Pedro Castillo seguro sabía que estaba muy difícil para él ganar la elección. Pero su nominación a candidato a diputado federal por el Distrito 04 de Tijuana y por el Partido del Trabajo lo mantuvo más que ocupado, entusiasta en la campaña. Todavía el miércoles 3 de junio, antes que concluyera el periodo de campaña, se organizó su cierre con seguidores, banderas y discursos triunfalistas. Después, inesperadamente, declinó a la candidatura para adherirse a la nominación de Rosa Aurora Palacio, la candidata de Jorge Astiazarán y el PRI. Flaco favor a la señora Rosa le hacen cuando con la adhesión al cuarto para la elección envían el mensaje de que sola no podrá derrotar al abanderado del PAN en ese distrito, Jorge Ramos Hernández. Detrás de la declinación de Castillo, por cierto no aprobada oficialmente en su partido, dicen sus familiares y amigos que se haya una extorsión. Lo de Pedro Castillo ha sido administrar centros nocturnos de diversión. Particularmente el más grande que se encuentra en la Zona Este de Tijuana, uno más en el Centro de la ciudad. “Por ahí le llegaron las autoridades para hacerlo declinar”, comentó a DICHOZ uno de los cercanos. Y en efecto, en el hechizo acto para que Castillo levantara la mano a Rosa Aurora, el rostro del hombre no reflejaba conformidad, sino todo lo contrario. Total que quienes apoyan desde el Ayuntamiento de Tijuana a Rosa Aurora preparan, en caso que no le den los votos a la dama para el triunfo, un juicio en los tribunales electorales, y afirman que Ramos se les puso de pechito para eso.
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