Francisco Navarro Fausto Reportero y editor de Semanario ZETA Presente. — Estimado Francisco: Niego rotunda y categóricamente lo que publicaste en el ZETA esta semana, en el sentido de lo manifestado por el Licenciado Corona de que yo declaré ante la Procuraduría General de la república que Gloriani, la hija de Doña Gloria Dávila de Muzquiz, tenía secuestrada a su mamá. Qué lástima que me llamaste apenas unas cuantas horas antes de cerrar la edición y no me dejaste recado con mi asistente que indicara la seriedad de la acusación y consecuentemente se hicieron manifestaciones que al no contar con mi réplica, dañan mi reputación y mi integridad moral. Para tu información, yo también tenía el carácter de indiciado en esa averiguación de la PGR, ya que Carlo presentó un escrito el primero de junio de 2014, diciendo que yo declaré en dos ocasiones ante la PGR como consecuencia de los citatorios correspondientes: en la primera desvirtué a detalle los hechos del supuesto delito y presenté documentación en la que acreditaba la verdadera historia, esto es, que Carlo tenía una seria controversia al haber despojado (a escondidas) a su mamá de todo su patrimonio y que es él mismo quien trató de secuestrarla en noviembre de 2013 en Estados Unidos, incorporando a la averiguación un reporte de la Policía de San Diego. También como abogados de Doña Gloria aportamos diversas pruebas para desvirtuar el supuesto delito, siendo una de las más importantes la declaración de dos hermanas religiosas de un convento en Tecate, B. C., donde vivió Doña Gloria por tres semanas, tan solo unos días después de que Carlo dice que Gloriani secuestró a su mamá. Además, platiqué con el Delegado y el Subdelegado de la PGR, para garantizar condiciones de seguridad y poder llevar a declarar a Doña Gloria, lo cual se hizo y la propia PGR se cercioró de que la Señora estaba ahí por su voluntad y nadie la tenía secuestrada, además de ratificar su problemática real de que su hijo le había robado todo su dinero y propiedades (como ella dice). Es más, en esa diligencia solicitamos que el médico de la PGR la revisara, quien reportó que la Señora está perfectamente bien. En esa diligencia, derivado de nuestra solicitud, nos dieron el trato que se le debe dar a una persona mayor de edad conforme a la ley y nos hicieron favor de recibirla en la planta baja, así que Doña Gloria ni siquiera tuvo que subir las escaleras para llegar a la mesa. Todo esto está perfectamente documentado en el expediente y te invito, más bien te exijo, obtengas mis declaraciones para cerciorarte de que tus manifestaciones respecto de mi persona son falsas. La segunda vez que fui citado, ya no comparecí como abogado de la Señora, ya que Gloriani (quien tiene poder amplio para ello) me revocó el cargo. En dicha declaración fui consistente con la anterior, pero (en defensa de mis propios intereses al ser indiciado) hice del conocimiento de la PGR que yo ya no tenía ningún involucramiento en el asunto. También manifesté que la causa principal de mi separación del asunto fue la circunstancia de que Doña Gloria, Gloriani y David Patiño no habían pagado el anticipo de honorarios pactado desde febrero de 2014 y durante los 8 meses de arduo trabajo de nuestra parte, únicamente nos reembolsaron algunos gastos y pagaron menos del 10% de dicho anticipo de honorarios. El asunto de la PGR estaba totalmente controlado (ya que lo vacunamos contra la corrupción) y si llegó a consignarse no pudo haber sido por otra causa que haberlo descuidado al haber permitido corruptelas otra vez. A lo lejos, he observado lo que ha hecho el Licenciado Corona (o más bien lo que no ha hecho), quien por lo visto es un mentiroso (lo que lo convierte en un abogado peligroso) y creo que su trabajo ha sido pésimo. En primer lugar, como todo oportunista, tomó un asunto que nosotros armamos en su totalidad, ya que al inicio de nuestra representación Doña gloria no nos pudo entregar un solo documento. Cuando Gloriani nos informó su decisión de revocarnos, mi recomendación fue que en lugar de restar se sumara Corona al equipo, pero sin revocarnos a nosotros, con lo cual tendríamos mayor fuerza para contrarrestar la capacidad corruptora de Carlo y su equipo de abogados. Sin embargo, Gloriani no estuvo de acuerdo (supongo, porque pensó que con eso se podía ahorrar nuestros honorarios). Toda la información que documenta el fraude de Carlo la obtuvimos nosotros de registros sociales, por lo que nosotros conocemos mucho mejor el fraude cometido que la propia Señora Dávila. Sin duda pienso, fue un gran error cortarnos del asunto. Lo primero que hicimos para la Señora como sus abogados, fue destruir la resolución del juez familiar que la declara incapaz (a quien, inclusive, denunciamos penalmente), que veo que también la volvieron a restaurar, lo cual es inaudito (y otra gran deficiencia del Licenciado Corona) porque el juez lo está haciendo sin que medie un examen médico que determine que la Señora es incapaz, lo cual es totalmente ilegal. También hemos observado que el Licenciado Corona ha omitido dar seguimiento al as 12 demandas civiles, mercantiles y penales que presentamos en representación de Doña Gloria. Para manejar esos asuntos, un equipo de 6 abogados estuvo trabajando casi de tiempo completo, incluyendo a la Licenciada María Elena Cota, hija del hasta la semana pasada Subprocurador del Estado, quien nos ayudó en la preparación y seguimiento de las denuncias penales y a quien Doña Gloria y Gloriani tampoco pagaron sus honorarios, lo que también afectó, en mi opinión importantemente el asunto. En fin, espero (insisto) obtengas mis declaraciones ante la PGR y profesionalmente resarzas el daño que me has hecho. En otro tema, te informo que hace unas semanas iniciamos una campaña a nivel nacional que se denomina “El poder judicial al servicio de los poderosos” que espero compartas con tu audiencia. Este asunto es un buen ejemplo de esa campaña, pero la estamos haciendo principalmente derivado de nuestras acciones colectivas. Atentamente: Luis Miguel Krasovsky Krasovsky Abogados Tijuana, B. C.