David Korenfeld, el todavía director de la Comisión Nacional del Agua, abusó del poder que el Presidente de la República le confió, al utilizar los recursos, el personal y los bienes de la Nación, para uso personal. Sin embargo, David Korenfeld sigue en la nómina del Gobierno Federal. Una muestra de deslealtad al buen uso y administración de los bienes de la Nación no ha sido ni enfrentada por el Presidente Enrique Peña Nieto, ni por su Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. El caso de Korenfeld es de un abuso mucho mayor al que cometió hace casi un año la hija de Humberto Benítez, el entonces Procurador Federal del Consumidor, cuando, con la colaboración de subalternos de su padre provocó la clausura de un restaurante en la Ciudad de México. Entonces cesaron a Benítez e incluso Osorio Chong justificó ante los reporteros: “Es importante destacar que estas investigaciones determinaron que el titular de la Profeco no ordenó ni participó en los hechos. Sin embargo, el Presidente de la República, al considerar que este caso ha dañado la imagen y prestigio de la institución, ha ordenado la remoción”. El Director de la CONAGUA utilizó él personalmente el helicóptero de la CONAGUA, para trasladarse no a un asunto oficial, sino a uno personalísimo, y además subió a la aeronave a parte de su familia con todo y maletas. El exceso de Korenfeld pues, es mayor, y directísimo, de hecho es un ofensor confeso. Pues el peñista declaró que en efecto había utilizado el helicóptero para un asunto personal, primero que por una emergencia, después por un dolor de pierna y luego se justificó diciendo que había pagado los gastos generados a la Tesorería de CONAGUA –sin decir cuánto- como si la dependencia fuese una agencia de taxis aéreos. Pero ni con todas estas agravantes, el Presidente Peña ha cesado a Korenfeld ni ha ordenado a su Secretario de Gobernación informar del cese y del daño a la imagen y a la institución del Gobierno Federal que con sus acciones de funcionario-Jeque, Korenfeld le ha traido. ¿Por qué Peña protege a Korenfeld y no protegió a Benítez cuando éste ni siquiera fue responsable directo de los que hizo su hija? En los círculos de la política mexicana se sabe que David Korenfeld cuenta con la gracia, estimación y privilegios del Presidente Peña, que maneja un presupuesto superior a los 44 mil millones de pesos que ya quisiera cualquier Estado no ubicado en las inmediaciones del centro, que la seguridad de Korenfeld la proveen miembros del Estado Mayor Presidencial, que a las giras por los Estados de la República, viaja en aviones de la Fuerza Aérea, que tiene más helicópteros que ese utilizado, que viaja con un séquito, que en cada lugar que aterriza le esperan una decena de camionetas último modelo para trasladarle a los lugares de las tragedias climáticas o a la inauguración o supervisión de obra, que además cuenta con una logística que indica que antes de la llegada de él y su corte, otro equipo de empleados de la CONAGUA se traslada al lugar para hacer una pre gira de tres días antes que arribe el todo poderosos Director de la Comisión Nacional del Agua. Muchos privilegios para una persona que ha demostrado no ser confiable como depositario de los recursos, los dineros y los bienes de la Nación, que a la menor provocación utiliza para su uso personal. El Gobierno Federal no es una monarquía forjada en el PRI pero lo parece. A estas alturas y ante la evidencia del goce de los funcionarios sobre la estructura gubernamental, obtener una Dirección en una Descentralizada, equivale a sacarse la lotería y gozar una vida de comodidades a las que enfermos realmente graves no tienen acceso ni en sueños, pues una empresa en la Ciudad de México que ofrece servicio de taxis aéreos, cobra entre siete mil y 25 mil pesos el viajecito. Pero Korenfeld parece tener el visto bueno de Peña para utilizar el equipo oficial en asuntos personales. Repito, no solo no han enfrentado el tema, sino lo ocultan tras una supuesta investigación de la Secretaría de la Función Pública, ante lo que evidentemente es un culpable cantado. A diferencia de Humberto Benítez que fue sacrificado por las acciones de su hija y sus colaboradores, A Korenfeld el Gobierno Federal lo protege. Hace unos días tanto el vocero de la Presidencia de la República como el de CONAGUA, informaron que el director de ese organismo viajará a Corea del Sur para asistir al 7º Foro Mundial del Agua, que era falso lo de una renuncia y que si había más información la darían a conocer. La impunidad en la CONAGUA, auspiciada –como toda impunidad- desde el Estado, desde la mismísima Presidencia de la República, lo que le trae a Peña es más desprestigio. No solo no ha habido ni investigación ni resultados en los casos de probabilísimo tráfico de influencias en las adquisiciones de sendas casas millonarias por parte de la primera dama Angélica Rivera y el Secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray, sino que los mexicanos todos deben esperar una supuesta investigación –porque no hay más información que escuetos boletines- para determinar si Korenfeld cometió algún delito, además no se le solicitó la separación del cargo en lo que dura este proceso. De derroche y burla es el gobierno del Presidente Peña y su delfín, pues refieren que aparte de una entrañable amistad –que permite usar los bienes de la Nación- el plan a mediano plazo es hacer a David