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viernes, septiembre 20, 2024
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El espejismo de Cannes

A sus 35 años de edad, el cineasta Michel Franco ha dirigido tres películas, pero se puede jactar de haber triunfado con las dos últimas en Cannes, uno de los festivales de cine más reconocidos a nivel mundial. “Después de Lucía”, historia que tiene como tema el bullying, fue su incursión al renombrado evento en 2012, cuando ganó Mejor Película en la sección Una Cierta Mirada, mientras que en esta ocasión se llevó el premio a Mejor Guión por “Chronic”, primer filme que hace en inglés para contar cómo es la vida de un enfermero que atiende a gente en estado terminal. Protagonizada por Tim Roth, la trama que escribió Franco se inspiró en la relación que su abuela entabló con el personal de un hospital, donde estuvo internada hace unos años. Sin embargo, para conocer los detalles de la historia que cautivó al jurado de Cannes, presidido por los hermanos Ethan y Joel Coen, tendremos que esperar un par de meses más, ya que su estreno nacional sigue sin tener fecha de confirmación. Lo que lamentablemente sí se puede anticipar, considerando las constantes fallas en distribución del cine mexicano, es que cuando llegue a cartelera se deberá aprovechar la oportunidad de verla lo antes posible, pues la competencia contra producciones hollywoodenses gana en la balanza de la taquilla del primer fin de semana, que es de la que depende para seguirse exhibiendo más tiempo. Por otro lado, está el número de pantallas que logre negociar para su promoción en el país y la campaña que tenga para que más gente quiera verla, ya que el revuelo que generó en Francia no avala que el fenómeno se replique en México. Cierto, despierta el interés de algunos, pero no al punto de llegar a las masas o de crear nuevos públicos para ese tipo de historias. En el caso de “Después de Lucía” la estrategia fue pre-estrenarla gratuitamente por cinco días en Cinépolis, además de llevarla a escuelas. Cuestión que ayudó a que, una vez estando en cartelera con 200 copias, permaneciera por cinco semanas dentro de las diez películas más vistas en el país, aunque se enfrentó a propuestas como “Frankenweenie”, “007: Operación Skyfall” y “Argo”, dándole una audiencia acumulada de 671 mil 526 personas. Fuera de ese ejemplo, lo que pasa en Cannes dista mucho de ser garantía para los cineastas mexicanos. Como le sucedió a Amat Escalante con “Heli”, que en 2013 ganó Mejor Dirección pero que, por lo polémica de su trama, centrada en la violencia del país, se le estigmatizó por su apego a la realidad en toda su crudeza. Algo similar a lo que vivió “La Jaula de Oro” (Diego Quemada-Diez), cuyo elenco de niños destacó el mismo año en Una Cierta Mirada, con una historia sobre migrantes y se tuvo que conformar en su mayoría con círculos de distribución en ciclos de cine independiente, al tener apenas 90 copias para su estreno. En una dinámica similar, y desde una trinchera todavía más incomprensible para buena parte del público, está el cine de Carlos Reygadas, que comenzó su paso por Cannes en 2002 con “Japón” y su Mención Especial al Premio Cámara de Oro. Posteriormente le siguió el Premio del Jurado para “Luz Silenciosa” en 2007 y el Premio a Mejor Director, gracias a “Post Tenebras Lux” en 2012, pese a que en esa ocasión, incluso quienes vieron la película en el festival, demostraron su desagrado abucheándolo. Arriesgado en aprovechar por completo la libertad de crear historias en el cine, las suyas se han quedado con el sello de no emularse entre sí, ni con otras, ya que requieren de mente abierta y atención total. Factores que han orillado a Reygadas a pasar casi desapercibido en su propio país, aunque es el nacional con más reconocimientos en Cannes, festival que en los últimos años parece solo darle un espejismo de éxito a los directores nacidos en México.  

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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