A punto de cumplirse un año de la captura del considerado narcotraficante más poderoso de los últimos tiempos en América Latina, Joaquín “El Chapo” Guzmán, poco o nada ha cambiado en el mundo de las drogas, pues a pesar de que el capo se encuentra recluido en máxima seguridad, aún goza de su incalculable fortuna y el Cártel de Sinaloa opera con igual o mayor fuerza que antaño. Con excepción de las residencias que conectaban con el drenaje de la ciudad de Culiacán, por donde escapó Guzmán Loera días antes de su detención, y unos finos relojes que el personaje poseía el 22 de febrero de 2014, cuando fue arrestado en Mazatlán, no se tiene conocimiento de algún otro bien mueble o inmueble asegurado por parte de la Procuraduría General de la República (PGR). A los presuntos cómplices de “El Chapo”, atrapados en distintas acciones, les incautaron vehículos, armas, cartuchos, explosivos, droga, dinero y alguna aeronave, pero a Joaquín Archivaldo no le han hallado ni cuentas bancarias, ni ranchos, ni indicios de esa fortuna que la revista Forbes calculó en mil millones de dólares y le mantuvo cuatro años consecutivos en la lista de los multimillonarios mundiales. Expertos coinciden en que la aprehensión del ex líder del cártel sinaloense fue en realidad una entrega pactada del capo con el gobierno de los Estados Unidos, por lo que parte de esa riqueza intocada sería entregada a los norteamericanos cuando ocurra la extradición internacional del criminal y sea juzgado en ese país, donde le esperan infinidad de cargos. La estancia del narcotraficante en la prisión de máxima seguridad “Altiplano”, en Almoloya de Juárez en el Estado de México, a donde fue confinado, se reporta sin incidencias mayores. Solo en una ocasión, a inicios de marzo de 2014, Guzmán interpuso un amparo quejándose de actos de tortura e incomunicación, pero se desistió del reclamo al día siguiente. A mediados del mes de julio pasado se le vinculó con una huelga de hambre que duró cinco días en el penal federal y se resolvió con algunas mejoras en la alimentación, no así de la mala atención médica de la que aún se duelen los presos de alta peligrosidad. Los primeros doce meses tras las rejas del hombre originario de La Tuna, Sinaloa, se han enfocado a tres objetivos: 1.- Combatir los más de nueve procesos penales que enfrenta en Juzgados de Distrito del Distrito Federal, Estado de México, Jalisco, Nayarit, Baja California Sur y Tamaulipas. 2.- Promover hasta la fecha diez amparos contra la posible orden de extradición a la Unión Americana. 3.- Compurgar las tres sentencias condenatorias que ya tenía antes de fugarse el 19 de enero de 2001, del Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 2 de Puente Grande, y que ya no son impugnables. El cierre de espacios En el sexenio calderonista, el sinaloense escapó dos o tres veces de operativos instrumentados para atraparle. La última de ellas en 2012, en Baja California Sur. Durante 2013, las autoridades federales empezaron una nueva cacería para localizar y detener a “El Chapo” en coordinación con el gobierno de los Estados Unidos de América. Sin embargo, fue hasta finales de 2013 y principios de 2014, cuando acciones más certeras redujeron el cuadrante de movilidad del delincuente, ubicado en la capital del Estado de Sinaloa. En diciembre había caído preso en el aeropuerto de Schiphol, en Holanda, José Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax”, quien presuntamente aportó información a agentes norteamericanos sobre los movimientos del Cártel del Pacífico. En febrero de 2014, el empeño por desarticular la cúpula de la organización delictiva fue más que evidente. El día 12, en Puebla, fue arrestado por Fuerzas Federales, Daniel Fernández Domínguez “El Pelacas”, colaborador de Guzmán Loera y de Ismael “El Mayo” Zambada. Le aseguraron una veintena de teléfonos móviles con los que al parecer tenía contacto con los capos. El 13 de febrero, elementos de la Secretaría de Marina detuvieron en las inmediaciones del rancho Guasarca en Sinaloa, a los hermanos Apolonio, Omar Cristo y Joel Enrique “El 19” o “El Loco”, todos de