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martes, agosto 12, 2025
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La afluencia sigue y la autoridad no llega a La Presa

Suceden accidentes mortales, choques fuertes e incluso se detonan armas de fuego. La asistencia no baja en el vaso de La Presa, pero las autoridades tampoco hacen por evitar el ingreso de familias completas. El hecho más reciente que causó indignación entre la población, se suscitó el domingo 31 de mayo, cuando Manuel Enrique Olivas Martínez, de 21 años de edad, fue detenido por la Policía Municipal tras realizar detonaciones con arma de fuego. Pero a cinco días de su detención -y hasta el cierre de edición- el sujeto no había sido turnado por la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) ni a la Procuraduría General de la República (PGR), ni a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). La captura se dio aproximadamente a las 6:00 pm de ese domingo y al detenido se le encontraron diez bolsas con marihuana. Manifestó haber sido abandonado en la presa por Antonio Suárez Martínez y Gustavo Fernando Manríquez Martínez, sus familiares. Ese mismo día, ZETA conversó con personas que ante el éxito del lugar, decidieron convertirse en comerciantes. Venden botanas, bebidas diversas y alcohólicas, principalmente cerveza. “Les gusta por la adrenalina, por el riesgo”, comentó una de ellas, cuando se le cuestionó sobre la afluencia en el lugar. El vaso de la Presa “Abelardo L. Rodríguez” se visita con tal libertad, que los fines de semana -preferentemente en domingo- se realiza hasta la instalación de baños portátiles. Suenan los narcocorridos en las bocinas de los vehículos que logran sortear las accidentadas rutas de ingreso, adornadas por los restos de automóviles que alguna vez entraron para no salir. Los choferes prueban los motores y tracciones, remontan laderas mientras beben cerveza. La práctica es imitada por niños en motocicletas, la mayoría de ellos sin equipo de protección. La pista predilecta de los visitantes es un cauce de aguas negras, el mismo en el que el domingo 24 de mayo se estrellaron dos camionetas que aceleraron hacia el mismo punto. Como saldo, varias personas resultaron lesionadas. Estos accidentes son comunes, pero hay una regla: nadie reclama daños materiales a su vehículo, comentan algunos de los visitantes.  “Cada quien sabe a lo que se atiene”, aseveraron, además de que, a quienes tan solo llegan a estacionarse, puede tocarles que una camioneta se salga de  control y se estrelle contra sus vehículos. A pesar de la muerte del joven Máximo Burgos, de 17 años, en enero de este año cuando su padre volcó su camioneta mientras practicaba unas “donitas” sobre el vaso de La Presa, sigue sin existir una restricción al acceso a este lugar. Los entrevistados por ZETA refirieron que  la Policía tiene poca o nada de presencia. La Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) alega no poder entrar a la zona por ser de carácter federal, aunque sí detuvieron a Olivas Martínez el domingo 31, mientras que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) ha informado que no hay presupuesto asignado para impedir el ingreso de personas mediante un cerco. 

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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