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viernes, septiembre 20, 2024
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Carla Guelfenbein, Premio Alfaguara de Novela 2015

La chilena de origen ruso-judío Carla Guelfenbein se convirtió en la sexta mujer en ganar el Premio Alfaguara de Novela, después de Clara Sánchez (2000), Elena Poniatowska (2001), Laura Restrepo (2004) y Graciela Montes y Ema Wolf (2005). El fallo fue dado a conocer el miércoles 25 de marzo de 2015 por Penguin Random House Grupo Editorial, a través de su sello Alfaguara, en voz del escritor Javier Cercas, presidente del jurado de la XVIII edición del Premio Alfaguara de Novela. Presidido por Javier Cercas y compuesto por Héctor Abad Faciolince, Ernesto Franco, Berna González Harbour, Concha Quirós y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), el jurado declaró ganadora la novela “Contigo en la distancia” por unanimidad, presentada bajo el título “Hasta llegar a ese momento”, bajo el seudónimo de Sofía Veloso: “‘Contigo en la distancia’ es una novela de suspense literario construida, con gran eficacia narrativa, en torno a un memorable personaje femenino y al poder de la genialidad. La autora ha sabido entrelazar amores y enigmas con una escritura a la vez compleja y transparente. Tres voces muy bien ensambladas iluminan las zonas oscuras de la mentira y de la verdad, del talento y de la mediocridad, del éxito y del fracaso. Centrada en la ciudad de Santiago de Chile, la historia abarca tres generaciones que, sin saberlo, comparten un secreto poético que es al mismo tiempo un secreto existencial”, destacó Javier Cercas. El certamen literario recibió 707 originales, de los cuales 320 fueron enviados desde España, 106 de México, 102 desde Argentina, 77 de Colombia, 41 desde Estados Unidos, 32 de Perú, 20 desde Chile y nueve de Uruguay. El Premio Alfaguara de Novela está dotado con 175 mil dólares (unos 156 mil euros), una escultura de Martín Chirino y la publicación de la obra ganadora simultáneamente en todo el “territorio de La Mancha”. “Para mí personalmente es un gran honor estar en esta lista de autores que tienen el Premio Alfaguara”, expresó a ZETA la narradora chilena.   “Uno no escribe para los premios” Carla Guelfenbein (Santiago de Chile, 1959), es también autora de “El revés del alma” (Alfaguara, 2003), “La mujer de mi vida” (Alfaguara, 2006), “El resto es silencio” (Planeta, 2009) y “Nadar desnudas” (Alfaguara, 2013). Mientras aparece en librerías, Guelfenbein adelantó que el personaje principal de su novela “es una escritora ya mayor, Vera Sigall, una escritora de culto; la novela comienza cuando ella se cae de las escaleras y queda en coma, pero ese personaje es el pivote de todo el resto de los personajes, un personaje se va construyendo a través de la voz de los otros”. Advirtió que “el personaje de Vera Sigall está basado en la historia y sobre todo en el espíritu de Clarice Lispector”, la escritora brasileña-ucraniana “que yo la vengo siguiendo desde que soy bastante niña, bastante joven, y desde el primer instante me deslumbró, al principio por su rareza”. Sobre el título de su obra, aclaró que el concepto de distancia “tiene que ver con la distancia emocional, con la distancia que aun estando los personajes cerca uno del otro, no pueden o son incapaces, o están imposibilitados de tener acercamientos reales”. “En este libro evidentemente que hay una continuidad con mi obra, aquí no hay un quiebre bajo ninguna circunstancia, vengo hablando de una cantidad de temas que los voy mirando desde diferentes ángulos, pero finalmente terminan siendo los mismos temas universales, las relaciones entre los seres humanos, cómo nos entendemos o cómo no nos entendemos, cómo nos relacionamos con el resto. “De alguna manera es una historia de tres generaciones, la primera generación que está en la novela es de los años 50, es de alguna manera una saga familiar y ése es como el hilo conductor, que va de una época a la otra, porque yo quería hablar de la juventud de este personaje que ya tiene 84 años en la época actual, entonces para eso tenía que remitirme a aquellos años, lo que fue para mí muy entretenido como trasladarme imaginariamente y construir un mundo de un Santiago de los años 50, fue algo que de verdad me gustó muchísimo”. — ¿Escribiste “Contigo en la distancia” para participar específicamente en el Premio Alfaguara? En todo caso, ¿cómo fue el proceso de escritura de esta novela? “No, no, no; uno no escribe para los premios, bajo ninguna circunstancia. Yo me demoré cuatro