Generaciones llegan, vienen, nacen nuevos seres humanos, cristianos, pues venimos de Cristo, y ya nadie pone a sus hijos nombres de personajes bíblicos, María, Salvador, José, Jesús, etcétera. Poco o nada recordamos a los protagonistas del nacimiento de Jesús a la hora de poner nombres a nuestros hijos, nombres en el Registro Civil. Poco o nada fortalecemos la fe cristiana olvidando tales nombres de personajes que hicieron historia. Nacen millones de bebés y ya nadie quiere fortalecer la fe cristiana y perpetuar por generaciones tales nombres en estos nuevos seres humanos. Esos nombres ya no los queremos, no nos animamos a ponerlos a un hijo, que lo llevará para siempre y así será llamado. Uno entre mil es usado cada nombre, Salvador, María, José y Jesús. Pueden más los nombres de moda desde el siglo XX. Honor haríamos a personajes de la vida religiosa al utilizar esos nombres. Perdemos orígenes, continuidades cristianas, creencias, fe, etcétera. Qué lástima que dejemos nombres valiosos que son prueba del origen y nacimiento de Jesús y quienes profesamos la fe católica, apostólica y romana, algunos nos demos cuenta de ello y la falta de nombres en nuevos hombres y mujeres que pueblan el mundo y que podrían llamarse María, José, Salvador Jesús. Perpetuemos estos nombres, que casi los perdemos del vocabulario castellano por la influencia de otros países, que tales nombres han invadido el vocablo de habla hispana y hemos hecho a un lado aquéllos. Nombres que harán eco una vez más esta Cuaresma que casi llega y también es escucha y tal voz y eco en Adviento pasado y Navidad. Nombres olvidados, omitidos por la poca fe y nulo conocimiento de la vida cristiana y bíblica hoy día. Y, la verdad, poco percibo decir, leer, escribir nombres de: María, haz la tarea; Salvador pronto se graduará; Jesús es buen médico; José, ¿dónde estás? Cómo la ve, sapientísimo lector, mal, ¿verdad? Antes eran más usados esos nombres, en los 50, 60, 70, 80, pero del 90 pa’cá, ya el Registro Civil tiene incluidos otros nombres y menos los de la vida cristiana, de hace 2 mil 15 años. ¿Verdad? Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C.