La noche del domingo 8 de febrero jamás se borrará del recuerdo de Sam Smith, el cantautor londinense, talento precoz, abiertamente gay y con tendencias a los trastornos obsesivos-compulsivos que no solo destacó al ser nombrado Mejor Artista Nuevo en la ceremonia 57 de la entrega de Premios Grammy, sino que gracias a la aclamada y polémica canción “Stay with Me”, catapultó la velada a su favor, llevándose a casa cuatro Gramófonos que cruzarán el Atlántico, en una noche que consideró la mejor de su vida, adjunto a récord de ventas y un año de éxitos. Con 22 años de edad, Samuel Frederick Smith, oriundo de Londres, Inglaterra, se convirtió en la sensación de la industria de la música grabada tras ganar cuatro de seis nominaciones por su disco debut “In the Lonely Hour”, que lanzó en mayo de 2014 y del cual se desprenden los temas “Money on my Mind”, “Good Thing”, “Stay with Me”, “Leave your Lover”, “I’m Not the Only One”, “I’ve Told You Now”, “Like I Can”, “Life Support”, “Not in that Way” y “Lay Me Down”, impregnadas de su aguda y emocional interpretación. Influenciado por las voces e interpretación de Amy Winehouse, Lady Gaga, Christina Aguilera, Beyoncé y Mariah Carey, Sam Smith debutó en la música con un álbum en el que comparte autoría, y obtuvo el Grammy a Mejor Artista Nuevo y Mejor Álbum Vocal Pop; al mismo tiempo que la balada romántica “Stay with Me”, un sincero y desgarrador lamento por un amor no correspondido, lo hizo acreedor del Gramófono a Mejor Canción y Grabación del Año, dejando sentados a más de una decena de grandes músicos y cantantes que con su trabajo, buscaban ser llamados al estrado. Sin duda, la victoria de Smith, pariente de la cantante Lily Allen, provocó comparaciones con su compatriota Adele, quien en 2012 sumó seis Grammys, acto seguido una carrera llena de premios, situación que si bien, es el augurio de quien durante el año pasado alcanzó dos veces consecutivas el número uno de la lista Top Single Charts en Reino Unido por “Money in my Mind” y “Stay with Me”, producto no de la casualidad, sino de su pronta inclinación por la música, el canto y la composición; habilidad que aprovechó para retomar una historia personal. “Muchas gracias al hombre que está dedicado el disco (el modelo Jonathan Zeizel), gracias por haberme roto el corazón, eso me ha dejado cuatro premios Grammy”, exclamó el cantautor en la ceremonia celebrada en el Staples Center de Los Ángeles, California, conducida nuevamente por LL Cool J, y en la que Smith interpretó su gran éxito, acompañado de un ensamble orquestal y un coro de 16 integrantes. Cabe destacar que Sam inició su carrera profesional en 2009, cuando colaboró en el tema “Latch”, con el dúo Disclosure, antesala de su primer tema solista, “Lay Me Down”, insertado en su álbum debut que ha sido objeto de acusaciones de plagio por parte del rockero Tom Petty, quien culpó a Sam por plagiar el coro de su éxito ochentero “I Won’t Back Down”, de cual encontró parecido con “Stay with Me” y del que el británico accedió a compartir el 12.5 por ciento de las ganancias de la canción, cuyas ventas ascienden a más de 20 millones de copias. No queda duda que la noche del Grammy fue para Sam Smith, quien el próximo 25 de febrero competirá en los Brit Awards en cinco categorías, entre éstas, Artista Británico Revelación, Álbum Británico del Año y Mejor Solista Británico. A pesar de que el intérprete acaparó la atención de los Grammys, otros hicieron lo propio en sus categorías, entregando premios o con actos en vivo, tales como Jamie Foxx, Stevie Wonder, Dave Grohl o Madonna, quien cantó su más reciente sencillo, “Living for Love”, ataviada en un corsé rojo con negro, en un show al que agregó coros góspel y coreografías de diablitos; mientras que Prince bromeó al presentar la principal nominación de la noche y Pharrell Williams, su peculiar tema “Happy”. También figuraron Beyoncé, Miranda Lambert, Ariana Grande, Katy Perry, Adam Levine, Gwen Stefani, Chris Martin y Juanes, este último para presentar “Juntos”, tema que aparecerá en el soundtrack de “McFarland”, la nueva película de Disney, Enrique Iglesias, entre otros, en una ceremonia en la que se recordó el trabajo de Gustavo Cerati, Paco de Lucía, Tommy Ramone, Joe Cocker, Jack Bruce y Bob Casale; y en la que Beck se fue a casa con tres galardones: Mejor Álbum Rock, Mejor Ingeniería de un Álbum No Clásico y Álbum del Año, por su trabajo en “Morning Phase”, que publicara en 2014 tras seis años sin visitar los estudios de grabación. Es importante subrayar la presentación de Ed Sheeran junto a John Mayer, Herbie Hancock y Questlove para interpretar “Thinking Out Loud”; el performance donde artistas jóvenes rindieron tributo a las estrellas del pasado (como Lady Gaga, quien cantó “Cheek to Cheek” con el gran Tony Bennett y que da título al álbum que grabaron juntos a base de piezas de jazz), así como uno de los actos más comentados: la interpretación de Rihanna, Paul McCartney y Kanye West para el tema “Four Five Seconds”, demostrando una fusión de estilos fuera de su confort; sin olvidar la actuación de los australianos AC/DC.
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