Sí; mucho “boom”, muchos eventos gastronómicos, pero lejos de provocar orgullo, es malestar lo que el fenómeno está ocasionando en el sector restaurantero de Ensenada, pues ahora ya cualquier hijo de vecino quiere organizar su festival culinario, devaluando así la calidad de la oferta y saturando el mercado. Fue en 2006 cuando la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) inició en el puerto la organización de tres proyectos ahora emblemáticos: el Festival del Taco y el Marisco; el Festival del Hongo; y el Festival del Taco y la Comida Mexicana. Tras la crisis del violento 2008, hasta 2010, logran aumentar los festivales a cinco, e inician 2011 con siete eventos. El objetivo del organismo fue reactivar al sector y promover la oferta gastronómica y turística que ofrece la ciudad. A decir de la hasta hace unos días presidenta del organismo, la química Elvira Romero Gutiérrez, los proyectos no se hacen con fines de lucro, y apenas se recupera la inversión, “¡y no cuestan 10 pesos!”. La organización de cada evento llega a costar de 200 mil a 300 mil pesos, inversión que sale de los afiliados a la Cámara. Se procura realizar un festival cada bimestre, además de otros eventos gastronómicos para sumar diez al año. Sin embargo, de repente empezaron a surgir más festivales “alternos”, hasta sumar más de 30 en el año, o 53 eventos gastronómicos con los que se cerró 2014, de acuerdo a datos de las autoridades municipales. La preocupación de organizar eventos de calidad, con una logística bien estructurada, y como una alternativa para el grueso de la población que no puede asistir a las Fiestas de Vendimia, generó un movimiento importante, del que después se empezaron a colgar promotores independientes que finalmente benefician solo al organizador. “Eventos con poca afluencia, poca inversión de tiempo, poca inversión de dinero y sin la suficiente calidad”, acusa Romero. Eventos gastronómicos de corte popular ahora son alrededor de 30, más las Fiestas de Vendimia, más los conciertos, todo ha redundado en una saturación que no beneficia: “Tienes una gama de diez eventos, la gente se prepara para poder asistir a donde su bolsillo le alcanza, ¿pero si lo pones más de diez qué pasa?, ¿si lo distraes con 20 qué pasa? A ninguno les va bien”. Incluso CANIRAC tuvo que eliminar uno de sus proyectos arraigados, el Festival de la Comida Oriental, que se celebraba en julio y llevaba cinco años organizándose, por estar muy pegado al Festival del Hongo, uno de los más fuertes que se celebra en junio, los costos ya no salieron y además surgió otro festival “hechizo” por ahí. Está el caso del Festival Ensenada se Viste de Vino, que se celebra en el mes de agosto en pleno centro de la ciudad, sobre las calles Ruiz y Segunda, la zona de mayor afluencia turística, donde participan las mejores vinícolas de la región, “y de repente meten un evento semejante de promotores independientes, donde no tienen la calidad, donde no traen el soporte; este año será la edición número nueve, imagínate el tiempo que inviertes para posicionar un evento. “No es que estemos en desacuerdo que salgan otros promotores, pero que la competencia sea pareja y que no pierdan el punto principal, la reactivación de Ensenada, la imagen, la promoción”, reitera la restaurantera. No se hagan bolas con los festivales El año arranca con el Festival de la Chocolatería y Repostería, que se celebró el 7 de febrero y que pone de manifiesto “que en Ensenada somos buenos en muchas cosas”. A ese proyecto ya le salió un “clon”. En el mes de marzo se lleva a cabo “Maridaje para Mujeres”, que se celebra en el marco del Día Internacional de la Mujer y reúne a puras chefs o cocineras para preparar un menú de siete tiempos, donde alrededor de 150 damas se entregan al placer de juzgar los vinos y platillos presentados. En la primera semana de abril viene el Festival del Taco y el Platillo Mexicano, “aquí nació el taco de pescado, gran parte de nuestra gastronomía son