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sábado, octubre 12, 2024
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Javier Sicilia: el gobierno de EPN: “Un Estado criminal”

Dentro del marco de conmemoración del 35 Aniversario de ZETA, Javier Sicilia ofreció la conferencia titulada “La decadencia del Estado”, en El Cubo del Centro Cultural Tijuana, el lunes 4 de mayo. Aunque tenía una agenda bastante saturada debido a la organización de diversas mesas de análisis en el Centro del país, previo al proceso electoral del 7 de junio, el intelectual aceptó la invitación de este Semanario para compartir un análisis de México como ejemplo de una crisis civilizatoria, con más de 250 asistentes, entre periodistas, políticos, lectores y público en general. “Es un honor estar aquí en este sitio de la cultura y hablando de un tema que nos compete a todos, celebrando los 35 años del Semanario ZETA. Es un honor en todos los sentidos: en el espacio de la cultura frente a la barbarie y el festejo de un semanario que ha sido un bastión fundamental, un faro del periodismo libre y la lucha por la libertad de expresión y de la presencia de la libertad de expresión, sobre todo como ya lo dijo estupendamente Adela Navarro: en las circunstancias que está viviendo México”, expresó para empezar el ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2009 por su poemario “Tríptico del desierto” (Era, 2009). También a manera de preámbulo, Sicilia contextualizó el momento actual, evocando “el símbolo de esa tentación de represión de Carmen Aristegui, de silenciar, volver a acallar la libertad y la palabra que Don Jesús Blancornelas, tanto como Don Julio Scherer, han sido pioneros, y todos aquellos que en la búsqueda de mantener viva esta palabra desatada, abierta, han caído, han muerto, han sido reprimidos, y como dijo bien Adela, ya no están con nosotros; 35 años de lucha es inmenso, y yo creo que esos dos bastiones que son Don Jesús y Don Julio, esos hombres, dos grandes zares, se preservan estos dos grandes semanarios políticos, quizá los únicos verdaderamente libres, de altísimo periodismo  de investigación, que son el Semanario ZETA y la revista Proceso”.   “No hay Estado” Tomando como punto de partida dos momentos de grandes cambios históricos, como fue la caída del Imperio Romano y el inicio del cristianismo institucionalizado en tiempos de Constantino I, y después el concepto de Estado post-absolutismo instituido por Thomas Hobbes en su “Leviatán”, publicado por primera vez en 1651 como el pacto social rector entre gobernados y gobernantes que se cimentó con la Revolución Francesa, Javier Sicilia advirtió que hoy en día “el Estado entró en una crisis brutal no solo en México, a nivel mundial. En México quizá somos la punta de lanza de lo que les espera a otros Estados”. En un orden global donde obviamente se inserta México, el escritor aseveró que el Estado mexicano no responde a los intereses sociales, sino de capitales económicos: “Los gobiernos y los Estados se han vuelto gestores de los capitales, no salvadores de la vida social, ni siquiera el uso legítimo de violencia es con una intención de mantener una regulación o un orden social; sirve para gestionar procesos económicos. En México, esta realidad es muy clara: las reformas estructurales (aprobadas durante el gobierno de Enrique Peña Nieto) van para allá, y el tema de la violencia tiene que ver con este tema del uso legítimo de la fuerza del Estado, pero tiene que ver que ya no está al servicio ni del Estado mismo, sino de grandes capitales”. Obviamente, los Estados-nación también sirven a los grandes capitales armamentísticos: “La propia guerra contra el narcotráfico como se planteó en un principio, que ahora es una guerra contra el crimen organizado, tiene que ver con esta lógica económica. El fundamento del Estado es cómo se maximizan capitales, por eso digo que se volvieron gestores los gobiernos, cómo hacemos crecer los capitales y cómo regulamos este crecimiento, a través de este uso legítimo de la fuerza. “El Estado se pone al servicio de una maquinaria productiva, contra-productiva de alguna manera, pero que deja mucho dinero y, para colmo, nuestros políticos, partidos, muchos empresarios, el discurso -y valoro porque denuncia la realidad con Hank Rhon y sus vínculos con toda esta gente-, así está y nadie se toca”. Así se llega al fracaso del Estado: “Ese Estado que nació con la revolución, cuya finalidad era ordenar supuestamente la vida social y las violencias de la sociedad, se vuelve como gestor de capitales terriblemente violento y pone al servicio de esa gestión de capitales toda la violencia del Estado, porque en realidad estamos viviendo en este país una disputa de los órdenes