Tomás vive abstraído en un mundo de añoranza. Radica con su madre en Veracruz, pero al no medir el peligro de sus actos, ésta lo manda una temporada con su hermano Federico a la Ciudad de México. Allí, donde debería encontrar un atisbo de rectitud, le pasará lo contrario, haciéndose parte del propio caos del lugar que solo parece ofrecer desesperanza para sus habitantes. Ese es el inicio de “Güeros”, película de Alonso Ruizpalacios que a nivel mundial debutó en febrero del año pasado en Alemania, mediante el festival de cine conocido como la Berlinale, donde consiguió ser la Mejor Ópera Prima, pero que en los meses siguientes recabó otros reconocimientos, entre ellos el Premio Horizontes Latinos del Festival de Cine de San Sebastián en su edición 62, y Mejor Nuevo Director y Mejor Fotografía en el Festival de Cine de Tribeca. Vista por su director como una terapia ocupacional ante el desempleo cuando acabó sus estudios, según lo declaró en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), la escritura de la trama la inició al querer retratar su constante amor y desamor por el Distrito Federal. Una vez que avanzó en esa base del guión, se apoyó de Gibrán Portela, con quien viajó becado por siete semanas a Madrid, España, para un taller donde perfeccionaron lo redactado hasta ese momento. Usar de trampolín al Puerto de Veracruz, fue la estrategia que empleó para que, al ver el filme rodado en blanco y negro, el espectador sienta cómo entra en el laberinto de una ciudad confusa y se dé paso a una road movie cuando Tomás convence a su hermano mayor, mejor conocido como “El Sombra” (Tenoch Huerta), de buscar a Epigmenio Cruz (Alfonso Charpener), un cantante sesentero que está hospitalizado en la ciudad y que era una figura que solía escuchar el padre de ambos, al grado de que el menor de ellos viajó llevando consigo un casete de él que buscará, le firme. A la aventura presentada en México desde hoy viernes 20 de marzo por Cine Caníbal (“La Jaula de Oro”, “Los Insólitos Peces Gato”), se suma Ana (Ilse Salas), quien da pie a la parte romántica de la comedia y Santos (Leonardo Ortizgris), el roomie del Sombra a partir de que comenzara la Huelga Estudiantil de la UNAM, ya que se hace alusión directa a que todo transcurre en 1999, pero por contener rasgos más actuales, la producción se autodefine como atemporal e incluye el toque de improvisación que Alonso Ruizpalacios aprendió del oficio del teatro. En febrero, “Güeros” se exhibió en Tijuana gracias a la 57 Muestra Internacional de Cine que se presentó en la Sala Carlos Monsiváis, pero solo contó con dos proyecciones el mismo día, así que su llegada a los complejos de Cinépolis Plaza Río y Monarca, son la ocasión perfecta para verla si todavía no lo hace o repetir la experiencia, si así lo desea.