Emocionado, “El Rey del Acordeón” impuso el ritmo, compartió la tradición de la música norteña e interpretó las canciones más populares de su trayectoria, dejando buen sabor de boca en la región, primero en Plaza Calafia (Mexicali) y después en la Monumental Plaza de Toros (Tijuana), donde el músico de origen regiomontano certificó la penetración de su música en distintas generaciones, rostros y corazones. Con poco más de medio siglo de trayectoria, Ramón Ayala y sus Bravos del Norte celebraron a la orilla del mar y con su público más fiel, una velada de acordeones, bajo sexto, tamborcitos, bajo y percusiones, con las que se acompañaron los cánticos al unísono de más de once mil personas reunidas el sábado 28 de febrero en “La Monumental”, cuya estructura fue vestida de texanas, botas, cintos piteados, camisas de cuadros, jeans y abrigos aborregados. Luego de una introducción audiovisual en la que se narraron los puntos más sobresalientes de la carrera del músico, éste inició el recital titulado “El Regreso del Rey”, entonando “Casas de Madera” y “Tragos de Amargo licor”, activando el cantar de la Plaza de Toros en una noche fría y nostálgica, pero abrigada por completa indumentaria vaquero-ranchera, tanto de público de Ensenada, como de Rosarito, San Quintín, Tecate y Tijuana. El paso de la velada se escribió con la interpretación de “Chaparra de mi Amor”, “Baraja de Oro”, “Un Puño de Tierra”, “Que me Entierren Cantando”, “No Porque Seas Tú”, “Yo te Amo María”, “La Vecina me Puso el Dedo” y “Dos Monedas”, llevando al público de un sentimiento a otro, por momentos románticos, de corridos tristes o alegres melodías. Ramón Ayala impartió en Baja California su cátedra, dejando en claro su poderío como leyenda viviente, único en su estilo, y principal referente del género. Después de dosis tras dosis de tradicional música norteña, “El Rey del Acordeón” invitó a su hijo Ramón Ayala Jr. al templete para compartir los micrófonos y cantar temas como “Me Caíste del Cielo”, “Pero Esta Vez Lloré”, “Javier Peña” y “Compré una Cantina”, para posteriormente enfilar su presentación hacia su fin, sin dejar de cantar “Qué Tal si te Compro”, “El Disgusto”, “Mi Golondrina”, “Vestida de Color de Rosa”, “Piquito de Oro” y “Alma Enamorada”, con la que se hiciera famoso el fallecido intérprete norteño Chalino Sánchez.
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