Habla un borracho a la delegación de Policía: — ¡Oiga, señor policía! Estoy aquí en la Avenida Niños Héroes, me robaron el tablero de mi carro con el volante y todo, ¡también el peluche del tablero! “Bueno, vamos a mandar una patrulla para allá, señor”. Al rato vuelve a marcar el borracho: — ¿Sí? ¿Estación de Policía? ¡Oiga, habla el del tablero! “Sí, señor, ya le mandamos una unidad”. — No, ya no es necesario, ya encontré mi volante y mi tablero, lo que pasa es que entré por la parte de atrás del carro.