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domingo, octubre 13, 2024
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Dos cargos inútiles

Ya ve Usted cómo la situación económica en estos tiempos no es la más fácil. Entre los quince o más pesos por un dólar que tanto nos pega en la frontera, la persecución fiscal del Gobierno de la República, las alzas que se nos vinieron en cascada luego que -gracias a los diputados priistas- nos igualaron el IVA al 16 por ciento con el resto del país, y la cada vez más frecuente economía informal que abarata para unos y es la pesadilla para los formales, pues la situación no está para andar, ahora sí que como dicen, tirando el dinero. Vaya que Usted y yo, podemos ser conservadores y prudentes con nuestros gastos, medirnos a veces no para ahorrar, sino para que nos alcance, situaciones que, ciertamente, estamos cansados de no ver que sucedan en los gobiernos. De ahí que parte del desencanto en la política que se refleja en el ejercicio de la administración pública, haya llevado a muchos electores a ningunear el pasado proceso electoral hasta posicionar a Baja California en el deshonroso primer lugar de abstencionismo electoral en México. Sí harta ver que gobernadores, secretarios de Estado, directores de la CONAGUA y hasta diputados y senadores, se paseen en aviones o helicópteros privados, normalmente con cargo al presupuesto o pagados con los dineros de los mexicanos, esos que el gobierno recolecta de nuestros pagos de impuestos y por servicios y productos, para administrar como le dé la gana, especialmente con altísimos sueldos. No es fácil pensar que la vida de un político es difícil o lastimosa cuando tienen sueldos que superan los 100 mil pesos al mes. Un diputado de Baja California, por ejemplo, aparte de su sueldazo que supera entre unos y otros beneficios, los 110 mil pesos al mes, tienen para gastar a su antojo unos 250 mil pesos por el hecho de ser diputados para contribuir al desarrollo social, y otro tanto para gastar de acuerdo a la Comisión Legislativa que encabecen. Conocer esas cifras de billetes que pagan a los políticos, son un golpe tremendo para la psique de los mexicanos que hemos de vivir con sueldos normales por hacer trabajos de muchas horas, o con salarios mínimos por jornadas de más de ocho horas en procesos automatizados de producción o supervisión. Ni hablar de quienes con esfuerzo físico han de ganar semanal o quincenalmente, con lo que ha de sobrevivir en lo personal y con familia incluida. Al saber que cuando un partido político gana una posición de gobierno, estamos observando el nacimiento de una nueva clase de ricos, si es para molestar a cualquier elector que ve cómo el político se desentiende de sus promesas y comienza a vivir una vida de lujos y excesos a la que antes, con trabajo normal, nunca tuvo acceso. Bien, pues aparte de eso, aparte de vivir como gobernados y ver cómo los gobernantes y sus esposas se trasladan en camionetas de reciente modelo, blindadas, en una camioneta el político y en dos más sus escoltas -en el caso de las primera damas es lo mismo-, ahora tenemos que observar cómo se gastan el dinero de la nómina en cargos sin importancia. Mire, quizá para Usted y para mí, las direcciones de Policía, Municipal y Estatal, podrían parecer cargos laborales clave para la prevención y persecución de los delitos en Baja California y en Tijuana. O sea, encima de pasar momentos de dificultad económica, lo único que no deseamos es atravesar por momentos de inseguridad. Entonces imaginamos que los directores de la Policía, que por cierto también tienen unos sueldazos, están desquitando eso y más, haciendo planes y estrategias para disminuir la inseguridad, para meter en cintura a los policías corruptos o a aquellos que no trabajan -como dicen en las películas norteamericanas- para proteger y servir a los ciudadanos. Pero resulta que no. Que nada de eso. Desde la primera semana de marzo, el secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa, le aceptó la renuncia -así dicen en el argot político cuando corren a alguien- a quien se venía desempeñando como director de la Policía Estatal Preventiva, Carlos Besné. Pero desde esa misma semana, el cargo se ha mantenido sin titular. Es decir, durante cuatro meses, la Policía Estatal Preventiva se ha desarrollado sin un director. Y es al parecer intención del secretario -quién sabe sin con aprobación del gobernador- no nombrar director de la PEP. ¿Entonces para qué sirve el cargo, la plaza y el presupuesto que se le tiene asignado? Lo mismo sucede aunque desde hace poco en la Dirección de la Policía Municipal de Tijuana. A la señora Patricia Sida, que venía siendo la directora, le aceptaron la renuncia -recuerde, así se dice- el 2 de junio de 2015 y contra la voluntad del secretario de Seguridad de Tijuana, Alejandro Lares, que hasta el último momento berreó, pero no se la dejaron. Total, Lares no ha nombrado –y aseguran no tiene intención- de nombrar a un director de la Policía Municipal, que así funciona bien (¿Se imagina qué sería de nosotros si no funcionara bien?), y valen las mismas preguntas. ¿Entonces para qué sirve el cargo, para qué el dinero de la nómina y los demás gastos asignados a esa Dirección? Si como en la práctica están confirmando tanto el secretario de Seguridad del Estado, Daniel de la Rosa, y el secretario de Seguridad de Tijuana, Alejandro Lares, que no sirve el cargo, que no necesitan un director de Policía, que no les hace falta y que la tropa puede funcionar sin titular, entonces ¿por qué los bajacalifornianos estamos pagando dos cargos inútiles? Sería justo que, dado que los gobernados elegimos a los gobernantes y pagamos sus sueldos, nos explicaran qué pasa por las cabezas y los proyectos de De la Rosa y Lares, para entender por qué diablos no tenemos directores de Policía. ¿No? PD.- Dicen en el Ayuntamiento de Tijuana que el lunes siguiente a las elecciones, el alcalde Jorge Astiazarán se puso a elaborar un plan de reajustes salariales y de cargos, y que uno de los que mejor quiere renunciar, es precisamente Alejandro Lares Valladares, quien por aparecer  -a veces no lo parece- como secretario de Seguridad le pagan la friolera de 110 mil pesos al mes, y que no desea ver su chequecito con reajuste a la baja. ¿Será? ¿Habrá el doctor Astiazarán desaprovechado la ocasión de la renuncia de Lares? Son preguntas sin costo.

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