Lágrimas de gis Lágrimas de gis y alegría por la inevitable partida De mi tan querida escuela ruedan como una cascada. De tristes y cansados ojos, pues llega la fecha ansiada de dejar a jóvenes maestros la labor que tanto yo amaba. En mi corazón bien grabados los rostros de todos los niños que al paso de tantos años tuve la fortuna d conocerlos. Habré de partir con melancolía, mas también con gran alegría, les brindé lo mejor de mi vida, dejé mi juventud en el aula. Intentando sembrar la semilla del trabajo, estudio y dedicación, indispensables para en la vida lograr una mejor condición. Es la labor de todo el maestro que ama tan bella profesión y no repara en algún sacrificio para brindarte especial atención. Francisco Heredia Guzmán Tijuana, B. C.