años en escribir este libro, y cuando uno comienza uno, no está pensando en nada ni en nadie, está pensando en su propia historia, en poder entender quiénes son estos personajes que empiezan a aparecer ante los ojos y a intentar construir una historia con estos personajes. “Yo, por lo menos, no tengo nunca en vista qué es lo que va a pasar después con lo que estoy escribiendo, es un proceso muy íntimo, personal, en el cual ningún elemento externo puede entrar a interferir en ese proceso creativo que se lleva a cabo mientras uno está escribiendo una novela. “Cuando estaba terminada, junto con mi agente, Willie Schavelzon, decidimos presentarla al Premio Alfaguara, y eso fue todo, no tiene mucho secreto; uno la manda junto con las otras 700 y tantas novelas que llegan y de ahí uno se pone a esperar, no más”. — ¿Cuál fue el principal reto literario en “Contigo en la distancia”? “Yo creo el mayor reto literario fue la estructura, es una estructura muy compleja, porque ocurre en dos tiempos, en los año 50 y en la época actual; está narrada a través de tres personajes muy diferentes entre ellos y como poder ir hilando todas estas historias que ocurren en dos tiempos, yo creo que ése era el mayor desafío, y poder hacer avanzar estas historias constantemente digamos, varias historias que se van entrenzando unas con otras; yo creo que mi gran desafío fue la estructura”. — ¿Por qué te llamó la atención “la historia y sobre todo en el espíritu de Clarice Lispector”? “La obra de Clarice Lispector me llamó la atención desde hace muchos años, la vengo leyendo hace muchos años, la vuelvo a leer porque siempre me ha parecido que tiene una prosa misteriosa, pero a la vez muy transparente, me regocijo ante las imágenes que ella construye, esa libertad que tiene para construir sus historias; pero no fue hasta que me encontré con una biografía de ella escrita por un estadounidense que se llama Benjamin Moser (Why this world. A biography of Clarice Lispector) que me interesó como personaje, me parece que además de su prosa y su literatura que siempre me había cautivado, su vida, historia y quién era ella, me pareció súper atractivo, y sobre todo que encontré cierta relación entre la historia de su familia con la de mi familia; entonces, todo eso terminó como constituyendo un poco este personaje central. “Pero la historia que yo construí no es una biografía de esta escritora, es una historia de suspenso, es una historia de secretos, es una historia de comunicación, es una historia de envidias, de talento, es una historia de varios amores, no es la biografía de una escritora y creo que eso es bien importante”. — ¿Implicó investigación tu obra literaria? “Implicó mucha investigación en muchos aspectos, hay por ejemplo todo un mundo que tiene que ver con la astronomía, porque uno de los personajes trabaja de astrónomo, entonces, todo eso implicó mucha investigación, también toda la vida de Clarice Lispector. Bueno, hay una construcción de época que también implicó mirar muchas imágenes, leer literatura de época, y luego también lo del suspenso, entender cómo los grandes creadores de suspenso como Patricia Highsmith, por ejemplo, construyen sus historias que te dejan como sentando en la punta del sillón”. — ¿Cómo es la distribución de la literatura mexicana y de otros países latinoamericanos hacia Chile? “La verdad, yo diría que es bastante deficiente. Eso es una de las apuestas importantes que está haciendo hoy en día Penguin Random House, reforzar la literatura iberoamericana y también reforzar de alguna manera los canales de distribución entre nosotros, porque yo creo que ésa ha sido una de las carencias más grandes que hemos tenido. Los mexicanos saben poco de los chilenos, los chilenos sabemos poco de los mexicanos, o sea, no tenemos demasiada relación editorial a pesar de que pertenecemos a las mismas editoriales. “Entonces, claro, conocemos a los importantes, llegan los libros que de alguna manera han tenido como una trascendencia, pero no llegan una producción demasiado extensa de ningún otro país latinoamericano, eso es algo que yo creo que Random  House lo está haciendo ahora; hay una preocupación por crear buenos canales, sobre todo por la crisis en Europa, hoy día España es un mercado mucho más chico de lo que somos todos nosotros juntos. Nosotros somos un mercado mucho más importante, y eso significa que tienen que ponerle más esfuerzo para hacer crecer este mercado que somos nosotros”.  

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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