Familia mexicana forma "Mujeres Invisibles"

Mientras nos parezca extraño que una mujer tenga acceso al poder, represente cargos importantes, sea independiente, tome decisiones en su vida, logre destacar y comparta, quiere decir que estamos muy lejos todavía de vivirlo de forma natural, asegura la escritora mexicana Blanca Mercado. En el Día Internacional de la Mujer, la autora de ocho libros publicados y dirigidos principalmente al sector femenino desde la Psicología y el Desarrollo Humano, afirma que la violencia que viven las mujeres es parte de la educación en nuestros hogares y “se refiere a esa parte de solapar el maltrato y de verlo como muy natural, sencillo”. “Es que me maltrata lo suficiente o me maltrata solo cuando yo lo provoco. Y nos parece tan normal, tan cotidiano. Se platica incluso con las amigas, con las vecinas, que ya se ven los agravios como parte de nuestra vida. Y en ese solapar, no denunciar y encubrir al esposo, padre, hermano o hijo agresor, en una conducta que es muy notoria, vamos permitiendo que la violencia contra la mujer, contra las niñas siga creciendo”, desataca la doctora Mercado. El hecho de que la mujer todavía esté lejos de conseguir el anhelado propósito de revertir una sociedad machista -que se hereda de generación en generación- en la que mujeres forman a otras mujeres y a otros hombres que son parte y toleran la agresión como un trato normal, “no debe desilusionarnos de que ya no hay nada que hacer, sino que cada día hay que poner nuestro granito de arena para hacer valer es igualdad”, dijo la entrevistada. La violencia de género La autora del libro ‘Mujer Invisible’ está feliz con el lanzamiento de su primera novela de intriga y violencia intrafamiliar pues muestra como la familia mexicana forma mujeres invisibles, como Estela, la protagonista, “una maestra de educación cívica y ética, muy preparada que da conferencias sobre el abuso y el maltrato para la mujer y que después de muchas charlas se sorprende de que es parte de ese grupo de víctimas”. Blanca Mercado explica que Estela no se había dado cuenta. No estaba enterada. En eso trabajaba. “¿Por qué ocurre esto? Porque la violencia no es sólo como la esperamos”. El libro narra cómo nace Estela “y ahí van a ir descubriendo lo que provoca que una familia amorosa –porque la familia de Estela era amorosa, con valores y metida en la religión- le haya enseñado las tres cosas que hacen a una mujer invisible: complacer, no decir no jamás y que lo único importante en la vida es tener una pareja”. Estela hace todo un proceso, es una aventura que te muestra diferentes maneras de darte cuenta del abuso. Trae consejos, trae ejercicios y da la oportunidad de que las mujeres se escuchen a sí mismas para encontrar soluciones a la violencia.  “Estela se convirtió en mi maestra. Una mujer que se atreve a decir lo que siente, lo que quiere y tiene un final que no se esperan”. Fértil y polifacética autora La escritora de obras como Mujer soltera busca marido, Me divorcié por unos aguacates, Soy chingona y qué, Doce pasos para ser feliz y otros más, pretende que sus libros despierten conciencia, pero de una manera cálida, amorosa y que impulsan a la acción de las féminas, que no solamente sean pasivas sino que pueden hacer algo. “Los hombres que leen estos libros también tienen como esa sensación de ‘no me había dado cuenta de que yo también soy parte’. La única intención es que no seamos parte de esas estadísticas. Ni como el agresor, ni como la víctima. Cuando encontré mi sentido de vida a través de la escritura encontré también mi compromiso con esa mujer que hoy esté despierta y que dice ¡Ya basta a la violencia!”, recalca la también terapeuta, conferencista y conductora de Radio Mujer en Jalisco y Texas. La entrevistada nos cuenta un secreto del por qué desde la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2010 le han publicado ocho obras y este año presenta otros dos. “Escribo mis libros al mismo tiempo. Lo que pasa es que tengo trastorno de atención hiperactiva (TDAH), entonces no puedo estar haciendo una sola cosa. Paso de una cosa a otra y eso me hace escribir dos o tres libros a la vez. Pero ya me comprenden en mi editorial”, dijo guiñando uno de sus ojos tapatíos.