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jueves, agosto 7, 2025
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Implosión de universos políticos

Todo universo político es un lugar rico… en misterios y en sucesos insólitos. Todo comenzó con una gran explosión, el Big Bang partidocrático. Al principio de los tiempos era solo un cuerpo de incipientes átomos políticos desparramados, pero la combinación de elementos, como la plata, el oro y otros elementos de gran valor comercial, produjo el elemento más abundante del cosmos, el corruptógeno 1924, constituido por dos átomos de voracidad, tres de cinismo, y otro más de impunidad.   Dentro de todo aquel espacio vacío… mayormente de poder, el corruptógeno 1924, produjo miles de variantes de entes políticos con una característica común. Cada uno era capaz de amasar un poder de soborno ilimitado además de ser un átomo inestable, holgazán y pesado. El propósito natural de los corruptógenos era simple, destruir otras partículas democráticas y transformar todo acto corrupto en materia oscura e indetectable. Así, coexistiría un balance entre injusticia cosmológica constante y la opulencia en eterna expansión. Los corruptógenos habrían hecho uso de su poderoso magnetismo para atraer… sobre todo contratos, negocios dudosos y fama barata. También producirían el efecto colateral de la repulsión… ante los votantes. En el agujero de gusano electoral solo existe una oportunidad de colarse a la boleta antes de desintegrar su prestigio. La gravedad… principalmente de sus actos, desde siempre les ha tenido sin cuidado mientras no desaten un cataclismo en el universo paralelo internacional. Todo tiende a ser cíclico, así, como las cifras de delincuencia, de pronto parece que desparecen y luego regresan como ondas expansivas nucleares. En el universo político, la vida que se da en los sitios propicios para el desarrollo de negocios tramposos, se ve de pronto trastocada por la tragedia. Cuando un cometa con larga estela de corrupción o bien una supernova de escándalo mediático, explota en la superficie del planetoide politicoide, con una fuerza capaz de derrumbar a las formas más avanzadas de cinismo, las cuales, a pesar de la poderosa irradiación y el tufo galáctico a tráfico de influencias, se aferran como garrapatas al espacio que ostentan en la dimensión de su curul. Algunos se mantienen sobreviviendo bajo el fango plurinominal, tragando desechos sin hacer gestos, todo mientras los demás seres planetarios se extinguen por hambre, frío e indolencia. El estrato más alto de la cadena corruptiva tiene como mandato proteger a toda costa, a su flamante líder, un insecto parasitario adherido al poder que es pieza fundamental para la supervivencia de los de su misma especie. Como el líder parásito tiene cerebro mezquino eso lo hace vulnerable… sobre todo a las preguntas y a los escándalos periodísticos. A pesar de su vulnerabilidad, su gran cresta en forma de copete sostenido por átomos canosos y cohesionados, intimida a los aletargados gorgojos planetarios comunes desnutridos y hastiados. Se arrastran bajo la gran sombra del gran cochupo interplanetario. A veces el enjambre de bichitos sub jugados, se harta de los desplantes de divo propios del insecto despótico, formando entonces un enjambre enardecido que se apresta a remover al insecto de su confortable guarida, donde vive con su prole mimada y voraz. Cuando peligra su poder, la campamocha copetuda junta todo documento incriminatorio y ordena a sus leales drones verter dentro del gran agujero negro del sistema cupular, cualquier evidencia de sus lujosos escondites y cuentas bancarias. Tristemente lo único que desean los explotados gorgojos planetarios es tener suficientes tortillas venusinas para comer y suficientes centavos moleculares para gastar. La devaluación ante las divisas de la galaxia anglosajona los tiene fritos y ansiosos. Aunque el bicho mayor hubo logrado por muchos años luz, engañar a los gorgojos planetarios con despensas y promesas de un universo mejor, éstos ya no están dispuestos a tolerar otra generación de entes parasitarios, pues han evolucionado y caído en cuenta de que el insecto tiene vulnerable el cerebro y el ego a pesar de su coraza. En este universo plagado de injusticia, es una bocanada de oxígeno puro darse cuenta de que existe una fuerza universal inherente a todas las criaturas que están dispuestas a unirse y librarse de todo insectoide partidópodo, tirano e intolerante, alcanzando la paz y la justicia en su rincón del universo. ¿Y tú, qué tanto mas vas a permitir que un parasito destructor de bienestar se incube ora vez en tu propio patio y joda tu lugar en el universo?   Toraijin Arendori Correo: [email protected]

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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