Korenfeld Gobernador del Estado de México, cargo que Enrique Peña ocupó antes de la Presidencia de la República. Y mientras en la Función Pública investigan, y los legisladores federales se hacen patos evidenciándose si han utilizado o no helicópteros en el pasado, el privilegiado Korenfeld sin problema alguno sigue cobrando, sigue utilizando los vehículos terrestres y aéreos de la CONAGUA y vaya, administrando los dineros federales, mientras se van develando los delitos de los cuales es presunto responsable. Van. En el Código Penal Federal, el artículo 223 refiere que se comete el delito de Peculado cuando: “Todo servidor público que para usos propios o ajenos distraiga de su objeto dinero, valores, fincas, o cualquier otra cosa perteneciente al Estado, al organismo descentralizado o a un particular, si por razón de su cargo los hubiere recibido en administración, depósito o por otra causa”. ¿Es necesario explicar que al haber utilizado el helicóptero de la CONAGUA para trasladarse él y su familia, David Korenfeld cometió el delito de peculado tal y como lo estipula el Código Federal Penal? No lo creo… ¿Verdad? El mismo Código señala las sanciones que se impondrán al funcionario que cometa el delito de Peculado: “Cuando el monto de lo distraído o de los fondos utilizados indebidamente no exceda del equivalente de quinientas veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal en el momento de cometerse el delito (33 mil 225 pesos a 66.45 el día de salario mínimo), o no sea valuable, se impondrán de tres meses a dos años de prisión, multa de treinta a trescientas veces el salario mínimo diario vigente del Distrito Federal en el momento de cometerse el delito (19 mil 935 pesos) y destitución e inhabilitación de tres meses a dos años para desempeñar otro empleo, cargo o comisión públicos”. Pero si se comprueba que la utilización de ese modernísimo helicóptero de la CONAGUA, el pago la personal que la maneja, el mantenimiento que requiere, el pago a pilotos, el pago del combustible y las horas vuelo, superan los 33 mil 225 pesos, entonces la sanción sería mayor, “de dos a catorce años de prisión, multa de trescientas a quinientas veces el salario mínimo vigente en el Distrito Federal en el momento de cometerse el delito y destitución e inhabilitación de dos años a catorce años para desempeñar otro empleo, cargo o comisión”. ¿Cuánto habrá costado mover el helicóptero de la CONAGUA para trasladar a Korenfeld, su familia y sus maletas? Sea cual fuese el costo –y en la Ley no habla de bondades o garantías si pagó por ello a la Tesorería, pues es un bien de la Nación y no se renta ni se utiliza para asuntos personales- es claro que de acuerdo al Código Penal Federal, Korenfeld debe ser sancionado por el delito de Peculado con multa e inhabilitación. Otro delito por el cual se le puede perseguir al director de la CONAGUA: Tráfico de influencias. Refiere un análisis legal sobre el mismo: “El funcionario público o autoridad que influyere en otro funcionario público o autoridad prevaliéndose del ejercicio de las facultades de su cargo o de cualquier otra situación derivada de su relación personal o jerárquica con éste o con otro funcionario o autoridad para conseguir una resolución que le pueda generar directa o indirectamente un beneficio económico para sí o para un tercero, incurrirá en las penas de prisión de seis meses a dos años, multa del tanto al duplo del beneficio perseguido u obtenido e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de tres a seis años. Si obtuviere el beneficio perseguido, estas penas se impondrán en su mitad superior”. Aparte la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, de donde se desprende que David Korenfeld violentó el Inciso I del Artículo 47 que a la letra señala: “Todo servidor público tendrá las siguientes obligaciones para salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deben ser observadas en el desempeño de su empleo, cargo o comisión, y cuyo incumplimiento dará lugar al procedimiento y a las sanciones que correspondan, según la naturaleza de la infracción en que se incurra, y sin perjuicio de sus derechos laborales, previstos en las normas específicas que al respecto rijan en el servicio de las Fuerzas Armadas: “I.- Cumplir con la máxima diligencia el servicio que le sea encomendado y abstenerse de cualquier acto u omisión que cause la suspensión o deficiencia de dicho servicio o implique abuso o ejercicio indebido de un empleo, cargo o comisión”. Así pues ¿Por qué el Presidente Enrique Peña Nieto protege a un funcionario de su gobierno quien fue fotografiado en flagrancia? ¿Por qué lo protege luego que es presunto responsable de por lo menos tres delitos como son Peculado, Tráfico de Influencias y Uso Indebido de un empleo, cargo o Comisión? Realmente a una Presidencia de la República tan irrespetada, tan desprestigiada y con tan poca credibilidad, le urge una acción correctiva hacia alguno de sus funcionarios que abusan de los bienes de la Nación y el encargo en el servicio público. Y Korenfeld está que ni mandado a hacer para convertirse en el ejemplo de lo que un funcionario no debe hacer, o en caso de hacerlo, atenerse a las consecuencias. A ver si esta es otra oportunidad para hacer justicia que el Presidente Enrique Peña Nieto deja pasar. Solo un gobierno abiertamente corrupto podría hacerse de la vista gorda ante las vacaciones confesas de Korenfeld.