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lunes, octubre 21, 2024
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Urge Gobernador de tiempo completo

Francisco Vega de Lamadrid, el Gobernador de Baja California, ya debe dejar de viajar. Debe pasar más tiempo en el Estado atendiendo los problemas que poco a poco le van creciendo hasta explotarle en las manos y perjudicar a miles de familias bajacalifornianas. Francisco Vega de Lamadrid ya debe dejar de tener actos púbicos más parecidos a los de un candidato en campaña, que a los de un Gobernador Constitucional en activo, con la seriedad de la investidura y las acciones que requieren los bajacalifornianos. Este año y siete meses de Gobierno Francisco Vega no ha ofrecido a los residentes de este estado los resultados prometidos y esperados. Tampoco ha garantizado la seguridad, ni apoyado el buen desarrollo económico. El Gobernador actúa con una insensibilidad que es de preocupación. La frivolidad de los viajes, y el no escuchar lo que de él se dice y considerarlo para cambiar de estrategia y ponerse a gobernar, no ayuda a nadie, ni a él ni a los gobernados. Aquí en ZETA se publicó la edición anterior una encuesta de Plural.mx de Lauro Ortiz Aguilera, donde en todo el estado, los ciudadanos desaprueban su gobierno, lo calificaron con una nota reprobatoria y una amplia mayoría votaría para que dejara de ser ejecutivo estatal si en el estado la figura de revocación de mandato que tanto prometió Acción Nacional, fuera una realidad. El Gobernador no está, ni por principio, ni por consejos, ni por asesorías, ni por capricho, para poner oídos sordos a lo que piensan y perciben los ciudadanos a los que juró gobernar con trabajo y dedicación. No puede por más que le hablen al oído, creer que está rodeado de laureles y con un nivel de popularidad amplio. No; al Gobernador se le está quemando su milpita. Ahí están las manifestaciones que cada día le crecen. Los jornaleros en San Quintín, parando la producción agrícola por más de 36 horas luego que el gobernador y su secretaria del trabajo y su secretario de fomento agropecuario –por cierto con intereses en el campo al ser él mismo agrícola del valle– no consideraron las solicitudes de atención que los explotados trabajadores les hicieron desde octubre de 2014 aunque el tema del trato inhumano para los jornaleros en San Quintín es histórico. También las manifestaciones de maestros, muchos de ellos ya incapacitados físicamente para levantarse en caminatas o huelgas para exigir lo que por derecho les corresponde desde hace muchos, muchos años, como es su jubilación. El Gobernador, la secretaria primero y el secretario después de Educación, han ignorado el tema, no los escuchan, no los ven y pretenden con reformas a la ley, calmar los ánimos de la injusticia social cuando se han convertido en barricadas de inconformidad. Las manifestaciones diarias de cientos y miles de ciudadanos que padecen la inseguridad en sus casas, sus carros, sus escuelas, sus teléfonos, pero que ni el secretario de seguridad ni el gobernador hacen frente como debe ser, que dejan de implementar políticas integrales de combate a la inseguridad con la falaz premisa que en Baja California los cárteles de la droga están disminuidos o desmantelados, los mismos que en su etapa más ínfima son los productores de asaltantes, rateros, extorsionadores, asesinos. Luego la inconformidad de la gente que no tiene un techo digno, que no cuenta con servicios básicos, que está desempleada, que integran los cinturones de pobreza que el Gobierno no combate con políticas públicas para llevarlos ya no digamos a la bonanza económica, sino a una vida digna. Están también las desafortunadas y obviamente no pensadas declaraciones que hace el Gobernador, como decirles a las mujeres que son buenas para cuidar a sus hijos, o en plena explosión de la manifestación en San Quintín, referir que algo debe tener Ensenada que todos van hacia allá. O faltarle el respeto a los jornaleros cuando por primera vez los tiene enfrente y les dice que le da gusto saludar una mano callosa. Es evidente que el gobernador no repara en sus insensibles declaraciones. Realmente lo que necesitamos es que el gobernador escuche a los bajacalifornianos más y menos a sus serviles funcionarios. Sería ideal que hoy reflexionara, pero como escribe mi compañero Isaí T. Lara Bermúdez en su columna Cuentahíloz de esta edición, hoy viernes 20 de marzo, después de haber atendido tardíamente hasta el jueves a los jornaleros de San Quintín, solo para no resolverles sus añejos problemas, el gobernador se va a Reno, Nevada. Hay por ahí un acto de pretexto oficial en este viaje, lo cual no impide que se lleve a su camarilla de colaboradores, como lo ha hecho en el pasado, sean viajes de placer a cazar o pescar, o de supuesta agenda a la Ciudad de México con sus respectivas escalas para otros temas. Es evidente ante la explosión de las manifestaciones que el gobernador no puede descansar la solución de los problemas políticos del Estado en el Secretario de Gobierno, Francisco Rueda, porque el panista asentado en Mexicali tiene la personalidad gris, no tiene mano derecha y sus ánimos están más concentrados en políticas electorales que en acciones gubernamentales, tanto que, vaya, de ser Paco Rueda ahora lo conocen como Opaco Rueda. Urge a Baja California un Gobernador de tiempo completo. Sin CRITs, sin concursos de pesca, sin conflictos de intereses, con transparencia, con honestidad, con acciones, con colaboradores inteligentes y eficientes, pero sobre todo, presente y consciente de lo que sucede en el Estado para poder contribuir a la solución de los problemas.

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