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sábado, octubre 4, 2025
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Gobernador minimiza a jornaleros

“Nosotros ya cumplimos con lo que teníamos que cumplir”, fue la tajante respuesta del gobernador de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid, mientras una caravana de cientos de trabajadores del campo se desplazaba por toda la entidad, en protesta al no ser atendidos sus reclamos. El mandatario estatal aseguró que, en lo que corresponde a su gobierno, el problema ya quedó solucionado, y como prueba mencionó el hecho de que las carreteras están liberadas, se establecieron mesas de diálogo, se instalaron módulos de atención y se logró un pírrico aumento de un 15 por ciento al salario de los trabajadores del campo, el cual ronda los 110 pesos por 12 horas de trabajo. Incluso el mandatario estatal ponderó las “facilidades” que ha dado para que los trabajadores se desplacen por cada uno de los cinco municipios de la entidad. A pesar de que los inconformes señalan la falta de seriedad de su gobierno en las mesas de diálogo y lo acusan de no encarar a fondo su problemática, Kiko Vega no se da por aludido. Muestra de ello es que se autonombró “el primer gestor de las necesidades que se tengan en Baja California, de lo que se ha solicitado en las mesas de diálogo, independientemente de que no sea mi responsabilidad”. Y argumenta que aplicar un salario mínimo mayor a los 70 pesos que “a nadie le alcanza”, es algo que necesita toda la República Mexicana, no solo San Quintín, y así debe atenderse porque el hecho de que “se eleva la canasta básica y el salario se achica, es un problema nacional”. Asimismo, Vega de Lamadrid minimizó las acusaciones de acoso sexual a las mujeres que laboran en el campo, acciones de hostigamiento hacia los jornaleros en general, o la explotación a menores, al decir que no las descarta, pero tampoco las confirma, porque no existe ninguna denuncia formal al respecto. También señaló que para que cualquier señalamiento de ese tipo pueda ser atendido, instaló un módulo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. “Nos han reportado fallas de horario, pero ninguna queja, ni denuncia de abuso”, anotó. El panista fundamenta la solución que su gobierno ha dado al problema con el retorno de los jornaleros, sin considerar a los que se mantienen al son de la protesta. A esos ni los ve. Además de la reanudación de las cosechas agrícolas por manos de jornaleros, el gobernador dice haber cubierto otros tres puntos principales: seguridad a los pobladores y quienes transitan por las vialidades de aquella demarcación, carreteras libres y mesa de diálogo. “Tenemos paz pública, carretera libre, gente trabajando, los comerciantes abrieron sus puertas”, y lo que sigue es un aumento al sueldo mínimo: “Yo apoyo un salario mayor para quien lo pueda tener”, reiteró. Aunque el Ejecutivo del Estado no descartó la posibilidad de una nueva toma de carreteras como medida de protesta, advirtió que en dado caso “todos debemos tener muy claro que vivimos en un Estado de Derecho y tenemos que cumplir y hacer cumplir la Ley”. “La primera toma de carretera se desbordó y provocó desmanes, si llega a haber (otra toma), espero que no, deseo y pido que no, hay una responsabilidad muy fuerte”. Por su parte, la voz de los jornaleros sigue firme. “La lucha no ha terminado, este apenas es el inicio”, sentenció Fidel Sánchez, uno de los líderes visibles de San Quintín. En su peregrinar desde los campos de fresas y tomate del poblado ensenadense hasta la Capital del Estado, Mexicali, medio millar de trabajadores agrícolas liderados por la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social (AONEMJUS), el clamor sigue siendo el mismo: aumento salarial de 200 pesos el día, pago a destajo de 20 pesos por caja. Tal sigue siendo la solicitud después de 15 días de protesta y tras varias mesas de diálogo. La desesperación de los líderes agrícolas ante un gobernador que un día sí, y el otro también, se lava las manos del conflicto y repite que ya cumplió con su parte, ha hecho que del reclamo se pase a la confrontación con Vega de Lamadrid, al desmentirlo a cada declaración que da fuera de la realidad. “El gobernador dijo que el problema ya se había resuelto, pero miente, no se ha resuelto. El conflicto no ha terminado y la mesa de trabajo se interrumpió debido a que los empresarios ofrecen un 15 por ciento de aumento y los jornaleros lo rechazaron”, precisó el líder de la OANEMJUS. En entrevistas de banqueta o sus redes sociales, el gobernador se ha regocijado al señalar que miles de campesinos han regresado a las tierras. Lo que no dijo es que los jornaleros abandonaron la mesa de diálogo, como en su momento dejaron literalmente hablando solos a los testaferros del gobierno estatal que fueron desfilando durante diferentes etapas del levantamiento, cuando cada uno trató de calmarles los ánimos. El delegado de la Secretaría de Gobierno Moisés Dávalos; el subsecretario de Gobierno, Pablo