apellidos Sandoval Romero. Después, el día 17, cuando los marinos estuvieron a punto de aprehender a Joaquín Archivaldo Guzmán, en Culiacán, al que capturaron fue a Mario Hidalgo Argüello “El Nariz” o “El Mayo”, quien dio detalles de los refugios del jerarca del clan delictivo. Ese mismo 17 de febrero, por la tarde, fue detenido Édgar Manuel López Osorio “El Picudo”, uno de los hombres de seguridad más cercanos al “Chapo”, quien presuntamente lo rescató del drenaje para llevarlo hasta un punto carretero donde el narcotraficante transbordó para que otra persona lo llevara a Mazatlán, donde días después fue asegurado. Dos días más tarde fueron detenidos por elementos castrenses en Culiacán, los hermanos Karim Elías y Kevin Alonso Gil Acosta, encargados de la operación de comunicaciones del Cártel de Sinaloa. Así se fueron cerrando los espacios al líder de esa organización hasta ubicarle en los Condominios Miramar, en Mazatlán. Ubicado por una “nariz” Todas las acciones de los elementos de la Marina fueron importantes, pero quizá una de las más relevantes fue la captura de Mario Hidalgo Argüello el 17 de febrero en Culiacán. El joven salía de un inmueble a bordo de un automóvil Chevrolet Captiva de color blanco con las luces encendidas. Eran las 6:30 am. Los marinos observaron a la distancia que en ese domicilio, en la calle Enrique Colunga entre Luis M. Rojas y Froilán C. Manjarres, Colonia Libertad, un hombre que portaba un arma larga le hacía señas al conductor desde la puerta del garaje. Decidieron interceptar el carro e ir tras el vigía, quien corriendo se introdujo a la finca. Mientras en el exterior era asegurado “El Nariz”, el otro tipo se encerró en el baño. Cuando los persecutores ingresaron ya no había nadie. La tina de baño estaba removida y así descubrieron lo que parecía un sótano oscuro con una escalera para descender. El camino conducía al drenaje. Mario Hidalgo portaba una pistola escuadra fajada a la cintura. El arma con cachas blancas tenía la leyenda “San Judas” y siete balas en el cargador. En el carro, debajo del asiento del conductor había una pistola escuadra calibre 38 súper, en cuyas cachas tenía pequeñas piedras que formaban las letras JGL con su cargador y siete cartuchos. También había un fusil AR-15 abastecido con 30 cartuchos y seis cargadores extras con 180 proyectiles calibre .223 y 85 cartuchos sueltos del mismo calibre, además de un rifle 30-30 y nueve balas para el mismo. En el Captiva se localizó una caja con 267 plátanos de plástico color verde y un pepino del mismo material que contenían en su interior una droga cristalina compactada. En la sala de la casa había 12 costales con 237 paquetes con una sustancia similar. Y en el garaje se hallaban estacionados una camioneta Chevrolet Cheyenne y una Jeep Cherokee Overland, ambas de color plata, en cuyos interiores se localizaron armas de fuego cortas de los calibres 9 milímetros y 38 súper. Mario Hidalgo Argüello delató al narcotraficante más buscado. Les dijo a los marinos que las armas que le encontraron pertenecían a su jefe, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera alias “El Chapo” y que se las llevaba a él, ya que se encontraba en la casa que conoce como la “número dos”, enfrente de la preparatoria conocida como Unidad Académica Augusto César Sandino. “El Nariz” les confesó que a ese domicilio, que utilizaban como casa de seguridad, también llevaba los plátanos de plástico con narcótico y que posiblemente en esa finca se encontraba la persona que se había escapado en la primera casa, “ya que se comunican a través del drenaje fluvial”. Las fuerzas navales se trasladaron a la residencia ubicada frente a la escuela ubicada en la calle Constituyente Emiliano García, en la misma colonia Libertad. Eso ocurrió media hora después. Al arribar, observaron varios vehículos estacionados y de uno de ellos bajó un sujeto armado que se metió corriendo al inmueble. Los marinos en su persecución irrumpieron en la casa. El tipo, igual que en la otra vivienda, se introdujo al baño y se fue por un túnel que había debajo de la tina sin que fuera localizado. En