No hay diferencia entre el malo y el menos malo. Porque ambos hacen mal, el más malo hace el mal en tu presencia, y el menos malo se esconde para tomarte por sorpresa. Lo mejor en este caso es vivir con precaución, para ellos tu precaución es resistencia y eso les impide actuar mal. En el caso que nos ocupa, debemos prevenir el mal, votando por los candidatos más confiables; por los que muestren un modo honesto de vivir, y que sean respetuosos de su persona, para que sepan respetar a quien los lleve al Congreso y que en agradecimiento lo representen y le paguen dándole trabajo. Si cada candidato gastara el dinero que gasta en publicidad, o parte por lo menos, empleando a sus votantes, ellos serían mejores mensajeros lugareños y no habría lugar o persona desagradecidos y en pago compensatorio, ellos serían felices guardianes de sus ya funcionarios. Si nosotros como ciudadanos demostramos también tener un modo honesto de vivir y que somos capaces de respetarnos, porque creemos en nosotros mismos, seremos respetuosos y responsables, seremos sembradores del bien general, precursores de la seguridad futura, como la deseamos hoy: solo así seremos el núcleo generador de todo bien. Vicente Martínez Méndez Tijuana, B. C.
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