Los números son graves en materia de inseguridad en Tijuana. Siete muertes violentas solo el sábado 2 de mayo, 14 asesinatos entre el 1 y el 6 de mayo; en total, 157 homicidios en lo que va de 2015 en la ciudad, 215 ejecuciones en Baja California. Y por lo menos tres víctimas calificadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) como “inocentes”, clasificadas como daño colateral. 1.- El 11 de abril, la niña Mariana, de 4 años de edad, fue asesinada por un hombre que intentó matar a la madre -dedicada a la venta de droga-. La mujer lo rechazó en la declaración, pero los agentes municipales que llegaron al lugar, señalaron que la mujer intentó usar a su hija de escudo humano y por eso recibió la bala. 2.- La capacitadora de la Procuraduría de Justicia del Estado, Itzel Medina, perdió la vida el viernes 1 de mayo, “cuando fue alcanzada por disparos de arma de fuego en un ataque al parecer dirigido a otras personas”, se indicó en un presuroso boletín emitido por la Fiscalía Estatal horas después del incidente. 3.- Monserrat, una adolescente de 14 años permanece en estado de coma desde el sábado 2 de mayo, cuando ella y un grupo de menores fueron usados como escudo humano por el narcomenudista Heriberto Espinoza Gómez, cuando intentó, sin éxito, evitar que lo mataran a balazos. “Las víctimas colaterales le dan otra perspectiva. Los robos sin violencia nos generaran coraje, pero secuestros, robos violentos, homicidios, víctimas colaterales, esos ya te da miedo y ese es muy difícil que se te quite, eso sí es muy grave, los incidentes que generen miedo en la sociedad, la preocupación y ocupación debe elevarse a otro nivel”, manifestó Jonathan Díaz Castro, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado. “Por el número, es notorio que estamos teniendo más homicidios… en este delito, nos preocupa la impunidad, porque en el momento que la gente sienta que puede matar a alguien y no te pasa nada, empieza entonces sí, a volverse una sociedad peligrosa. “Claro que hay inseguridad. Podemos sentarnos a discutir -con los integrantes del Consejo Estatal de Seguridad Pública- en qué estamos bien, en qué estamos mal, pero no podemos decir que no hay inseguridad. De hecho se están dando casos de justicia por propia mano”. Dos ejemplos recientes de Mexicali: * Omar Mendívil Zavala, ladrón de autos, fue golpeado el 3 de enero por cinco sujetos, incluidos dos policías y el dueño del vehículo que intentó robar; murió la última semana de abril. La familia argumenta que falleció por secuelas de la golpiza. * Francisco Javier “El Rivers” fue golpeado y su casa quemada, por vecinos del fraccionamiento Portales IV, acusado de intentar violar a dos niñas de 10 y 7 años. “Sé que es difícil, la gente dice ‘qué bueno que los castiguen´, pero no: si la gente siente que puede golpear e incluso matar a alguien y que no le va a pasar nada, eso no es correcto”, reflexionó Jonathan Díaz. “En primer lugar, no somos jueces, y ni la muerte ni los castigos físicos son legales en este país. ¿Y qué si el día de mañana alguien mata por una rencilla personal? Entonces se pierde el principio de justicia y eso es muy peligroso. Por eso nuestra postura manifiesta a la autoridad es que todos los homicidios se esclarezcan, porque en la medida que los castigues, se pueden reducir, es la única manera”, agregó el titular del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de Baja California. Para la autoridad es percepción “No es lo mismo la incidencia actual de 2007-2008, no lo comentamos en afán de minimizar, sino establecer la dimensión del reto. Ya se tomaron acuerdos específicos”, opinó Daniel de la Rosa, secretario de Seguridad Pública del Estado, frente a reporteros de Tijuana reunidos el 6 de mayo, respecto al incremento de homicidios. “Lo acontecido en el mes de abril es lo que nos ocupa. Atender esa opinión (la percepción de incremento de inseguridad) y en darle los resultados que la sociedad espera”, externó. Respecto a las víctimas colaterales, solo agregó: “Cualquier delito implica riesgo, estamos ocupado en inhibir ese tipo de actos”. 