Tres generaciones han escuchado alguno de sus 54 discos, le han visto 27 veces en la pantalla grande, e, incluso, muchos otros la hicieron parte de su vida. Es sonorense de nacimiento, pero criada en Tijuana, la frontera que la vio nacer artísticamente en Albercas El Vergel. A los 4 años de edad, Beatriz Adriana empezó su sueño como cantante ranchera, y hoy viernes 9 de mayo compartirá su música en las instalaciones del International Night Club, donde la ex mujer de Marco Antonio Solís deleitará a las madres en su día. “Se hizo realidad mi sueño cuando Angélica María me recomendó con Raúl Velasco, pero mi carrera no es mía, sino de Dios, y de Ustedes”, afirmó la cantante comprometida con su fe. “La gente piensa que desde que mataron a mi hijo me acerqué a Dios. Y no es así, desde niña mi madre me decía ‘todo lo que tú hagas es si Dios quiere…’, pero después de la muerte de mi hijo, fue para mí como si me hubieran apuñalado, es querer irse con él. Pero Dios nunca se equivoca. Gracias a todos los que rezaron, si no, no estuviera de pie”, afirmó. Conocida por temas como “El Cofrecito”, “Las Margaritas” y “La Luna Será la Luna”, entre otras, además de ofrecer su concierto en el corazón de la ciudad, la cantante develará su placa en el Paseo de las Estrellas Tijuana, ubicado frente al antiguo pelotari, Jai Alai, en la Avenida Revolución. “Me van a dar una estrella que no merezco, pero servirá para honrar a la gente buena de Tijuana, porque hay más gente buena que mala. Lo que pasó con mi hijo fue algo que sucedió por el destino. Yo amo Tijuana, donde mi padre y madre fallecieron, por ello festejaré con Ustedes, con tres generaciones que han escuchado mi música, que se enamoraron, que me han hecho parte de su familia, de sus vidas”, dijo. Para la cantante de música ranchera, su don es prestado, pero explicó la clave para mantenerse vigente como artista: “Pienso que la afinación es un don que Dios nos presta, desde que tengo uso de razón, corrí a los maestros, quería aprender más. Lulú Quintero es mi maestra desde 1970. Cada maestro que he tenido me ha enseñado cosas nuevas. Tengo que dedicarme a mis ejercicios de respiración, vocales; un artista que se dedica, es un artista que dura, y un artista debe ser sencillo. Esa es la clave, amar lo que haces, respetar tu profesión. Disciplina y respeto desde niña”. La música ha sido su modo de vida, y en agradecimiento a Dios, Beatriz Adriana prepara un disco doble cuya venta beneficiará a seminaristas y mercenarios de la orden de la virgen y la merced, que en 2015 celebra 800 años.