José Alberto Fernández Torres es director jurídico del Poder Judicial, y uno de los funcionarios más consentidos en el Tribunal Superior de Justicia de Baja California. No solo gozó de las preferencias de la ex presidenta del Tribunal, María Esther Rentería, sino que sigue probando las mieles del presupuesto judicial. Aparte de su sueldazo arriba de los 60 mil pesos mensuales, es al único que le pagan viajes y viáticos de lo que se le ofrezca. Ya le sacaron las cuentas, y en seis años, “El Chebo” -como le dicen en confianza quienes se la tienen- ha gastado 253 mil 300 pesos del erario en sus viajes, comidas y diligencias. 11 mil 700 pesos en 2009, 29 mil 200 en 2010, 81 mil 700 en 2011, 35 mil en 2012, 42 mil en 2013 y 53 mil 700 el año pasado. Las justificaciones del jurídico para gastar ese dinero van desde 2 mil 500 pesos para “atender diligencia” (así nada más), 9 mil pesos por cambio de fechas de un viaje a Cancún, 4 mil 700 por “revisiones diversas”, 800 pesos por “asuntos propios”, 16 mil 400 por asistir a la Suprema Corte de Justicia, 9 mil 200 pesos por “asuntos propios”, y viajes a Tijuana, a Ciudad de México, a Chihuahua, La Paz, Guadalajara, Ensenada, entre otras ciudades. En un viaje de Mexicali a Tijuana, por ejemplo, le pagaron 4 mil 800 pesos por viáticos. En el Tribunal lo que quieren es acabar con los privilegios de “El Chebo”, pero las confabulaciones en el Consejo de la Judicatura en el cual aún influye la ex presidenta lo impiden. Aparte, quien le firma los cheques a José Alberto Fernández Torres para pagarle sus comidas, viajes y demás, es el representante del gobernador en el Consejo, Gilberto Brizuela, que ya no saben a cuál poder sirve, pero de quien “El Chebo” se sirve… y muy bien.