tacos, tenemos muy buenos restaurantes de comida mexicana, por qué no promoverlos”, expone la socia de la CANIRAC. Y a la postre, se celebra el evento de más aforo, al que también le salió una copia llamada Festival del Taco y la Cerveza. El Festival de Comida Internacional, llegará a su tercera edición en mayo, que se centra enteramente en la cocina “Baja Med”. Al mes siguiente se desarrolla el Festival del Hongo, de más antigüedad en el puerto, creado hace 18 años, pero que hasta 2010 había permanecido “arrinconado”. Es de los más versátiles y originalmente impulsado por la Escuela de Ciencias de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), y ahora por la Escuela de Gastronomía y Enología de la misma institución. El motivo del festival es innovador, pues el reto es que cualquier chef o restaurante, independientemente de su especialidad, cree platillos en base de ese producto, “es un festival que conjuga la parte científica, la reactivación económica y la fiesta”. En el marco de las Fiestas de Vendimia, en agosto, los restauranteros organizados llevan a cabo el festival Ensenada se Viste de Vino, y en septiembre establecieron el Congreso de Tendencias, Estrategias y Vanguardia en Turismo y Gastronomía, cuyo objetivo va más allá de trabajar en la promoción y la fiesta. “Los crecimientos van aunados a las capacitaciones, ver qué es lo que hay en otras ciudades, cuáles son las tendencias, cómo vienen las nuevas generaciones, porque ‘la gallina de los huevos de oro’ se nos puede acabar, no hay quedarnos en esta zona de confort”. Este congreso de primer nivel se desarrolla en el marco del Festival del Pescado y el Marisco –que también ya “piratearon”-, el evento gastronómico de tradición en Ensenada, pues los protagonistas son los productores, dado que a nivel mundial en el puerto se originan las siete especies marinas más importantes a nivel mundial, por lo que llegan chefs y prensa especializada de todo el país, se le invierte dinero en promoción. En la última semana de septiembre se cierra la agenda anual con la Cena del Productor a la Mesa, donde el menú de ocho tiempos con ocho vinos incluye productos como abulón, erizo, atún jurel, entre otros; se hace para lucimiento del productor, vinicultor, los enólogos y los chefs. A esta lista de festivales bien establecidos y sustentados, se han ido agregando propuestas de todo tipo pero improvisadas, que incluyen a veces temas que rayan en lo burdo: “festival de las alitas”, “del tomate”, “la pizza”, “del café”, “de las carnes frías”, “del sushi”, muchos de ellos organizados por una empresa identificada como Picos Producciones, de José Picos. Para CANIRAC no se trata de desacreditar a los organizadores que no tengan que ver con su organismo, sino A aquellos que no tengan realmente un compromiso y un fin focalizado para la comunidad. Caso contrario, por ejemplo, el Festival de la Sardina, organizado por la Secretaría de Pesca, “que sí tiene un objetivo y una esencia, reactivar un producto local, que tiene muchos beneficios, precio muy accesible para la gente, necesitamos darlo a conocer, saber cómo se cocina, darle otras opciones de alimentación a la gente”. A río revuelto, ganancia de pescadores Los restauranteros organizados planean y entregan desde el mes de noviembre la agenda de festivales que celebrarán el año siguiente y hacen la petición correspondiente a presidencia Municipal y a la Dirección de Comercio, Alcoholes y Espectáculos Públicos. Cumplen con los dictámenes a los que se les someten, pero les molesta que después surjan eventos que se empalman con los suyos de forma improvisada y aparentemente sin cumplir a cabalidad con todos los requerimientos. El problema deriva de que no existe una regulación al respecto. Se han acercado, y seguirán buscando más pláticas con la autoridad municipal para que preste mayor atención a este problema, aunque por ahora la respuesta ha sido que “hay para todos”. “Pues entonces que sea parejo, si me pides veinte