La primera nota que leo del periódico, y me encuentro con una que es pésima. El principio de la crítica es, sin duda, la proposición de una idea mejor. Sin duda nos encontramos ante un columnista que de crítico está muy lejos de serlo, pues ante su sarcasmo o amarillismo en su nota “Otra de la ciclovía” lo único que logra es seguir sin “recursos e inteligencia” para construir una mejor idea, como solución al problema. Entiendo como ciudadano y usuario del transporte público, que es molesto encontrarse con trabajos viales que entorpecen el flujo natural de las avenidas, calles o bulevares de la ciudad, pues vivo en Santa Fe y conozco de cerca la problemática. Pero proponer algo que beneficie al pueblo y a los deportistas, como dice el autor en su nota, es algo absurdo y entiendo perfectamente el sarcasmo. Nuevamente la idea de criticar, es proponer y no echar a perder aún más la intención de encontrar un espacio a los ciclistas. Siendo un ciudadano que no practica el deporte ni mucho menos soy un ciclista, creo en la idea de crear un lugar para este deporte, pues además de ser un deporte, representa una solución a nuestro cada vez mayor problema de congestionamiento vial. El “paseo ciclista” en esta zona de la ciudad es ya tan añeja, que el negarse a su regulamiento proponiendo incoherencias, es aún peor que no hacer nada. Como periódico de importancia crítica que aun los considero, me parece una falta de respecto a sus lectores. Pues no representa una nota oportuna ni veraz, ni digna de ser publicada. Tienen como periódico y medio de comunicación, la obligación de ser un mediador de la realidad pública, y no dejarse llevar por apasionamientos e in-objetividades de un “escritor”. Daniel Chilaca Correo: carlsdaniel@hotmail.com * * * Para empezar, Sr. Chilaca, yo no soy columnista del semanario ZETA, ni escritor. He de suponer que usted se dio cuenta de ello y por eso puso ambos términos entre comillas cuando se refería a ellos; solo quiero que sepa que tampoco pretendo ser ninguna de las dos. Soy cocinero, vivo en la avenida Ermita en La Mesa y diariamente transito por el bulevar Benítez. Así como usted lo afirma: mi carta está intencionalmente llena de sarcasmo y de burla hacia nuestros funcionarios que autorizaron y elaboraron dicha obra. Para lo único que ha servido es para estacionamiento particular de los locatarios de la zona y para romper algunos “carters” o bandejas de algunos vehículos que se han incrustado en dichas “mojoneras”. Aparte, no tengo nada en contra de los ciclistas, pues yo soy uno de ellos, pero al no pertenecer a ningún club, lo practico en horarios flexibles acordes a mis actividades laborales. Es por eso que afirmo que la “dizque ciclovía” no sirve para nada. En cuanto a solucionar el problema, pues nomás invito a nuestros inútiles y caros funcionarios a que crucen la línea hacia USA y miren cómo le hacen nuestros vecinos para solucionar esos asuntos sin gastar tanto dinero y calladitos. Así como usted afirma en su carta (la cual agradezco) soy apasionado y tengo mucho tiempo escribiéndole al semanario ZETA sobre diversos temas, siempre tratando de que los lectores se enteren y con cierto amarillismo de mi parte, se diviertan y formen parte de las personas comunes y corrientes que al escribir al semanario se demuestre que cualquier sujeto sin ser intelectual, tiene cabida en la sección de “Cartaz” (pues hasta donde yo sé, esa es la finalidad de la sección) siempre cumpliendo con las reglas y disposiciones que ellos anteponen. Yo le invito, Sr. Chilaca, a que abra los ojos y observe algunas de las barbaridades y tonterías que se cometen y construyen en nuestra ciudad. Observe y compare nuestra forma de vida con la de vecinos del norte, posiblemente comprenderá el apasionamiento y coraje de mirar diariamente cómo aquí, casi parece que se burlan del pueblo. Acuérdese que ni banquetas tenemos en algunas de nuestras vialidades más importantes, así que al ver la ciclovía, así como la ejecutaron, pues usted sabrá a quién defiende. Mi carta posiblemente no fue oportuna ni veraz, ni tenía la intención de serlo, pero al menos a usted lo hizo reaccionar. Me gustaría leer en alguna publicación futura cualquier propuesta que usted ofrezca si es que la tiene en mente y así ilustrar a personas como yo. Pues mi carta en sí no tenía el objetivo de sugerir una solución al problema, sino más bien el de entretener. Agradezco al semanario ZETA sus publicaciones esperando seguir contribuyendo a la libre expresión de simples mortales como yo… Atentamente,