Finalmente, el 31 de agosto de 2015 y después de once años consecutivos de “servir” en el Poder Legislativo, Manlio Fabio Beltrones Rivera dejará de ser parte de Cámara alguna. A pesar que la primera ocasión que fungió como diputado federal fue de 1982 a 1985, en el ínter y hasta 2003 que se reintegra en calidad de diputado federal, fue senador de la República, funcionario federal y gobernador de su Estado. En 2003, con el PRI siendo oposición al perder en 2000 la Presidencia de la República, Beltrones retoma su vida parlamentaria. De 2003 a 2006 fue diputado federal; de 2006 a 2012, senador de la República; de 2012 a 2015, diputado federal. Doce años consecutivos en el presupuesto del Poder Legislativo, doce años llegando a esos espacios por la vía plurinominal. En 2015, finalmente a Beltrones le llegó un receso en su vida en el Poder Legislativo, pues no habrá elecciones para diputado federal o senador hasta 2018, cuando -gracias a legislaciones en las que ha participado- por lo menos los diputados federales que se elijan ese año, podrán buscar la reelección en 2021. Pero de aquí a 2018, Manlio Beltrones no estará ni en la Cámara de Diputados, ni en la de Senadores, a menos que le contraten como asesor, dados sus doce años consecutivos en ese Poder. En el PRI nacional está César Camacho Quiroz, quien -al modo- es candidato a diputado federal para la legislación de 2015 al 2018, y aunque puede ser diputado y presidente del Partido Revolucionario Institucional, hay quienes piensan que esa posición podría ser de la atracción de Beltrones. O alguna Secretaría de Estado, aunque el de Sonora no es afín a los círculos cercanos al Presidente Enrique Peña Nieto, que encabezan Luis Videgaray, Miguel Osorio y Aurelio Nuño; o la socorrida Embajada para exiliar políticos tanto del tricolor como del PAN. Como una estrategia, o previendo quizá, se dice que Manlio Beltrones ha ido haciendo feudos de poder en entidades como su Estado natal, Sonora, o en otros que tiene representaciones y grupos internos del PRI, a los que controla. Una de esas entidades federativas, hoy los bajacalifornianos lo vamos confirmando, es la nuestra. En Baja California, por lo menos la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social, es de Beltrones. No hay otra explicación para que esa entidad perteneciente al Gobierno de la República, sea ahora manejada como si fuera la Sociedad Anónima de un político que la maneja a su antojo y se da el lujo de heredarla. Es la única explicación para entender cómo, a la entrada al gobierno de Enrique Peña Nieto, y de Manlio Fabio Beltrones a la Cámara de Diputados donde se convirtió en coordinador de su fracción, se haya nombrado en la posición de delegado a su hermano, Alcide Roberto Beltrones Rivera. Un político que padecía ya una enfermedad terminal, que luchó contra ella en hospitales de los Estados Unidos, que falleció el 27 de febrero del presente año. En un inicio, el Gobierno de la República, el titular del Instituto Mexicano del Seguro Social, optó por no designar un nuevo delegado, por respeto al luto de la familia Beltrones. Después se tomó la decisión en la Ciudad de México, de dar esa posición a una persona cercana al propio Manlio Beltrones. Ayer jueves 30 de abril, cierre de edición de ZETA, me dijo un líder del PRI local, que el miércoles 29 en el Distrito Federal, había sesionado el Consejo Nacional del Seguro Social, para nombrar formalmente como nuevo delegado regional del IMSS, en sustitución de Alcide Beltrones, a Francisco Iván Beltrones Burgos. En efecto, hijo del fallecido Alcide, sobrino de Manlio Fabio Beltrones. Así, de tajo, por intereses de grupos políticos del PRI nacional, de la Cámara de Diputados, de la Presidencia de la República, el IMSS de Baja California se convierte en un negocio particular, donde los tíos heredan a los hermanos y a los sobrinos. El joven Beltrones Burgos podrá tener capacidad, aunque estaba laborando en la delegación del SAT en Baja California, o no tenerla; para el caso, es evidente con el nombramiento, que lo que importa es el apellido o el grupo político. Se descarta así a médicos, administradores, maestros, doctores, economistas que podrían intentar sacar a flote el IMSS, para ponderar un nombramiento en base a intereses particulares. Lo que ocurre con este nombramiento, de confirmarse como argumentó el líder priista local, podrá ser de beneficio político y económico para los Beltrones, pero para las instituciones mexicanas, es un retroceso al PRI-Gobierno del nepotismo, el interés y la negociación de grupos, por encima de la capacidad de las personas.