guardias para mi evento, al otro también pídele lo mismo; si pides planta de luz, también a él; si a los otros les mandas inspectores, al otro también”, protestan. “A lo mejor no le han dado la importancia suficiente, ya se tiene que formar realmente un patronato o tener una secretaría directa de organización de eventos y hacer un reglamento para que se respeten y se cuide la calidad, que se reactive lo que queremos para Ensenada”. Igualmente piensan en un órgano fiscalizador “porque ya es momento de regularizar todo esto”. Mientras tanto, la respuesta de la autoridad municipal es tajante: no se puede hacer nada contra los promotores independientes: “No, no es ilegal”, establece Hans Appel Lafarga, director de Comercio, Alcoholes y Espectáculos Públicos. “Se les pide una serie de requisitos, y si los cumple, el evento se lleva a cabo”, dice, y reconoce que muchos de esos eventos que ellos autorizan son muy parecidos a los oficiales de CANIRAC. “Son casi los mismos, nomás le cambian poquito el nombre”. Como cualquier persona o empresa, por lo menos 15 días antes de la realización de evento se le manda la solicitud al primer edil, a la dirección a su cargo, y de ahí se remite para dictámenes a las áreas de Ecología, Protección Civil, Bomberos, entre otras. “Si salen positivos, nosotros generamos el permiso aquí”. No hay privilegios ni favoritismos, afirma el funcionario. “Lo único que hacemos es cuidar las fechas que ya tiene la CANIRAC por muchos años, nada más les decimos a los solicitantes ‘escoge otra fecha u otro mes’”, agrega. “Si Usted viene y me dice ‘quiero hacer un evento en tal y tal fecha’, si Usted me cumple los requisitos, se le autoriza”. — Si llego con el Festival del Hongo 2, ¿me lo autoriza?, pregunta el reportero. “Sí, porque nomás con el puro ‘2’ hay cambio. Nomás respeta la fecha”. La situación está regulada: “No podemos poner trabas cuando se cumple con todo”. Mientras que Óscar Kawanishi Otaki, director de la paramunicipal Proturismo, considera: “No hay una regulación, no hay un reglamento, no hay una parte de comercio municipal que nos impida o limite el número de eventos”. Aclara que Proturismo no da ninguna anuencia para la realización de eventos, su función es programarlos y boletinarlos para que el turismo y público en general conozca las opciones de esparcimiento que ofrece Ensenada cada fin de semana. Reconoce que los eventos de la CANIRAC, con la promoción de esa instancia, les ha costado mucho trabajo consolidarlos por la calidad, por la inversión que se hace, por todo el trabajo involucrado, “pero no se le puede coartar el derecho a ninguna persona de que también sea promotora. No hay un reglamento que nos diga ’oye, no puedes hacer ese evento porque la CANIRAC ya lo tiene y preferimos dárselo a él’. Sí buscamos que se norme, y no empalmar”. Respecto a la competencia desleal, argumenta: “Si el evento no es bueno, la gente no va, la gente no regresa”. Pero aclara que ellos apoyan en la difusión de cualquier evento, indistintamente, pero su patrocinio únicamente va dirigido a eventos de la CANIRAC. Son conscientes de la saturación de eventos no solo de la Cámara restaurantera y los plagiados, sino también los más de 40 que se realizan durante la época de Vendimia, más las Bajas 500 y 1000, las regatas, los dos paseos ciclistas. En fin, más de cien eventos al año, “ya cuando nosotros nos damos cuenta de un nuevo evento, es que ya fueron allá –al Municipio- y ya está autorizado”. Refiere que sí han entablado diálogos entre CANIRAC, Secretaría de Turismo del Estado, Fideicomiso para la Promoción Turística y Proturismo Municipal, pero no han logrado un tipo de sincronización para establecer un control y lograr solo eventos de calidad, como los que merece el visitante, “y no estar haciéndolo del tingo al tango, porque eso no nos demerita, pero sí nos debilita la oferta. Si antes a un festival llegaban cinco mil personas, ahora hay tantos que solo llegan dos mil”, concluye Kawanishi.