Físicamente diferente. Ni siquiera imaginan su estampa. Pero creen que piensa igualito a Mario Aburto. Y que también anda por allí, en las calles de Tijuana. Hasta escuché a cierto priista veterano “a lo mejor y este desgraciado con tal de imitar en todo al otro también trabaja en una maquiladora”. Por eso estoy seguro: a los candidatos para presidente de la República no les organizaron actos al aire libre. Ni de chiste fueron a Lomas Taurinas. Allí donde Colosio recibió los disparos. Tanto que lo mencionan y a la hora de la hora ni honores le presentan. Madrazo en todas sus visitas ni de ocurrencia. Andrés Manuel López Obrador prefirió visitar el mausoleo en Magdalena de Kino. Bernardo de la Garza Sepúlveda no salió de su circulito de amigos. Patricia Mercado ni en cuenta. Y Felipe Calderón, menos. Los organizadores de las giras no dicen nada. Pero con su silencio lo dicen todo. Para empezar y contrario a otras partes del país, en Tijuana nada de actos en calle o avenida. Solamente locales cerrados. Con mucha vigilancia. Cuando Roberto Madrazo vino como precandidato hubo cerca de mil policías municipales cuidándolo. Esa fue la orden del alcalde Jorge Hank Rhon. Cerraron el tráfico primero en las cercanías de la plaza de toros, retacada de “acarreados”. Puras molestias. El tránsito fue un desgarriate. Muchos aplaudiendo al de la camisa roja, pero miles de miles afuera sufriendo el abuso y naturalmente maldiciendo. A Madrazo no lo dejaron dormir en un hotel. A la residencia del junior. Mezcla de miedo y presunción. Fue transportado en vehículos blindados. Ya siendo candidato oficial lo refundieron en un local donde no caben más de dos mil personas. Ni siquiera lo llenaron. Aceptaron solamente a los escogidos en barriadas para llevarlos en autobuses. Nadie más extraño. Como dicen por allí “no dejaron que ni las moscas se le acercaran”. Y otra vez, cientos de policías municipales cuidándolo. Madrazo no fue como el último candidato priista antes de Fox: Ernesto Zedillo Ponce de León. Enseguida de rendir protesta como sucesor de Colosio fue a Lomas Taurinas. Debió rezar en el sitio del asesinato. O por lo menos tuvo un pensamiento profundo. Su esposa Nilda le acompañaba. Se veía nerviosa al lado de sus hijos asombrados. El doctor no. Triste pero calmado. También aquel 1994 lo hizo el panista Diego Fernández de Ceballos. Llegó al lugar con unos cuantos acompañantes y entrada la noche. Sin alumbrado. Evitó periodistas para no capitalizar tan sincera visita. He visto prensa y televisión. Grandes actos en las calles de otras ciudades. Lo mismo de Felipe Calderón Hinojosa (PAN), Andrés Manuel López Obrador (PRD) o Roberto Madrazo Pintado (PRI). Pero no en Tijuana. El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal apenas estuvo unas tres, cuatro horas. Igual a Madrazo, lo llevaron al mismo salón. Con una gran diferencia. Con López Obrador no hubo “acarreados”. Entró quien pudo y alcanzó porque muchos ni siquiera lograron entrar. Superó en asistencia a Madrazo. Pero igual, nada de eventos callejeros. Ni visitar colonias humildes. Banquete con empresarios. Nada de taquiza con la chusma. Felipe Calderón Hinojosa se salió más de ese molde del miedo. Sorprendió dejarse ver al aire libre al pie de la barda fronteriza en Playas de Tijuana. Ni de chiste la vigilancia que tuvo Madrazo. Apenas unos cuantos gendarmes. Luego estuvo a las afueras de un centro escolar. Lugar harto transitado. Rapidito y sin tantos cuidanderos. Pero el evento principal fue en un hotel. Tanta o más asistencia que la atraída por López Obrador. Superior a Madrazo. Pero eso sí, muy controlada la entrada. No pasó cualquiera. Y tampoco se quedaron fuera. Así los candidatos llegaron a Tijuana con el miedo a otro Aburto y para hablar solamente frente a sus compañeros de partido. Más Calderón. Muchos panistas y uno que otro priista queriendo vestirse democráticamente o como orejas para el chisme. Andrés Manuel fue diferente. Ya quisiera el PRD tener como militantes a los asistentes en aquel evento. Hasta de Los Ángeles y el sur californiano vivieron. Y Madrazo me da lástima. Las dos visitas para “presidir” actos han sido descaradamente de “acarreados”. La última “gira” fue organizada según eso por el Movimiento Territorial. Aunque en realidad el único en meter las manos fue Jorge Hank Rhon. Por cierto, Odilón García, reportero del telediario Notivisa, entrevistó a varios asistentes. Ninguno supo decirle por qué estaba allí. A quién iban a ver. Y jamás en su vida escucharon qué es o con qué se come el Movimiento Territorial. Por eso es ridículo. Madrazo debe saber a quiénes está hablando y que no le van a entender ni papa. O si lo ignora entonces lo están engañando. Vilmente. Eso no se lo harían a su padre. Tampoco lo permitiría. Y el profesor Hank indudablemente sería más discreto que su hijo Jorge en organizar esta clase de actos. Por algo fue delegado del PRI en varias ocasiones antes de ser gobernador de su estado. Para mí estas formas de propaganda no tienen chiste. Tampoco aseguran un buen resultado electoral. Los actos se realizaron solamente ante militantes y no ciudadanos en general. De hecho ya se tiene “amarrado” el voto de los asociados. No tiene caso hablarles si convencidos están. Así pasaron a la historia aquellos mítines a mitad de las calles. El PRI con sus acarreados. Los panistas desgañitándose por reunir oyentes. Y al ahora PRD y que viene desde el Frente Democrático Nacional no se le debe regatear: con el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas reunió muchos simpatizantes que ya los quisiera Andrés Manuel López Obrador. Recuerdo el imponente mitin al aire libre de Diego Fernández de Ceballos. Por poco y las damas lo dejan descamisado, porque besuqueado sobró. Los planes de cada partido en Tijuana son diferentes. El PRI a regalar comida para los asistentes que acarrea. Ofrecer regalos. Se aprovechan de los miles de paisanos llegando a diario a Tijuana. Desamparados. Si les dan y les ofrecen en rifa camionetas y lotes naturalmente que votarán por Madrazo. Recién arribaron no saben cómo ha sucedido la política. Los perredistas no hacen ampolla solos. Tienen simpatizantes. Muchos están hartos en Baja California de los desfiguros, derroche y desgobierno hankistas. Desilusionados. Felipe Calderón está resucitando al panismo. Y en eso le ayuda mucho el presidente municipal y junior. Si cuando el PAN gobernaba y se desfiguró se decía “mejor el PRI, más vale conocido por conocer”. Pero ahora con los priistas en el gobierno municipal de Tijuana es un hecho que Madrazo perderá en Baja California. Aparte se da otro fenómeno. Antes un candidato bueno “arrastraba” a los aspirantes para diputados o senadores. Hoy tan discutibles son unos como otro. Recuerdo en 1989. Ernesto Ruffo (PAN) solicitó permiso y se lo dieron para entrar a la Universidad. Habló con los estudiantes. Lo mismo hicieron Marta Maldonado (PRD) y la Licenciada Margarita Ortega Villa (PRI). Pero ahora los candidatos y sus seguidores no lo hacen. Tienen miedo a los jóvenes. Ignoran que en 2006 como en pocas ocasiones el mayor número de electores serán jóvenes. Casi la mitad del total. Irán por vez primera a las urnas. Y ellos no se conforman con acarreos, rifas ni carnita asada. Hay además un punto clave. Los numerosos “ex porros” en el Ayuntamiento de Jorge Hank Rhon, fueron dominantes hace 10 años. Actualmente no tienen ninguna influencia. Por eso me imagino más el voto de castigo y no el favorable. La juventud en su mayoría, me imagino, demostrará su inconformidad antes que simpatía. Entonces, los candidatos a la Presidencia no están haciendo campaña en la calle. Tampoco entre los jóvenes. Los organizadores de sus giras siguen pensando en un nuevo Mario Aburto y están equivocados. Al tener esa idea metida en la cabeza están demostrando más el temor y menos la simpatía. Vienen temblando o no con entusiasmo. A la defensiva y no por el apoyo. Por eso en Tijuana, contrario a todo el país, realizan sus actos en locales cerrados. No en las calles. Eso demuestra su desconocimiento de la realidad fronteriza. Ellos solos están asustados. Ven un Mario Aburto a la vuelta de cada esquina. Eso los debilita. Queremos un Presidente que convenza. No que se espante. Tomado de la colección “Dobleplana” de Jesús Blancornelas, publicado el 16 de diciembre de 2005.