políticos, económicos, porque él tiene el control del Estado. Esa es la realidad, y en medio de ellos, nosotros como ciudadanos que ya no protege el Estado, y que los puede usar como una parte del negocio, nos pueden secuestrar, nos pueden matar, nos pueden correr de nuestras tierras, nos pueden marginar, y el Estado no va a hacer nada por nosotros, está al servicio de una lógica depredatoria y absolutamente económica. Eso es el parteaguas civilizatorio, esa es la realidad de que esas instituciones ya no funcionan”. Javier Sicilia insiste en un nuevo pacto social que vislumbra como la única vía en que México puede retomar su camino. “Tenemos que refundar el pacto social, que no tenga como fundamento el uso de la fuerza, que no tenga como fundamento el control a través de la violencia. ¿Cómo es eso?, no lo sé, como no lo sabía la Roma cuando estaba en su proceso de decadencia y de destrucción, pero creo que se insinúa en las márgenes, se empieza a balbucir, porque el factor, la caída de algo que nos daba seguridad y sentido, el nacimiento de algo nuevo que no existía, estamos justamente en el centro del parteaguas, y ese centro del parteaguas es tremendamente caótico, violento y vacío”.   “El PRI no es un partido, es una cultura política” En ese “vacío de Estado” que argumenta el autor de “Estamos hasta la madre” (Planeta, 2012), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) goza de hegemonía: “La vuelta de EPN al poder ha sido un regreso a la idiotez, a la barbarie”, expresó para empezar y argumentar que “el PRI, aunque alguno no lo quisiera creer, luego me quedo parado, es otro hilo de la crisis tiene que ver con el PRI: el PRI no es un partido, es una cultura política que permeó a todos los partidos, a todas las clases políticas y a una buena parte de la sociedad, y destruyó su esqueleto moral y político. Todos los partidos se comportan igual que el PRI, unos más pendejos o menos, pero su cultura es la misma: son corruptos”. El autor también reconoció en una anécdota la cultura priista en los mexicanos: “Yo nací oyendo incluso de mi madre decir una cosa atroz, y todavía  la oigo: ‘Pues que los políticos roben, pero que roben poco’”. En esa misma lógica, el intelectual no percibe diferencia alguna entre los partidos políticos, pues las tragedias lo mismo ocurren en las administraciones del PRI, PAN o PRD: “Los 43 desaparecidos de Ayotzinapa no se los podemos cargar al PRI, son del PRD; y mi hijo no se lo puedo cargar al PRI, se lo tengo que cargar al panismo, a mi hijo lo mataron, lo secuestraron bajo un régimen panista, no solo federal, sino estatal; y los de Tlatlaya son priistas. La estructura es la misma, la corrupción es la misma, la búsqueda de gestionar dinero y usarlo para mantener y maximizar capitales es la misma”. El priismo ha permeado todo hasta converger en una cultura delincuencial: “Este país es la vanguardia de la crisis civilizatoria, porque tenemos al PRI, y ese PRI, esa cultura política y delincuencial basada en el clientelismo, en la corrupción, en la compra del voto, en el silenciamiento y el palo, ¡se permeó en todos lados! Ellos propusieron los grupos delincuenciales en los que estamos viviendo: Los Zetas, la Nueva Generación, son el rostro brutal, cruel, incontenible de lo que enseñó lo que es la política del priismo. “El priismo nos dice más o menos con ese eufemismo: son gobiernos patrimonialistas, ¡no, son gobiernos mafiosos! Un gobierno que usa un Estado que nació en la Revolución Francesa, de la Independencia, de las ideas liberales, de las ideas de la Ilustración, y se sigue comportando como si viviéramos en el virreinato; y cuando llegas al poder el territorio todo es tuyo y lo usas como quieres, pues ésa es la cultura delincuencial, ¿no?”. Sicilia también hizo una analogía entre el crimen organizado y del político:  “Ya no hay un gran capo, hay muchos cárteles; ya tampoco hay un gran capo como en el PRI, se fracturó, y que los partidos y que los propios, y se comportan igual. El crimen que estamos viviendo del crimen organizado es el rostro, la continuación, por otros medios, del crimen político y la forma en que se comporta nuestra clase política. Yo se lo dije a (Felipe) Calderón, en un momento muy íntimo: ‘Usted mandó un mensaje que ha sido el mensaje de todos los partidos, de todos los gobiernos a lo largo de la historia’: es un mensaje de aprobación al crimen, ‘haiga sido como haiga sido’, y esto resume el argumento criminal, no importa, lo que importa es que tienes el poder y cómo usas tu fuerza y tu violencia. No se distingue mucho de un criminal una frase de ésas, ni se distingue mucho de lo que ha sido el priismo”.   