Acusan a candidato del PRD de intimidar a su ex pareja e hija; él lo niega

A raíz de la publicación de ZETA -edición 2146-, donde la ex pareja de Víctor Manuel Sánchez González, candidato a diputado federal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), lo acusa de abandonar a su hija menor, Guadalupe Pérez Dorry señala que se han presentado “consecuencias negativas”. Sospecha que por órdenes de Sánchez González, quien también es líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), personas han ido a intimidarlas a su domicilio. Pérez Dorry relata que la madrugada del domingo 17 de mayo -dos días después de la publicación del texto “Hija acusa a candidato del PRD de abandono-, al menos dos sujetos tocaron fuerte a la puerta de la casa. Cuando abrió, se dio cuenta que estaban armados y le advirtieron “que no continuara”. A pesar de que a la entrada del fraccionamiento en el que vive hay guardias de seguridad y puerta, estos hombres lograron entrar. Explicó la quejosa que en días posteriores se dio cuenta que en al menos dos ocasiones un vehículo la seguía, y está segura que no son coincidencias o producto de sus “nervios”. En la edición anterior de ZETA se documenta cómo el candidato da 400 pesos para la manutención de su hija, pese a que antes de la separación de su madre pagaba colegiatura, hipoteca, alimento y vestido. En el material periodístico también se encuentra el testimonio del señalado, quien argumenta, no le alcanza para más, y da cuenta de los diversos procedimientos legales que se han dado de manera mutua durante los últimos años entre los padres de la menor.  Una de las consecuencias de las dificultades económicas, es que la casa donde viven la pequeña y su madre está en proceso de embargo. El candidato del PRD por el Distrito 06 sostiene que lo que comenta Pérez Dorry son “puras mentiras”, y asegura desconocer lo narrado por su ex pareja y su hija: “Pues imagínese, yo ahorita a estas alturas no tengo tiempo de andar haciendo ese tipo de cosas. Además, la señora es la mamá de mi hija y jamás pondría yo en peligro la integridad física ni de ella, ni de mi hija”. Cuando se le pregunta si valdría la pena poner atención en la seguridad de su hija a raíz de lo relatado,  insiste en tener desconocimiento del tema: “Yo me he mantenido al margen de la señora precisamente para evitar conflictos porque la señora está mal, no está bien de sus facultades, y yo no quiero seguirle el juego. Yo tengo que proteger la integridad física de mi hija, aunque ella diga cosas y pestes de mi persona”.