Alejo Núñez; el secretario general de Gobierno, Francisco Rueda, hasta llegar al gobernador de Baja California. Aclararon los líderes que en efecto, el paro fue levantado, pero no los reclamos. Algunos de los inconformes estarán laborando no por gusto, sino por mera necesidad de sobrevivencia, por lo que lo estarán haciendo bajo protesta y no cederán hasta que se cumplan sus peticiones, por eso el domingo 29 de marzo partieron en marcha. “Con esto le demostramos al país y al mundo que el gobernador de Baja California no tuvo la capacidad de dar una respuesta sencilla a nuestras demandas y se sujetó a lo que decidieron los hermanos Rodríguez del Rancho Los Pinos”, acusó Fidel Sánchez. Ante los titubeos e incapacidad del Gobierno del Estado para apagar la revuelta, los empresarios agrícolas, agazapados la mayor parte del conflicto, emitieron un comunicado oficial firmado por el vocero del Consejo Agrícola de Baja California, Marco Estudillo Bernal, presumiendo que casi la totalidad de los trabajadores han regresado a los campos. “Nosotros hemos estado en la mejor disposición de que el diálogo con los trabajadores del campo y los sindicatos nos permita encontrar los acuerdos que den viabilidad económica a las operaciones de los agricultores y generen mejores condiciones de vida para los trabajadores que le dan fuerza a esta región”. Argumentaron que existe una percepción errónea sobre las utilidades que perciben los empresarios del campo, “los márgenes de ganancia son similares a los de cualquier empresario maquilador”. Mientras tanto, los jornaleros levantados enfocan la fuerza de su protesta hacia el secretario de Gobernación, para que su titular, Miguel Ángel Osorio Chong, enfrente el problema y pueda solucionar lo que Vega de Lamadrid no pudo. Con la visita de organismo internacionales que se han solidarizado y comprometido con las causas de los jornaleros de San Quintín, tales como el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales, la Federación Americana del Trabajo y el sindicato de trabajadores del campo fundado por César Chávez, United Farm Workers, no es posible ignorar un escenario para el cual un gobernador superado por la realidad de esta comunidad agrícola solo atinó a replicar: “Los problemas de Baja California se arreglan en Baja California”.    En Tijuana: “Me gustaría que el gobernador fuera a piscar fresa”   Para los jornaleros, la incapacidad de Francisco Vega para solucionar los problemas del Estado que gobierna está probada. Por eso, desde su llegada a Tijuana el domingo 29 de marzo, dejaron claro que le apuestan a la intervención de la Secretaría de Gobernación y esperan también la participación de la Organización Internacional del Trabajo y de una comisión especial de la Organización de las Naciones Unidas, declaró Fidel Sánchez Gabriel. El solo hecho de la caravana que un día antes partió del municipio de Ensenada, mostró la dimensión nacional e internacional que los trabajadores del campo quieren darle a su movimiento. En Tijuana, por ejemplo, el itinerario incluyó un recorrido por la Garita Internacional de San Ysidro y un encuentro, con la valla fronteriza en medio, con los representantes del campo en California, Estados Unidos,  en la delegación Playas de Tijuana. Jesús Estrada, líder del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales en California, compara en entrevista las condiciones de los jornaleros en San Quintín con los del Estado vecino. Los datos se resumen así: con papeles o no, el salario no puede bajar de 9 dólares la hora, un poco más de lo que los del Valle de Ensenada ganan al día. Así los migrantes llegaron en diez camiones. Antes de bajar en el Centro Cultural Tijuana (CECUT), sacaban las manos por las diminutas ventanas por donde apenas entra el aire cuando se trasladan a los campos agrícolas de San Quintín. Eran las 11:30 am cuando uno a uno fue bajando y se formó para recibir un sándwich y un guisado que organizaciones locales les tenían preparados. Entre bocados, los campesinos narraron las injusticias que, enfatizaron, a la fecha han sido minimizadas por las autoridades, porque no hay denuncias en las instituciones oficiales. Dicen que no se han detectado niños trabajando, pero el pequeño José Manuel recibe 110 pesos por arrancar hierba en los campos del Rancho Joel Silva, presionado porque “a veces me traen rápido porque no quieren que descanse”. Comentan que no hay casos de acoso sexual contra las mujeres, pero entre los que trabajan las tierras de San Quintín y que fueron cuestionados por ZETA, saben que los mayordomos tratan de intercambiar ‘favores’ con puestos de ‘ponchadoras’ -aquellas que marcan en unas tarjetas cuantas cajas de fruta lleva cada trabajador-, porque las que realizan ese trabajo ganan unos 30 pesos más por día. “Eso siempre ha dicho… que no hay tales violaciones, acosos. Nosotros decimos que sí, porque las mismas madres trabajadoras lo han dicho, y por pena a denunciarlo públicamente, las mujeres se han quedado calladas”, expone Sánchez