No escribimos con rigurosidad ni métrica poética, como lo hacen los que bien escriben; pero intentamos hacer algo para el ser más bello de la creación: nuestra madre, aunque algunos parece que no tenemos. Rodeado de mis alumnos alcancé a escribir este pequeño pensamiento alusivo al 10 de mayo, porque cada día que pasa valoro más la gran tarea que realizó mi madre a pesar de su escasa escolaridad. A ella y a mi padre debo lo que soy, sus esfuerzos apenas están dando frutos, desafortunadamente no se encuentran conmigo. Valoramos más a los padres cuando la vida nos pone en el mismo camino que anduvieron nuestros queridos viejos… Un regalo En este día de las madrecitas el mejor regalo quiero darte por todo lo que significas, jamás me cansaré de amarte. No quiero tristeza, ni llanto, pues tu gran amor de madre, que a mí me prodigaste tanto, lo recuerdo tarde a tarde. Ese amor incondicional y sincero en ninguna parte podré encontrar, ni buscando en el mundo entero algo que se le pudiese comparar. Quisiera escribirte una canción para que hoy escuchar puedas cómo late este corazón dándote, madre, mil gracias. El amor de una madre por un hijo es tan inmenso como el mar, al no tenerlo te sientes perdido y quisieras poderla abrazar. Tan solo una vez más… Con cariño para mi madre Liduvina Guzmán Martínez (Q.E.P.D.) y todas las madrecitas en su día. Francisco Heredia Guzmán Tijuana, B. C.
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