Cerca de 900 pescadores y permisionarios del Puerto de San Felipe pararán la actividad a la que se han dedicado durante toda su vida, la pesca. Se pretende indemnizarlos, pero no se han previsto las repercusiones sociales de la medida. Para los trabajadores del mar, el regocijo se mezcla con la incertidumbre, ante la promesa del gobierno federal de entregarles miles de pesos a los pescadores durante dos años, con la idea de que dejen de pescar en la zona conocida como La Reserva de la Biosfera –la que ahora fue ampliada hasta la costa con San Felipe– bajo la premisa de proteger especies como la vaquita marina y la totoaba. La “solución” propuesta desde la esfera federal incluye el pago a los propietarios de permisos a pescadores y a una larga lista de integrantes de la cadena productiva. Todo con el fin de paralizar la pesca con redes. Conforme a esta medida, solo podrán recolectar del mar almeja y jaiba –que no se hace con redes– y la curvina, donde la red se baja solo unos minutos. “Pues es lo que dijo el gobierno, no nos va a alcanzar”, refiere uno de los pescadores desde el muelle de San Felipe, quien ya cuestiona que en la lista de beneficiarios aparezca gente que nada ha tenido que ver con la pesca. Fue el 1 de marzo de 2015 cuando desde la Secretaría de Protección al Ambiente se anunció la estrategia para “salvar” a la vaquita marina a través de cuatro ejes: ampliar el polígono restrictivo de 126 mil hectáreas a un millón 300 mil; la compensación económica a los pescadores; las inspecciones de vigilancia; y después de 2 años, la utilización posterior de nuevas redes. La propuesta federal incluye entregar el pago de 486 mil pesos a quienes tengan permiso de camarón, 289 por el pescado de escama, y por tiburón 105 mil pesos. De esas cifras anuales, el 30 por ciento sería para los pescadores y el 70 para el permisionario. En la indemnización, aparte han incluido a trabajadores que descabezan, que limpian las embarcaciones, los comerciantes de pescaderías y de toda actividad relacionada con la pesca. En suma, el gobierno federal, prometieron pagar durante los próximos dos años a todos los sanfelipenses que pescan, cargan distribuyen, limpian y preparan producto. Previamente, se estableció un comité y se elaboró un padrón de beneficiarios que esperaban concretar estos planes a partir de 1 de enero de 2015, pero llegó marzo y nada. Ahora calculan que sea el 1 de abril cuando se concrete la promesa. Amplían zona protegida El 1 de marzo desde la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se oficializó lo que llamaron Estrategia Integral para la Recuperación de la Vaquita Marina, esta especie marina en peligro de extinción que “habita” la zona del Alto Golfo de California, “para asegurar su conservación y preservación”, según justificó la dependencia a través de un comunicado de prensa. De acuerdo a declaraciones atribuidas al Subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Semarnat, Rafael Pacchiano Alamán, “la población de vaquita marina ha venido decreciendo en los últimos años debido a dos factores: pesca ilegal de totoaba y su demanda en el mercado asiático así como por el uso de artes de pesca (redes) para camarón y escama que afectan a la especie”. Para el plan se destinarán mil 082 millones de pesos –541 millones de pesos por año– para la indemnización a los pescadores. La primera zona protegida para la vaquita ahora incluye cerca de 57 kilómetros de litoral, desde el Alto Golfo hasta Puertecitos y originalmente se implementó desde 1993, en tiempos presidenciales de Carlos Salinas de Gortari, al tratarse de una especie que habita la parte norte del Golfo de California y se le considera una de las más amenazadas del mundo debido a la escasa cantidad que ha sobrevivido. Consultados los pescadores de San Felipe, aseguran no haber visto ningún ejemplar de esa especia en los últimos años. A la espera “Luchamos todo el año (2014) por una compensación justa, digna, se logró la compensación después de todo un año yendo y viniendo a México”, explica Sunshine Rodríguez, el líder de la Federación de Cooperativas Pesqueras Ribereñas en San Felipe. Él explica que a partir del 1 de abril de 2015, la única pesca posible será la de almeja arenosa, jaiba, y curvina y que la restricción que se extenderá hasta el 2017, “esto nos impedirá pescar sierra, chano, tiburón y camarón. “Se supone que es para proteger a la vaquita y para hacer los estudios de las nuevas artes de pesca para que nosotros con nuestras redes no estorbemos a la gente que va a hacer las pruebas. Y nosotros como sector pesquero cedimos”, refiere el líder de los pescadores bajo la idea de que sí era necesario hacer un estudio para desmentir, para aclarar si existe o no, la vaquita o si los números son tan bajos que ya no hay recuperación posible. Escéptico ante la existencia del pequeño cetáceo, Rodríguez ejemplifica “con la reciente marea roja han salido delfines muertos, ballenas, focas, pero nunca una vaquita” y agrega que ningún pescador de la federación ha visto una. “Creo que la siguiente especie que van a tener que proteger es a nosotros, porque estamos en peligro de extinción”, ironiza el dirigente en referencia al sector pesquero. El jaloneo por los dineros Según Sunshine Rodríguez, la compensación mencionada se destinará directamente a pescadores y permisionarios, calculan cerca de 900. Del estira y afloja por la indemnización explicó, “por el camarón, ofrecían solo 130 mil pesos por embarcación contra los 600 que calculábamos como ingreso. Incluso fui bloqueado hasta para entrar a las