1 de mayo: ex ministerial dice averiguará “quién fue” Respecto a la balacera ocurrida el 1 de mayo a la 1:30 pm yonke Shagy de Calle Laguna Salada número 4223-A, Colonia Los Santos de la delegación La Mesa en Tijuana, donde murió Itzel Medina Garibaldi, capacitadora de la PGJE, la Procuraduría emitió un boletín tres horas y media después del deceso, indicando “… fue alcanzada por disparos de arma de fuego en un ataque al parecer dirigido a otras personas”. Versión que evidentemente no comparte el secretario de Seguridad del Estado, Daniel de la Rosa, quien en conferencia de prensa comentó sobre el hecho: “Se suscita a raíz de un fuego cruzado cuando realmente sabemos lo que aconteció ahí, sin embargo, serán las instancias de procuración de justicia las que objetivamente puedan dar en base a las evidencias, a los elementos de convicción, cuál fue el resultado cuál fue el móvil y el objetivo que se tenía al generar una situación de esa naturaleza”. Las áreas de inteligencia del Grupo Coordinación ubican a la joven mujer relacionada desde finales de los noventa con ministeriales ligados al Cártel Arellano Félix (CAF). El yonke es propiedad de los hermanos Cosme, un ex policía municipal y Carlos, un ex ministerial, ambos ligados, incluso detenidos y posteriormente liberados por presuntos vínculos con el CAF. Otro ex ministerial de apellidos Méndez Mocada es el encargado del lugar, y aseguró que Itzel le habló para preguntarle por el precio de un auto para su hija. Él le dio informes de un Toyota blanco y ella fue ese 1 de mayo a probarlo, llegó temprano, se lo llevó y regresó después de una hora. Para entonces, explicó Méndez, el ex ministerial Esteban Nides -presuntamente ligado al CAF, especialmente al detenido Fernando Sánchez Arellano “El Ingeniero”- había llegado al yonke acompañado por tres amigos para buscar unas piezas, compraron comida y compartieron en el negocio. Cuando Itzel regresó, le dijo que sí quería el auto, y se quedó esperando al dueño Cosme para que le diera precio. El Toyota que la mujer iba a comprar estaba en medio del establecimiento, Mendoza e Itzel se ubicaban atrás del carro, justo frente a la entrada, y Nides y sus amigos viendo los autos ubicados en la pared derecha del yonke cuando llegaron los cinco homicidas para descender del carro, dar tres pasos, quedar a ras de la banqueta y disparar con poca precisión. Mendoza se escondió entre los autos del lado izquierdo, Nides en el derecho, pero Itzel no alcanzó a cubrirse. Una bala le pegó en la clavícula, le rebotó y entró a su cabeza, a la altura de la oreja. “En el lugar, personal de Servicios Periciales localizó 28 casquillos calibre .223; seis de .38 Súper; tres cartuchos escopeta calibre .12 milímetros y uno de 9 milímetros, así como un arma de fuego marca Glock calibre .45 milímetros”. Nides huyó hacia la parte trasera del negocio, brincó la barda que tiene púas, entonces resultó herido y sangró por sus manos, brazos y piernas. Intentó ocultarse en la casa de una mujer mayor, que al ver la sangre, gritó pidiendo auxilio porque un hombre quería meterse a su casa. Tres trabajadores de una fábrica que pasaban por el lugar la apoyaron, sometiendo a Nides a golpes. Entonces hablaron a la Policía. Pese a que los investigadores suponen que Nides era el objetivo del ataque, en la indagatoria está como víctima y salió libre; antes de irse comentó a sus ex compañeros: “Yo voy a averiguar quién fue”. Dos de las armas usadas en el atentado salieron positivas en otros crímenes: * La 9mm en el acta 70/15/201 del músico Rogelio Brambila Lizárraga (Los Plebes de Arranke), asesinado en marzo de 2015 en el fraccionamiento Montebello de Tijuana- Él cantaba narcocorridos a Luis Toscano “El Mono”, operador del CAF ultimado en abril. * La 45 se usó en el homicidio de Javier García Bojórquez, ocurrido el 15 de abril en un gimnasio de Villa Floresta. “Es evidente que se trata de ‘Los Aquiles’ atacando a los del CAF y que iban por Nides”, expuso un investigador. El mismo viernes 1 de mayo a las 12:45 pm, encontraron a Alfredo Antuna de 53 años, prestamista de ocupación. Estaba muerto y fue localizado en el interior de su casa en el fraccionamiento Sonora de la delegación La Mesa. En la propiedad los agentes también localizaron varios videos donde el sujeto se grababa teniendo sexo con diferentes prostitutas. La hipótesis