El Tribunal Federal de Malasia confirmó la pena de muerte a tres hermanos mexicanos, a los que solo les queda el indulto para escapar a la horca por un delito de narcotráfico cometido hace siete años. Los connacionales Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal fueron detenidos por la Policía Real de Malasia el 4 de marzo de 2008 en la ciudad de Johor, Bahru, acusados de tráfico, producción y distribución de narcóticos. Los condenados escucharon la sentencia en el tribunal en la capital administrativa de Purtrajaya, donde estuvieron acompañados por algunos familiares y el embajador mexicano en Malasia, Carlos Félix. Los cinco jueces del tribunal desestimaron los argumentos de la defensa, que apuntó a las supuestas inconsistencias de las pruebas y la manipulación de la droga incautada. Kitson Foong, uno de los abogados defensores, expresó su “decepción” y tristeza por el fallo del tribunal y lamentó que no hayan admitido sus alegaciones. “Hemos intentado con nuestros argumentos que el tribunal entendiera que la cadena de custodia sobre la principal prueba contra mis clientes había fallado. Los jueces no han estimado nuestras explicaciones”, señaló a Efe el letrado. “Ahora es momento de estar con la familia y con los chicos antes de su traslado y valoraremos los próximos pasos a realizar”, agregó. Como último recurso, los tres imputados pueden solicitar el perdón real para evitar la horca, que es como se ajusticia a los reos de muerte en Malasia. Vestidos con ropa blanca de presidiario y las mangas de color rojo, indicativo de los reos condenados a muerte, los hermanos oriundos del estado de Sinaloa llegaron a la sede judicial esposados y escoltados por una decena de agentes. Además de Luis (47 años), Simón (39) y José Regino (37), se sentaron en el banquillo el singapurés Lim Hung Wa y el malasio Lee Boon Sid, a los que los jueces también confirmaron la pena capital. ZETA/SinEmbargo