Estos dolores que a mí me aquejan y no me dejan dar pormenores. A qué se deben si no padezco mal por adentro, quizá obedecen… …A que el maligno entró en mi casa y por desgracia violó el destino. Que ingenuamente venía conmigo y el desatino de mi consorte. Creyó prudente jugar conmigo, cual enemigo clavó en mi frente… …Dos grandes cuernos que solo miro y los admiro en los infiernos. Alberto Torres B. Tijuana, B. C.