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sábado, septiembre 20, 2025
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Indigentes y adictos, problema de salud no atendido

Sin asistencia, ni hogar, desplazados de El Bordo se resisten a alejarse del que fuera su refugio hasta el domingo 1 de marzo. Al menos un centenar de ellos deambulan durante el día en las inmediaciones de la canalización del Río Tijuana, y quienes no fueron alojados en un albergue, o encauzados a un centro de rehabilitación –alrededor de 50–, pernoctan en la calle en Zona Centro y Norte, donde incluso hacen sus necesidades en banquetas y avenidas. Los más osados se trasladaron al extremo sur del canal o mantienen sus moradas en las cloacas ubicadas en el lado norte de la Avenida Internacional. Sí, son los menos, pero están dispersos y vagan por doquier, “y se corre el riesgo que se multipliquen si no se define pronto qué se va a hacer con ellos”, advirtió el padre Óscar Torres Hernández, encargado del Desayunador Salesiano del Padre Chava. Al problema social se suma el de salud, al corroborarse en la canalización la presencia de virus como tuberculosis, dengue, hepatitis, rickettsia y SIDA. Además de las enfermedades infectocontagiosas, la mayor parte de los ex habitantes de El Bordo sobrellevan adicciones o padecimientos que requieren tratamientos psicológicos y/o psiquiátricos, pero en este punto aún no hay una solución definida. Mientras la federación verifica la necesidad real de aplicar programas de atención a ese sector de la población de Tijuana para después de un mes comenzar a enviar recursos, el Estado continúa sin definir un programa concreto. Dado el primer paso, después del desalojo de El Bordo, el municipio continúa lidiando solo con el problema y su solución. Del canal a las calles Aunque la cifra de los desalojados del Bordo enviados a los centros de rehabilitación se elevó de 152 a 500, todavía un promedio de cien se mantiene en las calles, particularmente en la zona Norte y sobre el propio bordo de la canalización del Río Tijuana. A decir de Rosario Lozada, coordinadora del programa Mejora, en los días subsiguientes al operativo coordinado por el municipio el 1 de marzo, se han rescatado a casi 400 personas más para ser atendidos en los once centros contra las adicciones dispuestos para su atención. Se les ha localizado en albergues y diversas instituciones donde se les ofrece ayuda, así como en las calles aledañas de la Avenida Internacional, 20 de noviembre, Murúa y Alamar. Pero solo son llevados a los centros de rehabilitación aquellos que voluntariamente acceden a tomar el tratamiento, quienes no, simplemente son dejados en la vía pública, donde siguen deambulando. “Son ninis, porque ni trabajan, ni se rehabilitan, ni aceptan ser retornados a sus lugares de origen, ni se bañan, ni nada”, subraya Rosario Lozada. En el recuento de la funcionaria, medio centenar vaga y pernocta las 24 horas del día en las áreas aledañas a la canalización. Otro tanto, los que continúan en el albergue La casa para migrantes Jehová protege a su pueblo, A.C., hacia donde fueron alojados después de ser sacados del Río Tijuana, en el día merodea en Zona Río, Centro y Norte, porque el refugio solo es válido durante la noche. Por ello es que a cualquier hora del día se les ve en calles, banquetas y en el mismo Bordo, no obstante el resguardo que la Policía Municipal mantiene en la canalización y la estrecha vigilancia que se observa en Zona Centro y las inmediaciones de El Bordo. Si no se les encuentra bajo el influjo de una droga, o cometiendo alguna falta o delito, se les deja en su situación de calle. La coordinadora de MEJORA sostiene que todos requieren o tratamiento psicológico o psiquiátrico, pero no se les atiende porque no hay un presupuesto para ello, al menos no por parte del municipio, “enviarlos al Hospital de Salud Mental de Tijuana nos costaría mil 640 pesos por el tratamiento diario de cada uno de los que ingresemos”, anotó. Pero las autoridades del nosocomio refutan ese argumento y dicen no entender por qué la autoridad municipal, a través de la Secretaría de Seguridad Pública, no levanta y les canaliza las personas que requieran esa atención. “Hasta el momento, de ese operativo, no nos han traído a nadie”, destacó Laura Ayala Sáenz, coordinadora del área de Trabajo Social del hospital. “Desde hace años existe un convenio con el municipio a