportunidad de publicar esto, porque finalmente él (Octavio Paz) me da chance como de entrar a su mundo sin que yo sea un subordinado, sin que yo sea un empleado, y que aunque él trata de someterme como tratan de someter los adultos a los que consideran menos adultos que ellos y deciden por dónde van las cosas, sin embargo, él me trata como periodista, él me da esa oportunidad a pesar de mi juventud de entonces de hablarle como un poco de frente y no se porta autoritario, no se porta regañón, no se porta devaluatorio, sino que se porta profesional, orientador”. Finalmente, valoró Queimain: “Es un libro que convoca a un ejercicio en el que también con los años uno se da cuenta de que tiene un material precioso, un material duradero, un material que resiste al tiempo porque tiene un carácter histórico sobre todo cuando uno tiene personajes de una talla como la de él que fue tan influyente en la cultura mexicana”.