Ya todo mundo conoce los atajos y se han saturado, de cargas vehiculares a cualquier hora en que durar la jornada de trabajo de ocho horas. Las endebles calles y bulevares tijuanenses se atiborran de automóviles. Todos queremos pasar y a veces la paciencia se agota. Y más cuando nuestro honorable Gobierno realiza obras perpetuas, lentas como tortugas, tapan, desvían y hasta el carácter más dócil y en paz se exalta, por las numerosas omisiones, de terminar la reparación de vialidades. Allí está la salida del Murúa a 5 y 10, desviada hasta la colonia Chamizal. Sigue el puente Ermita cerrado (según lo iban a abrir el domingo 12 de abril). En todos los puntos cardinales las calles tijuanenses se han saturado de autos. Las horas pico estresantes, de locura, peleas verbales de conductor a conductor, automovilistas conduciendo tipo D. F. Tijuana y sus avenidas son las calles del caos, cláxones sonando, acelerones de motores, cambios de carril bruscos, rebasar por el acotamiento (ojo, taxistas), recordatorios maternales con claxon, autos sin respeto de la debida distancia. Por aquí, por allá los vendedores ambulantes obstruyendo el tráfico, que es lento, lentísimo, por la noche una bocanada de fuego rojo distrae hasta al más neurótico conductor (los traga fuegos). Semáforos descompuestos, vallas y hoy la equivocada y mal puesta ciclo pista, ciclo vía, para bicicletas en Bulevar Federico Benítez López. Es la Tijuana del 2015, todos los días hay nuevos y novatos conductores, que se agregan a la mancha y flujo vehicular tipo hormiguero, que ya fluye se presenta adormecido, pues las calles ya no se dan abasto. Falta implementar un programa “Hoy no circula”, según las terminaciones de las placas. De esta forma Tijuana amanece una y otra vez y los autos deben circular como sea pero circulan. Se añora la Tijuana calmada, tranquila, sin caos vehicular. Es único remedio, salir antes, paciencia total y encienda su radio y trate de relajarse, mas no textee, ni marque el celular, porque todo puede suceder en los puntos de la rosa de los cuatro vientos tijuanenses. Como decía Kalimán a Solín, paciencia, quien domina la mente, lo domina todo. ¿Podremos dominarnos, cuando Tijuana se satura de automóviles y todos a su destino? Los accidentes son la respuesta. P.D. Puente Ermita no abrió, ahí’ta pues, mentiras. Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C.
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