es que citó a alguna de las meretrices que visitaba periódicamente en los bares de la zona de prostíbulos ubicada cerca de su casa, pero la cita terminó en un robo que salió mal, porque lo mataron a golpes y dejaron su cadáver desnudo. Quienes mataron al sujeto revisaron la casa, se llevaron dinero, objetos y un auto Mitsubishi Eclipse negro. En septiembre de 2013 este hombre fue capturado por la Policía Estatal Preventiva en la colonia Camino Verde, porque les apuntó con una pistola calibre .38 especial y estaba en posesión de 60 gramos de marihuana y 40 gramos de “cristal”, además de mil 200 pesos al parecer apócrifos. Los siete muertos del sábado El 2 de mayo se tuvo la jornada más violenta. A las 2:20 am, en el Ejido Lázaro Cárdenas, Delegación San Antonio de los Buenos, asesinaron al narcomenudista Jesús Antonio González López, lo hincaron y le dispararon en la cabeza. A las 11:30 am, el taxista Ismael Sánchez resultó muerto en el Ejido Ojo de Agua. Los investigadores lo clasificaron como asalto, la víctima resultó “totalmente limpia”. Un testigo vio a tres sujetos que lo mataron, lo robaron y después se subieron a un automóvil sedán negro que los estaba esperando. A la 1:30 pm, en un domicilio de Villas del Prado, mataron de un balazo en la cara a Martha Camarena, de 47 años, identificada por vecinos y agentes como narcomenudista. Como sospechosa del homicidio tienen identificada a “La Mary”, su jefa criminal, a quien vieron salir de la casa después del suceso. Los muertos cuatro y cinco se localizaron juntos dentro de un auto Nitro, en la colonia El Triunfo en Sánchez Taboada, ambos bien vestidos, “no parecían ni vendedores, ni consumidores”. Identificaron a una de las víctimas como Julio Cháidez. Ambos cuerpos recibieron el tiro de gracia. Por la noche del 2 de mayo, un hombre de la tercera edad que había sido atacado a balazos el sábado 25 de abril, murió en el Hospital General como no identificado. La menor de 14 años, entre los atacados del sábado En cuanto al hecho donde resultó herida Monserrat, adolescente de 14 años que se encuentra en coma, la Policía reportó: Que a las 11:50 pm del 2 de mayo (familia dice que ocurrió a las 8:40 pm), en la calle Miguel Torruco y Katy Jurado de la colonia Gran Tenochtitlan, asesinaron a Heriberto Espinoza Gómez, distribuidor de droga al menudeo; en el lugar encontraron ocho casquillos calibre 380. Según la versión, el tío, quien habló a los números de emergencia porque vio que en la balacera su sobrina había sido herida, al momento del ataque (cerca de las doce de la noche, según los reportes policiacos) habían visto la pelea Mayweather-Pacquiao y su sobrina se dirigía con otros menores a comprar una pizza. “Entonces su vecino de enfrente, que se sabe es ratero y traficante de droga, lo venía persiguiendo y baleando cuando se escondió atrás de los niños”. Asegura que al ver a su sobrina, le preguntó a Espinoza antes que muriera: “Cabrón, ¿qué hiciste?”, y éste le respondió: “Yo no fui, fue ‘El Moreno’”. En este hecho, los principales sospechosos como presuntos autores intelectuales son Hugo Carlos Escobar Godoy “El Moreno” y Raúl Miranda Ordaz “El Marlon”. Los cinco asesinatos restantes El domingo 3 de mayo, dos hombres fueron baleados en plena calle de la colonia Obrera Segunda Sección, les dieron el tiro de gracia. Uno fue identificado como Óscar Gerardo Gazcón. El lunes 4, Adrián Lomelí inició una pelea entre borrachos y terminó asesinado con un cuchillo que le quitaron. El presunto responsable, Steven Corsiglia y su cómplice, Curri Thomas, radican en Estados Unidos. El mismo 4 de mayo, el cuerpo de Édgar Paúl Samaniego Mascareño fue localizado maniatado y asesinado en el interior de un auto con un narcomensaje: “Va para todos los volteadores y lacras que no están con los aretes, Atte La Barredora” En 2008 este hombre estuvo involucrado en un robo de licores caros en una tienda Oxxo. También el lunes, Manuel de Jesús Arias murió en un hospital tras haber recibido 16 heridas de arma de fuego calibre 223 en El Florido. Y el miércoles 6 de mayo, en el interior del prostíbulo New York localizado en la Zona Norte, sobre la calle Coahuila, un hombre con identificación a nombre de Eleuterio Sánchez