Que le ponga nombre al bache, No se puede, es natural, Porque su padre amoral Me dejó con el tambache. Y qué tambache, Dios mío, Hay miles por la ciudad, Ya tápenlos por piedad, En promesa no confío. Fui un a mujer engañada, Como del chino lo dicen, Hoy sus promesas maldicen Al ver mi calle dañada. Me acabé ya el calendario Buscando nombre apropiado Para mi bache adorado, Que adorna mi vecindario. Yo ya estoy acostumbrado A torear tanto boquete, Soy mejor que Manolete, En baches yo fui graduado. Ahí van las aguas benditas Para quitar el pecado De ese bache abandonado, En calles y callecitas. Y su nombre es lo de menos, No me los van a tapar Por más que lo dé a gritar Los baches ahí tendremos. En fin, yo soy tu ciudad, Mantenme bien arreglada, Como dama maquillada, Me avergüenza mi fealdad. Alberto Torres Barragán Tijuana, B. C.