Gabriel. Funcionarios, entre ellos el propio  Francisco Vega, han dicho que se trata de los jornaleros mejor pagados del país, pero Sánchez  lo reta: “Me gustaría que el gobernador fuera a piscar fresa y se fuera a trabajar como nosotros. Me gustaría decirle que tan solo su subsecretario, Pablo Alejo López, gana alrededor de 44 mil pesos al mes, 480 mil pesos al año; nosotros ganamos 36 mil pesos al año”. El mensaje final de Don Fidel es para la ciudadanía en general, en México y Estados Unidos: “Cada fresa, cada mora, cada arándano que llevan a su boca, lleva nuestra fuerza, lleva nuestro esfuerzo cotidiano, la humillación, el insulto que nos dirigen los grandes empresarios”. A otro campesino se le preguntó qué tan difícil será para ellos incorporarse nuevamente a la vida laboral: “Es fácil, mientras no llegues diciendo que demandaste a la otra empresa. Si saben que eres medio político, grillero, no te dan trabajo tan fácil”. — ¿Como a Don Fidel?, se le cuestiona. “No, ya no. A la familia de Justino Herrera (otro vocero) ya no la permiten en los campos”.   En Tecate: “Exigimos mejor salario, mejor trato”   El lunes 30 de marzo, el contingente que transportaba a casi 500 jornaleros arribó a Tecate a las 9:00 am. Los recibió la Policía Municipal para acompañarles por la avenida principal de la ciudad, luego se postraron enfrente del Palacio Municipal de esa localidad. Fermín, uno de los líderes del movimiento, indicó a este Semanario que no hay partido político que los apoye. En un discurso que dio en el Parque Benito Juárez, mencionó que el domingo 29 de marzo, el gobernador Francisco Vega de Lamadrid estuvo en San Quintín diciendo que ya se habría solucionado el problema de los bajos salarios que perciben los jornaleros. “Hay compañeros que están ganando 100 pesos, 120, 150 y solo hay un pequeño agricultor que paga a 200 pesos, y la caja de fresa la paga a 20 pesos; por eso inicia esta lucha la madrugada 17 de marzo, bloqueando la Carretera Transpeninsular, solo de esa manera el gobierno se ha dado cuenta”. “Exigimos”, dijo, “mejor salario, mejor trato”; por eso llegaron a Tecate, para dar a conocer de viva voz lo que pasa en San Quintín. El orador afirmó que miles de sus compañeros se están solidarizando a nivel nacional, en Oaxaca -por ejemplo-, maestros de la Sección 22, igual sucede en otros estados de la República. Juventino Rosales nació en Ensenada hace 30 años, es casado y tiene dos hijos. Vive en San Quintín desde los nueve años y se dedica a la pisca de fresa. Gana entre 50 y 70 pesos al día, según explica al reportero. Luego aclara que hay compañeros de él que reciben menos. Dice que en el espacio donde vive hay tres familias más. Describe el lugar como un terreno grande donde están distribuidos tres cuartos con un sanitario y una regadera para todos. Previo a terminar el mitin  la regidora del Ayuntamiento de Tecate, Marina Calderón, de Movimiento Ciudadano, esta no desaprovechó la oportunidad de hacerse notar en el lugar. Repartió  tacos y agua, aun así, los jornaleros la abuchearon. “Vengo como ciudadana a brindar mi apoyo, son personas dolidas que buscan justicia a su situación y el apoyo de la autoridad, quisiera que estuvieran todos los regidores para que los apoyaran también, pero no es así”, expuso Calderón. Gritando consignas de “¡Muera Kiko Vega!”, en punto de las once de la mañana, los jornaleros empezaron a reunirse para subir de nuevo a los camiones que los trasportarían Mexicali.   En Mexicali: “No hay interés para resolver la problemática”   Los jornaleros de San Quintín llegaron el lunes 30 de marzo a la Capital del Estado. El convoy de los vehículos en los que viajaban tuvo algunas dificultades técnicas menores, además de que se alargó su visita a Tecate, por lo que fue hasta después de las cuatro de la tarde cuando arribaron a Mexicali, muchos de ellos con señas de agotamiento visibles en el rostro y en el andar. Los manifestantes arribaron a la Calzada Independencia con Bulevar Anáhuac, donde realizaron una marcha hasta la explanada de los tres poderes. Ahí los esperaban algunos líderes sociales de la capital bajacaliforniana. Poco antes, amigos de los jornaleros tuvieron que hacer una cooperación para ofrecerles una comida a los visitantes de San Quintín, donde hasta los reporteros tuvieron que aportar para las tortillas. En cuanto llegaron los jornaleros, se instalaron bajo la sombra, la temperatura superaba los 36 grados Centígrados. Ahí llevaron a cabo un mitin en el que diversos oradores desmintieron las declaraciones de funcionarios y del propio gobernador. Los 500 jornaleros señalaron que el plantón sería indefinido hasta lograr una solución satisfactoria. De igual manera, descalificaron que el movimiento se hubiera quedado sin fuerza, toda vez que los presentes apenas representaban una comisión, por lo que el resto de los trabajadores agrícolas aún estaban al pendiente del movimiento y podrían volver al paro.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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