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jueves, octubre 17, 2024
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Las aventuras de Jaimito

En clase le preguntan a Jaimito: — A ver Jaimito, ¿de qué signo es tu madre? “Pues debe der ser de exclamación, ¡porque se pasa todo el día gritándome!”. *** —  A ver Jaimito, si en una mano tengo 15 peras y en la otra 10, ¿qué tengo? “Unas manos enormes, profe”. *** Estaba Jaimito con tres amigos en la escuela y dice uno: “Mi tío es cura, y todo el mundo que lo ve le llama ‘Padre’”. Otro replica:  “Pues mi tío es Cardenal… ¡y todo el mundo le llama Eminencia!”. Y Jaimito suelta: “Eso no es nada. Mi tío pesa 140 kilos, y todo el mundo que lo ve dice ‘¡Dios mío!’”. *** — ¡Mamá, mamá! ¿Puedo usar el coche? “¡No sin mi supervisión, Jaimito!”. — ¡Uy, perdón por no tener súper poderes como tú! *** Estaba Jaimito cansado de su gato, un día decide deshacerse de él y lo lleva a diez calles de su casa, lo deja allí, y a los diez minutos el gato ya estaba en su casa otra vez. Al día siguiente decide llevarlo veinte calles más lejos aún, pero el gato, a los 15 minutos había vuelto de nuevo a su casa. Al siguiente día, Jaimito decide llevarlo cinco calles más lejos, diez a la derecha, cinco a la izquierda, dos arriba, cuatro de frente y dos a la derecha. A los 10 minutos llama Jaimito a su madre: — ¡Mamá! ¿El gato está en la casa? “Sí, hijo, ¿por qué?”. — Pues échalo a la calle para ver si me encuentra, ¡porque estoy perdido! *** La profesora escribe en la pizarra: “El hombre se enriqueció de la noche a la mañana. Y le pregunta a Jaimito: — ¿Dónde está el sujeto en esta oración? “¡Pues en el gobierno o en la cárcel, maestra!”. *** Una mujer embarazada de triates sale del trabajo y se encuentra con un tiroteo en la calle, en el que recibe tres disparos en la barriga. Se salva de milagro, pero no le encuentran los proyectiles. Pasan los años y uno de sus hijos le dice: — ¡Mamá, mamá! ¡Fui al baño y eché una bala! “No importa, hijo”. Viene el segundo hijo y dice: — ¡Mamá, mamá! ¡Fui al baño y eché una bala! La madre suspira y con una leve sonrisa contesta: “No pasa nada, hijo”. Viene Jaimito todo preocupado y, de plano, a medio llorar grita: — ¡Mamá! Sniff… Mamá… sniff, sniff… “Ya sé hijo: fuiste al baño y arrojaste una bala”. — ¡No, mamá! Sniff, sniff… estaba en la sala y ¡se me salió uno por accidente! ¡Creo que ya eres viuda! Autor: Pepito.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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