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domingo, octubre 13, 2024
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Gobernador ausente… secretario también

El miércoles 17 de junio, mientras el gobernador Francisco Vega de Lamadrid, se encontraba en Europa -para variar otro viajecito trasatlántico a costa de los bajacalifornianos para él y su comitiva-, el encargado del Gobierno del Estado, Francisco Rueda, que hace las veces de secretario de Gobierno -aun cuando no lo parezca-, dedicó la tarde a partir del mediodía a una reunión con panistas. Peor aún, en las oficinas de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Rosarito, en su sede de Punta Bandera, fue la encerrona del funcionario público de primer nivel con otros del gobierno estatal y del municipal, así como panistas anexos. Y en horario laboral, desde las doce del día hasta las tres de la tarde. O sea, si cuando está el gobernador no parece una administración pública dedicada al servicio, menos cuando no está. Dedicar horas hábiles a analizar los números del PAN en la elección del 7 de junio de 2015, por parte del secretario de Gobierno, es más que una grosería, una falta de ética, una irresponsabilidad que podría incluso tener alguna consecuencia legal. Los funcionarios panistas que sí se quedaron en Mexicali para continuar por lo menos atendiendo asuntos de oficina en la ausencia de Vega de Lamadrid, refirieron a ZETA que se enteraron de la encerrona de Rueda con panistas en instalaciones del gobierno, porque algunos de los presentes se quejaron. El análisis que, de entrada confiaron, les llevó Paco Rueda, fue que en la campaña 2015, no lo dejaron activar sus redes, ni hacer campaña, ni contribuir a la estrategia; mucho menos manejar la estructura albiazul el día de la elección. O sea, se quejó de que lo hicieron a un lado. No refirió el triunfo como un “logro” para sus compañeros funcionarios que sí metieron las manos en la elección, sino la pobre votación como prueba de que hizo falta su “destreza política”. Se quejó abiertamente Rueda, de los que consideran mapaches de la elección del 7 de junio para el Partido Acción Nacional: la oficial mayor, Loreto Quintero, y el secretario de Desarrollo Social, Ricardo Magaña. Ellos, dijo a quienes lo escucharon obligados, fueron los que llevaron la campaña y quienes se adjudican el triunfo, pobre de votos, pero triunfo al fin, para los ocho candidatos del PAN. Por supuesto, Quintero y Magaña, que el miércoles 17 llevaron agenda en Mexicali, no escucharon la queja de Rueda. Y mientras el gobernador apapacha a los europeos, funcionarios que le acompañan y servidores federales en Europa, los subalternos se rebelan y acuerdan al margen. Por ejemplo, en la misma reunión de “análisis de la jornada electoral 2015” de Francisco Rueda, él y sus seguidores establecieron elaborar un proyecto para las elecciones de 2016, cuando en Baja California habrán de elegirse las cinco alcaldías y 17 diputaciones de mayoría, más ocho de representación proporcional. Que el proyecto incluirá tanto acciones de gobierno para beneficio de los electores, como estrategias de campaña para los candidatos, sin descuidar la elección interna que el Partido Acción Nacional deberá celebrar para seleccionar a sus candidatos. Prácticamente, refieren quienes lo escucharon, Rueda es un convencido que ante la paupérrima votación del 7 de junio no solo para el PAN, sino para el resto de los partidos, Acción Nacional no tiene asegurado el triunfo en 2016, por lo que una vez más, los panistas en el gobierno deben armar, de ya, una estrategia para ir “convenciendo” al elector. Del interés político del secretario de Gobierno, más que en la administración pública, se desprenden por lo menos tres hipótesis: Uno. En ausencia del gobernador, Francisco Rueda hace esas funciones y sigue con la línea de utilizar el gobierno para ganar elecciones para el PAN. Dos. Efectivamente, Loreto Quintero y Ricardo Magaña ningunearon a Rueda en el pasado proceso electoral federal, y éste trae la espina política clavada. Tres. El gobernador Kiko Vega no ha tenido suerte con los secretarios de Gobierno. Cuando el doctor Guillermo Trejo Dozal lo era, no había manejo de la política interna del PAN, pero tampoco contribuía con estrategia a la tranquilidad y seguridad de los sectores productivos de Baja California. Total, lo encarcelaron por un delito federal -en cuestión de horas obtendrá la libertad, por cierto- y entró Francisco Rueda, quien intenta manejar la política interna panista y se olvida de la política interna de Baja California. No resolvió ni el problema con los maestros, ni los levantamientos en San Quintín, ni la controversia con el Poder Judicial, ni enfrenta las negociaciones con la oposición en el Congreso. Entonces, ante la ausencia del gobernador por un viaje más, lo que falta en Baja California, es un verdadero secretario de Gobierno. Uno cuyo interés sea resolver los problemas políticos, sociales y de seguridad del Estado, no del partido. ¿No?

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