Y los jóvenes, en medio: “Estamos con toda esta lógica depredatoria, de desmoronamiento, esta lógica económica irracional, matando a nuestros jóvenes. La mayor parte de los muertos de este país son jóvenes, la mayor parte de desaparecidos son jóvenes, la mayor parte de los sicarios son jóvenes, y los pocos muchachos que tenemos, que se han salvado de la muerte o del secuestro o del sicariato, no tienen oportunidades, no hay espacio en las escuelas, nos están restringiendo en las universidades, cada vez las quieren más privatizar, no le están dando dinero, y luego los pobres muchachos que terminan sus carreras no tienen lugar. Estamos perdiendo al país”. Respecto al proceso electoral del 7 de junio, el poeta fue claro: “Yo creo que es importante no ir a las urnas, o ir a romper el voto y ponerlo en blanco y decir: ‘Ustedes ya no nos representan, ustedes son una gran farsa, con ustedes o sin ustedes el país está desmoronado, y es todo por ustedes’. No va a pasar nada, simplemente se va a poner en claro lo que ya sabemos y padecemos, y después, cómo articularnos con la reserva moral del país, eso es lo más difícil. “Y el tema de las elecciones que vamos a presenciar habla de ese vacío, no hay Estado. Las elecciones son una simulación para volver a darles cheques en blanco a otra clase política que está usando el Estado ya resquebrajado para fines absolutamente mercantiles, comerciales y de gestión con el crimen organizado o con los grandes capitales, o los grandes consorcios internacionales”.   Con esperanza, Sicilia propone refundar el pacto social Javier Sicilia concluyó su disertación en El Cubo con una visión incierta aunque optimista: “Entonces hay que arreglarlo (el Estado), ¿cómo?, primero aceptar que ya no hay nada, aceptar que ese pacto se desmoronó, es duro, tan duro como aceptar que te engañó tu mujer, o que te engañó tu marido, o que tu hijo no va a volver a casa porque se lo llevaron unos hijos de la tiznada o lo mataron; bueno, para rehacerse hay que aceptar que alguien ya no está, y que es doloroso, y empezar a escuchar las voces. Yo creo que lo que está haciendo Don Raúl Vera con el Constituyente, y el trabajo que están haciendo muchas organizaciones a través de todo este proceso es importante. “Éste es un país que no se pone de acuerdo, ¿cómo articulamos un comité de reformación nacional que pueda decir: ¡el 2018 se acabó!? Con una agenda mínima de suelo para refundar, haciendo limpieza de todos los partidos, ejercer el Estado de Derecho o los delincuentes que nos las deben, desde presidentes refundar el aparato judicial, refundar todo eso, un mínimo suelo. ¡Hay posibilidades porque ya no hay nada! “Lo que tenemos que aceptar es que ese ‘no hay nada’ nos obliga a una nueva forma de pensar y de pactar socialmente, y de construir. El tema es ése, yo lo dejo aquí, no hay respuestas fáciles, pero sí hay que asumir que vivimos una crisis civilizatoria, y que esa crisis significa el desmoronamiento de una forma de entender y de ordenar el mundo, y que tenemos que rehacerla. Quizá nuestra labor ya no sea transformar el mundo, sino conservar algo en un pacto mucho más humano y menos abstracto con la idea leviatánica del Estado”.   “Seguimos hasta la madre, más que eso” Durante su visita a Tijuana, el autor de “Vestigios” (Era, 2013), también concedió una entrevista a este Semanario. – Parafraseando tu libro de 2012, ¿sigues estando hasta la madre?, a propósito de estos dos años y medio del sexenio de Enrique Peña Nieto… “Seguimos hasta la madre, más que eso; decir ‘estamos hasta la madre’ era un límite, y creo que ya el límite es mayor, y ya no hay palabras para decirlo”. – Empezando también por los hechos más recientes, ¿qué lectura haces de los 39 bloqueos coordinados por el crimen organizado en Guadalajara, y en general en el Estado de Jalisco del anterior fin de semana? “Es la continuación del desastre, el fortalecimiento de los grupos, el equívoco absoluto, el desastre que ha sido la política de guerra y la estrategia de seguridad que es la misma que estableció Felipe Calderón; el problema y el tema del crimen organizado (porque ya estamos hablando de crimen organizado, pasó de ser narcotráfico a crimen organizado), no se combate de con armas, en México se combate, pues, reestructurando al Estado, es un Estado tremendamente corrompido, tremendamente delincuencial, tremendamente penetrado por el crimen organizado, y esto no es más una manifestación de eso. Es un Estado que se enfrenta a sí mismo con actos ilegales, pero en el que realmente lo único que está padeciendo es la ciudadanía y el país, es decir, es un asunto entre ellos, entre facciones mafiosas que están tanto en el Estado como en los partidos como afuera, sirviendo a los propios partidos. Esa es mi visión de las cosas. “Entonces, la estrategia lo que ha hecho