pláticas y negociaciones, lo que implicó el tener que encabezar una serie de movilizaciones y hasta el cierre de la Garita Mexicali-Calexico. Explicó el líder de pescadores que tuvieron que intervenir diputados federales para “forzar” que se efectuaran las primeras reuniones, finalmente la respuesta fue “ustedes compruébenos lo que ganan y si es lo que tenemos que pagar, lo vamos a pagar”. Para un pescador se calcula que serían cerca de 120 mil pesos anuales y el mecanismo será través de una tarjeta y se pretende entregar bimestralmente, “esto es una compensación, no es para hacernos ricos, es como si hubiéramos trabajado el año”. Aparte personal de la Secretaría de Desarrollo Social hicieron un estudio con trabajadores de la llamada cadena productiva –limpiador de pangas, descabezador–, que serán cerca de mil 700 personas que también serán compensadas y para esto se confirmó un comité de vigilancia “para evitar que se inscriban oportunistas”, explicó Rodríguez. En el comité participó gente de la cadena productiva, dueños de pescaderías, compradores de producto, personal de las maquiladoras, fue personal, gente dedicada a descabezar y limpiar embarcaciones. “Hubo gente que llegaba, que en su vida habían tocado un camarón y traía una carta de que iban a recibir el apoyo, alguien les firmó por ahí y quisieron meterse”, recordó Rodríguez en relación al proceso para lograr esos apoyos que calcula serán alrededor de mil a mil 500 pesos mensuales. Aun así Rodríguez considera que eso no va a resolver al cien por ciento el problema económico en San Felipe, por eso han insistido en la necesidad de otras medidas, como el que se homologue el precio de la gasolina en San Felipe con el de Mexicali, ya que el puerto, aunque es Delegación de la capital del estado, no está considerado como zona fronteriza, lo que implica que el combustible sea más caro. Vaquita, poco vista y piden liberar pesca de totoaba Uno de los personajes que más conoce sobre pesca y economía en San Felipe es Octavio Ascolani, ex titular del área de pesca durante varias administraciones federales y ahora exitoso empresario en el ramo restaurantero, lamenta la estrategia federal. “Nos sentimos lastimados, nos sentimos ofendidos porque ni el gobierno federal ni el estatal han considerado algún consenso con el sector empresarial, no sabemos qué es lo que va, ¿cómo viene el decreto?, no sabemos si va a haber liberación de pesca deportiva, o qué va a pasar, hay una total inconformidad y total desinformación”. Del tema de la vaquita, Ascolani refiere que se han realizado encuestas entre los pescadores y solamente uno –hasta recuerda el apellido, Tamborillo– dijo haber visto una vaquita. Otro caso fue hace 15 años cuando una norteamericana recogió una vaquita muerta en la parte de Punta Estrella. De ahí en más, “no hay nada concreto, no hay nada físicamente”, expuso el empresario local. En el caso de la totoaba como empresario, Ascolani manifestó que resulta de mucho interés el que se libere la Norma 059, que prohíbe su pesca, porque eso significaría la reactivación de la economía y la actividad empresarial local. “Así es como se conoció San Felipe en los 50s”, dice en relación al auge hace medio siglo del puerto en función de la pesca de esa especie marina. “Hay 77 millones de norteamericanos que se dedican a la pesca deportiva. La totoaba es una especie única que crece hasta un metro, dos metros con un peso de hasta arriba de 100 kilos, es lamentable la situación en que está ahorita y frustrante como se está manejando el saqueo”. Recordó que hace seis años acompañó a un funcionario de la Semarnat que estuvo en San Felipe realizando un estudio y los resultados indicaban una repoblación que apuntaba a la eliminación de la veda, de la Norma 059, e impulsar gradualmente la pesca deportiva. “Pero hasta ahora no ha habido ninguna respuesta oficial en ese sentido”, se lamentó. “Ya se repobló, hay suficiente animal”, agregó Ascolani. Pero mientras se restringe la pesca legal, se ha permitido la proliferación de la pesca pirata de totoaba. Una evidencia se dio la segunda semana de marzo, cuando en el retén militar de San Felipe, los soldados decomisaron una carga de 34 buches de Totoaba, carga que calculan un valor de 1.2 millones de pesos en el mercado negro. Una semana antes fueron 89 los buches decomisados en la misma zona porteña. Y este aseguramiento es solo uno de los varios que se realizan en el año en el estado. “Aquí lo peligroso de eso y créeme que estamos preocupados, es el imán que puede suceder en que esto despierte un interés para el narcotráfico, para los cárteles porque si comparamos los precios que hay en el mercado negro, se iguala mucho a los precios de la cocaína y de la marihuana”, expuso Ascolani mientras muestra una serie de imágenes de esqueletos de totoaba regados en la parte sur de las playas sanfelipenses. “Ahí no hay padrón, ahí hay dinero…ahorita está muy descarado esta situación, totalmente descarado yo creo que no hay quien lo pueda controlar”, refiere el empresario. Respecto a los conflictos de inseguridad que podría generar más de 900 pescadores desocupados Alejandro Montreal, Director de Seguridad Pública de Mexicali comentó: “Para nosotros es importante ver el comportamiento de lo que viene. El asunto de la veda es un tema que tenemos que ponerle suma importancia, si bien es cierto les van a otorgar prestaciones económicas de apoyo a los pescadores, a las cooperativas, pero la falta de un empleo también puede llevar a otras actividades, principalmente a la gente que vive directamente de la pesca”.