Dirigida por Alejandro Bichir y actuada por sus hijos Bruno y Demian, al lado de Reynaldo Rossano y Sandra Cobián, la obra escrita en 1958 por el polaco Slawomir Mrozek, recién comenzó su primera función en Tijuana ante una sala casi llena que es testigo del talento compartido de la familia que, tras ajustar sus agendas, pudo volver a reunirse para el proyecto que tiene como tema central la libertad. “Es una obra fantástica que tiene una vigencia que por un lado te para los pelos de punta y por otro habla de esta enorme virtud visionaria del autor después de haber sido escrito desde hace tantos años. Es una crítica feroz al autoritarismo, al sistema a través de un gran sentido del humor, te invita a puntos de reflexión muy importantes. Se van a dar cuenta de que hay un montón de puntos fáciles de identificar a pesar de que la obra no se sitúe en un país en particular, hay enormes similitudes muy interesantes. Nosotros disfrutamos esta obra, es una farsa deliciosa y hasta lo que hemos experimentado la gente la pasa bien”, comentó previamente a los medios Demian Bichir, quien tras culminar la filmación de “The Hateful Eight” (Quentin Tarantino), se incorporó al elenco para la función que ofrecieron el sábado 16 en Los Ángeles, California, continuando con la gira en las dos presentaciones de esta noche en Tijuana y las programadas en Mexicali para mañana jueves 21 en el Teatro del Estado. Arriba del escenario, el talento y profesionalismo de quien prepara su ópera prima, en este momento no lo hace titubear al darle vida al sargento de la comisaría donde se desarrolla la historia, personaje que en su mayoría estudió a distancia del resto del reparto, según relató: “Sí llegamos a hacer (ensayos) por internet pero también nos vimos para hacerlo. Mientras rodábamos la película de Tarantino, los fines de semana pude volar un par de veces a la Ciudad de México para trabajar con mi padre, con Reynaldo, Odiseo y Bruno, y contar todo lo que teníamos que contar. Tengo el video de la obra completa entonces me lo he tenido que soplar en mis ratos libres. Bruno y yo literalmente repasábamos texto por teléfono, mientras yo iba al set. Eso es lo más importante, la columna vertebral, mientras eso esté firme (se da lo demás). Era muy importante tener el proceso completo y yo me lo perdí, me perdí todo ese trabajo de mesa, los meses de ensayo y demás”. Con una escenografía sencilla en negro y blanco, la puesta en escena cuenta con el humor de Reynaldo Rossano como la esposa del sargento, en tanto que Bruno Bichir es el coronel y su padre hace del último preso de una cárcel que se enfrenta ante el dilema de no tener gente para arrestar, ya que todos se dicen conformes con el gobierno. El CECUT ofrecerá una segunda función de la obra a las 9:30pm, siendo la que cierre su paso por la ciudad.