través del cual se brinda atención gratuita a las personas en situación de calle con trastornos mentales”, informó, para luego añadir: “El personal del hospital no está facultado para traerlos aquí por cuenta propia, pero la policía municipal sí puede hacerlo”. Salud, ninguna aportación extraordinaria A casi dos semanas del operativo de rescate, el sector salud da seguimiento en los tratamientos de los ex habitantes de El Bordo localizados en albergues o centros de rehabilitación, pero no canaliza a aquellos que requieren de un tratamiento siquiátrico, por catalogar que esto es competencia del municipio. En el censo elaborado a los desalojados, el gobierno municipal concluyó que la mayoría de éstos, un 80 por ciento, no son connacionales o repatriados, sino adictos a algún fármaco o sustancia ilícita. “Por lo que ahora el tema de salud se ha vuelto la prioridad en la atención que deben recibir los rescatados”, subrayó el alcalde Jorge Astiazarán. Pero el municipio por sí solo no cuenta con los medios suficientes para un seguimiento en ese rubro. La federación y el Estado sí, pero fuera de los programas ordinarios de salubridad, continúan sin coordinar un seguimiento a la medida emprendida por el municipio. Si bien es cierto el lunes 9 de marzo se apersonaron en el municipio el director general de Prevención y Control de las Adicciones (CENADIC), Raúl Martín del Campo Sánchez, y el director de los centros nacionales de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE), Cuauhtémoc Mancha Moctezuma, su visita solo fue para verificar lo efectuado por el municipio. En el transcurso de esta misma semana, personal de CENADIC y CENAPRECE han continuado los recorridos de análisis en los centros de rehabilitación y El Bordo, coadyuvando en la elaboración de una propuesta, la cual el gobierno local deberá presentar a la federación el 30 de marzo. Será hasta después de esa fecha cuando el gobierno de Enrique Peña Nieto determine el tipo de apoyo y algún presupuesto para el seguimiento del problema social, de salud y de seguridad que significa para Tijuana el atender a migrantes, deportados y adictos que deambulan por la ciudad al no poder refugiarse en el canal. También se espera que se defina una partida para ofrecer capacitación que permita acomodar en centros de trabajo a quienes se encuentran en rehabilitación. El gobierno de Baja California, por su parte, a través de la Secretaría de Salud, realizó el pasado lunes un recorrido para constatar que en los centros de rehabilitación se encuentren los que dice el municipio canalizó para que superen la farmacodependencia, pero espera un censo de todos ellos para decidir las medidas a emprender. El doctor Héctor Zepeda Cisneros, jefe de la Jurisdicción de Servicios de Salud de Tijuana, indicó que se está a la disposición del municipio para apoyar con pruebas rápidas de VIH, sífilis y otros padecimientos de tipo infeccioso, así como para facilitar condones y jeringas. En tanto continúa con la asistencia médica que desde antes del operativo ya se ofrecía en los centros de rehabilitación, así como en el seguimiento de los pacientes con enfermedades infectocontagiosas que habitaban El Bordo. Disminuyen delitos en Zona Centro Tras el operativo de depuración del canal del Río Tijuana, la incidencia delictiva ha disminuido. Asaltos a transeúntes, turistas y comercios han descendido en forma significativa, situación que el comercio organizado atribuye a la estrecha vigilancia policiaca que la Secretaría de Seguridad Pública Municipal ha desplegado después del operativo del 1 de marzo en la Zona Centro, Norte y áreas de tolerancia. Acciones de vandalismo como robo de cables y cristalazos a negocios y vehículos, también han descendido. Seguridad Pública atribuye que un promedio de mil acciones delictivas al mes, eran cometidas por los habitantes del canal, por lo que elabora una estadística para determinar el beneficio que en materia de seguridad derivará la limpia de ese lugar. El Bordo también era utilizado como un punto para la venta, distribución y consumo de estupefacientes, por lo que el gobierno municipal ya se prepara para un posible cambio en la dinámica de quienes promovían su consumo. De inicio se ha estrechado la vigilancia en las inmediaciones de la canalización del Río Tijuana. ¿Y después?

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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