es exacerbar más el conflicto, es una estrategia basada en la violencia y en esta dialéctica entre disputas de territorios y disputas de controles políticos”. – En la FIL de Guadalajara de 2013 nos decías que el gobierno de Enrique Peña Nieto, a un año de administración, era “un Estado fallido, estado delincuencial o narco-Estado”. ¿A cuál de estos Estados se acerca más el gobierno peñista a casi la mitad de su sexenio? “Yo creo que es un narco-Estado, más que eso, yo creo que es un Estado criminal, yo creo que habría que definirlo como un Estado criminal, muy vinculado con el crimen organizado. Cuando tenemos 98 por ciento de impunidad habla de un Estado criminal que está coludido con el crimen organizado, cuando hablamos de corrupciones, la Casa Blanca, las casas de Videgaray, las casas de Osorio Chong, y no pasa absolutamente nada, estamos hablando de un Estado criminal. “Cuando el voto se sigue comprando con dinero  no solo de la ciudadanía, sino con dinero quién sabe de dónde, seguramente viene del crimen organizado, estamos hablando de un Estado criminal”. – “Hay que ir al boicot electoral”, sostienes. Algunos argumentan que boicotear las elecciones es favorecer al PRI. ¿Qué puedes decirnos al respecto? “Si pensamos que el PRI es un partido, pues sí; si pensamos que es una estructura, se nos olvida. El asesinato o la tragedia, o la masacre de Ayotzinapa es de un gobierno perredista, la tragedia del país que empezó en 2006 es de un gobierno panista, la tragedia de Tlatlaya es de un gobierno priista; o sea, es un problema sistémico, mientras no pensemos que el problema es sistémico, que estamos en un parteaguas civilizatorio donde las estructuras que regían la vida política, social, se desmoronaron y son criminales, pues sí, se tiene un argumento -pues ésa es la palabra-, se tiene una chatura política inmensa. “Estamos en un Estado de revolución, pero ya no podemos tampoco ejercer la revolución con los viejos parámetros, necesitamos transformaciones no violentas, necesitamos refundaciones; creo que el camino desatado por Don Raúl Vera hacia el Constituyente, en el que estamos trabajando mucho, es un buen camino”. – ¿En qué etapa se encuentra el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) o qué sigue? “El movimiento sigue fuerte en su condición moral, creo que moralmente es un movimiento muy fuerte, lo que dice el movimiento es importante, tiene pocos flancos débiles y eso le da mucha fuerza moral, pero ya no tiene capacidad movilizadora, a base los golpes mediáticos, del desprecio de la izquierda de (Andrés Manuel) López Obrador que no nos ha entendido, su falta de acercarse a nosotros porque lo que quieren es sumisión por desgracia, y no diálogo y no integración, pues tiene en esa parte al movimiento débil, no tiene capacidad movilizadora, no tiene músculo, pero su fuerza moral es muy grande. Creo que eso se ha marcado, el movimiento se pronuncia y vuelve otra vez, lo hicimos en 2012, llamar al boicot, y eso que tenía sentido en ese momento -porque eran las mismas condiciones-, ahora tiene mucha más fuerza. “Quizá, ojalá pudiéramos llegar a un 70, un 80 por ciento de abstenciones y nulificación de votos, sería un golpe brutal a toda la corrupción y a todo el sistema del Estado, a toda la delincuencia que hay en ese sistema”. – ¿Qué ha pasado con la Ley General de Víctimas? “Pues muy mal; la Ley General de Víctimas ha sido corrompida, casi nació muerta, podría decir, porque la tomó Gobernación y la gente que está ahí no es la idónea, no ha sabido ponerse del lado de las víctimas, ha decidido ser el parapeto de las políticas de Estado, y pues las que están sufriendo y padeciendo son las víctimas”. – ¿Qué nos puedes decir de la situación actual en Cuernavaca, y en general en Morelos? “Morelos es un caso gravísimo porque se siguen acumulando desapariciones, sobre todo se ha aumentado mucho el secuestro, la extorsión, el asesinato, y la política del gobernador (Graco Ramírez) es la misma política de Peña Nieto: no sucede nada, no buscamos a nadie”. – Finalmente, ¿qué expectativas tienes o cómo visualizas la segunda parte del sexenio de Enrique Peña Nieto? “Yo creo que este año y principios del otro va a ser el desfondamiento, la puesta en claro de ese desfondamiento, creo que la crisis de violencia va a aumentar terriblemente, creo que el fracaso de su política económica va a generar muchos estragos mayores, la destrucción de sus reformas en territorio nacional a través de sus reformas estructurales, va a empezarse a ver su brutalidad; es decir, estamos y vamos a asistir, por desgracia, a la clarificación del desfondamiento del Estado”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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