Flores -la imagen coincide- resultó asesinado. Los atacantes huyeron en una Ford Expedition gris. A punto de concluir el 6 de mayo, a las 11:20 pm, la Policía encontró en el Paseo Playas de la delegación Palayas de Tijuana, el cadáver del ciudadano estadounidense Jason García Peck. Lo mataron en la vía pública a balazos. Entre sus pertenencias encontraron una bolsita con marihuana y una credencial expedida por el Instituto Nacional de Migración, la cual acreditaba su estancia legal en México. Adolescente acusado de secuestro agravado Bajito de estatura, piel muy blanca que contrasta con el negro cabello y las enormes cejas. Sobresalen en el redondo rostro los moretes en ambos ojos y una herida en el párpado izquierdo. Lo bajan de la patrulla que lo transportó desde el Centro de Diagnóstico hasta el Juzgado para Adolescentes y, esposado, camina temeroso. Ahí sus padres explotan, a gritos impiden que le tomen fotos. Salvador tiene 17 años y está acusado de secuestro agravado. Era parte del grupo que tenían encerrados a cuatro migrantes en un pequeño departamento del fraccionamiento Los Pinos -en Mexicali-, y que tras el escape y balacera, fueron detenidos el miércoles 29 de abril. Ahí en el Juzgado de Adolescentes, entre testimonios de los secuestrados, de un empleado de limpieza y del menor, se hilvanó la historia. Salvador es de San Vicente Chicoloapan, uno de los 125 municipios del Estado de México y tenía varios meses residiendo en Mexicali junto con su pareja, en la colonia Francisco Villa. Dijo dedicarse a la compraventa de autos en el tianguis instalado frente a Plaza Galerías. Uno de los migrantes expuso ante el Ministerio Público que tenía tres meses en Tijuana y que ahí en el centro los contactó una pareja, quienes le ofrecían cruzarlos a Estados Unidos por 8 mil dólares. Después de un regateo, la tarifa quedó en seis mil, pero condicionada a que fueran dos personas. De ahí viajaron a Mexicali y se instalaron en el hotel Bulevar. Por la tarde-noche llegaron por dos de ellos y los subieron en la cajuela de un auto Jetta plateado, en el que prometieron, los cruzarían. Hicieron la faramalla -escucharon la revisión del vehículo y un supuesto cruce de frontera- y los bajaron en un departamento con las ventanas selladas, con la puerta encadenada. Supuestamente estaban en Estados Unidos, pero realmente llegaron a un pequeño inmueble en el fraccionamiento Los Pinos de la capital del Estado. Los migrantes estuvieron cautivos desde la noche del lunes 27 hasta el mediodía del miércoles 29 de abril. En ese lapso fueron obligados a hablar con familiares a Estados Unidos -por uno pagaron rescate para que lo liberaran- y aseguraron que eran golpeados y maltratados. Entre los vigilantes estaba Salvador, quien había conocido a un tipo llamado Alfonso, quien era su cliente en el tianguis y “siempre traía mucho dinero”, por lo que le pidió trabajo y éste lo “contrató para vigilar pollos”. Pero al mediodía del miércoles, los cautivos ya se habían organizado y, con un tubo y a golpes, sometieron a uno de los secuestradores, luego llegó otro armado y hubo varios disparos, uno de los migrantes recibió un tiro en la cabeza, lo reportan grave en el Hospital General. Otro de los heridos fue Salvador, quien tenía golpes en la cabeza y el rostro sangrante. Durante la audiencia, la Agente del Ministerio Publico lanzó una treintena de preguntas al joven detenido, quien se negó a responder bajo el argumento de que “me reservo”, al final, el Juez Especializado en Adolescentes, Álvaro Castilla, consideró que sí se acreditó la probable responsabilidad del menor en el delito de secuestro agravado, como copartícipe. “No hay evidencia de lo contrario”, expresó Castilla en alusión a que en la audiencia, Salvador no aportó ningún elemento en su defensa, por lo que se abrió un plazo de 25 días para el cierre de la investigación y posteriormente, agendar la audiencia del juicio. Por lo pronto, el mexiquense está detenido. Sergio Haro/ZETA MEXICALI Secuestrador de Morelos, antes traficante de “El Kaibil” El 10 de enero de 2015, el comisionado estatal de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra, ofreció conferencia y colocó carteleras con los nombres y fotos de “Los 15 más Buscados” en el Estado de Morelos. Primero el cabecilla, Santiago Mazari Hernández “El Carrete”; a su lado, Agustín Moronatti Chaboya “El Picus” y/o “El Pitus”. Seis meses antes, también públicamente, Capella había anunciado que Mazarí y sus cómplices eran objetivos de búsqueda de grupos de seguridad nacional, esto después de que la Unidad Estatal de Combate al Secuestro en Morelos, rescatara a una niña y un arquitecto en una casa en la localidad de Jiquilpan en Cuernavaca, Morelos; tres secuestradores fueron detenidos en el mismo operativo. A partir de entonces, la autoridad morelense abrió en contra de Mazarí y Agustín Moronatti Chaboya un expediente como parte de una banda de secuestradores, los cargos en contra de “El Pitus” están en los expedientes SCO1/2476/2014 y FLP/281/2014, y al orden de aprehensión se otorgó en la causa penal JC/998/2014 Moronatti fue detenido en Rosarito, Baja California, el lunes 4 de mayo de 2015, porque su conductor, identificado como Edwin Pérez, conducía a exceso de velocidad en la colonia Colinas de Rosarito. Al revisar al copiloto, que entregó una credencial de Servicios Médicos Municipales de Rosarito a nombre de Juan Domínguez, se dieron cuenta que tenía tatuados en sus brazos los apellidos Moronatti y Chaboya, corroboraron con las autoridades en Morelos y verificaron que era uno de sus más buscados. Agentes municipales lo entregaron a la Unidad Antisecuestros de Baja California y éstos los refirieron con elementos de la Comisión Estatal de Seguridad morelense, para su traslado de Tijuana a la Ciudad de México la tarde del mismo lunes y de ahí a Morelos. En sus primeras entrevistas, Moronatti dijo que huyó de Morelos después de que su foto se hiciera pública. Fue cuestionado de su presencia en Baja California, donde vive la familia del comisionado de Seguridad de Morelos, Alberto Capella, y negó cualquier intención adicional a la de esconderse. Justificó la selección de Rosarito como refugio, porque antes de ser secuestrador con Mazarí, había delinquido en el mencionado municipio bajacaliforniano con grupos criminales que servían a Teodoro García Simental “El Teo”, bajo las órdenes de Ángel Jácome Gamboa “El Kaibil”, capturado en 2009. La Comisión de Seguridad de Morelos ubica a “El Pitus” como mano derecha de “El Carrete”, quien sigue libre. Un testigo criminal lo señaló de participar en la manipulación de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que culminó con su desaparición el 26 de septiembre de 2014; y en febrero de 2015, cuando su primo Eddie Mazarí fue detenido, él utilizó narcomensajes colocados por todo el Estado, para asegurar que el responsable era Federico Figueroa, su rival delictivo y hermano del cantante Joan Sebastian. Víctimas identificadas A pregunta directa, el doctor Francisco Acuña Campa, director del Servicio Médico Forense (SEMEFO) en Baja California, explicó que en Tijuana -la ciudad con más incidencia de homicidios en el Estado -, la mayoría de las víctimas son identificadas por sus familiares. “Del total, solo entre el 2 o 2.5 por ciento se tramitan a fosa común”, y detalló que llegan como no identificados, a las 72 horas el estatus cambia a desconocidos y entonces la autoridad espera un plazo de 15 días antes de iniciar los trámites para que el Municipio sufrague el entierro en fosa común. Estos tiempos ya están en Ley en Mexicali, con la operación del Nuevo Sistema de Justicia Penal, pero en Tijuana, con la justicia tradicional, “muchos de esos cuerpos quedan en espera de los exámenes de ADN y la identificación por más tiempo, no solo 16 días; en ocasiones la autoridad lo retarda más tiempo, incluso en delitos culposos”. Y agregó: “Recientemente habló un magistrado, un baleado en calle al parecer con narcotráfico y tenía dos meses, entonces hay variables, sin embargo, por experiencias anteriores insistimos en su inhumación. Tuve un cuerpo aquí (Mexicali) de 18 años, en Tijuana llegamos a tener cuerpos de cuatro años en los refrigeradores, pero el detalle tiene que ver con las autoridades. “No tiene sentido que esté tanto tiempo un cadáver en refrigerador, que de antemano sabemos no tiene familia y puede ir a fosa común, todo con mucho respeto”, finalizó Acuña.