ese domicilio fueron aseguradas dos cajas, una con 165 plátanos de polietileno y otra con 115 pepinos del mismo material que contenían la droga cristalina. Una caja con cargadores y cartuchos de los calibres 7.62, .223, 38 súper, 5.7 “matapolicías”, un lanzacohetes y dos cohetes. En un vehículo Chevrolet Malibú y dos camionetas, una Jeep Wangler Sahara y una Toyota Rav4, ambas de color blanco, se hallaron cuatro granadas de guerra, y una escuadra 38 súper con siete cartuchos en su cargador. Hidalgo Argüello reveló a sus captores que había otras cuatro casas de seguridad en Culiacán, Sinaloa, con salida al drenaje fluvial, construidas como vía de escape para su jefe “El Chapo” Guzmán: * Casa habitación ubicada en la calle Río Humaya número 137, entre Avenida Domingo Rubí y Calle Manuel Bonilla, Colonia Guadalupe. * Casa habitación en Calle Javier Mina número 1126, Fraccionamiento Los Pinos. * Casa habitación en Calle Puerto de Veracruz número 1647, entre calles Bahía de Ohuira y Puerto Marqués, Colonia Vallado Nuevo. * Casa habitación en Calle Cerro de las 7 Gotas número 642, Colonia Antonio Rosales. Cuando Mario era trasladado por los marinos, el joven sicario alardeó que su jefe Joaquín Archivaldo Guzmán Loera mandaría rescatarlo durante su trayecto al cuartel de la Armada, lo que motivó un operativo especial para trasladar al detenido a un área estratégica, antes de enviarlo vía aérea a la Ciudad de México para su presentación ante un agente del Ministerio Público Federal. En el auto Captiva blindado se localizaron dos celulares BlackBerry en la guantera. A los detenidos y en los inmuebles se hallaron otros aparatos de telefonía y chips que presuntamente contenían información de comunicación de “El Chapo”. La detención en Mazatlán Luego que “El Chapo” Guzmán escapó de la Marina en Culiacán, a través de los túneles que lo sacaron al alcantarillado y “El Picudo” lo rescató, el 22 de febrero a las 6:40 am, elementos de la Marina atendieron las señas que una persona les hacía sobre Avenida del Mar, en Mazatlán. El desconocido les dijo que un hombre armado ingresó a los Condominios Miramar y paseaba en el interior. Los marinos ingresaron al edificio y recorrieron todos los pisos por las escaleras. En el cuarto piso se toparon con un tipo que tenía un fusil en las manos y le conminaron a entregar el arma. El sospechoso empezó a correr e ingresó al departamento 401. Los marinos que iban en su persecución lo alcanzaron en la sala del departamento y tiró el arma diciendo: “Me doy, no hay problema”. El rifle era un M16 del calibre .223 con un cargador que tenía 59 proyectiles y como aditamento, un lanzagranadas calibre 40. Dijo llamarse Carlos Manuel Hoo Ramírez, apodado “El Cóndor”, y que el arma era para proteger a su patrón, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Al inspeccionar el inmueble, los captores hallaron una pistola “matapolicías” calibre 5.7 marca FNH, 60 balas expansivas con punta de plástico azul para esa arma, tres cargadores para pistola, una escuadra 38 súper, 24 cartuchos útiles para esa pistola, un fusil tipo carabina .223 con 28 balas y equipo de cómputo. También celulares y relojes. De una habitación salió -a medio vestir- Joaquín Archivaldo Guzmán Loera. Lo detuvieron. En el mismo inmueble había tres mujeres adultas y dos niñas, a quienes retuvieron unos instantes y, tras recibir órdenes superiores, dejaron que se retiraran porque “nada tenían que ver con las armas de fuego”, según el parte de novedades firmado por los aprehensores. Ante el Ministerio Público Federal, Carlos Manuel Hoo reconoció trabajar para “El Chapo” y ser su “secretario particular” durante 20 días por otros 20 días de descanso, aunque esa función era propiamente de mandadero, ya que pasaba recados al compadre de su jefe, Dámaso López Núñez “El Licenciado” y daba órdenes al contador para que le depositara dinero a las esposas de su patrón. “El Cóndor” narró cómo en 2012 escaparon en Los Cabos del operativo en el que la Marina pretendía detenerlos, cuando Guzmán Loera pasaba unos días de descanso en una villa de Punta Ballena. También dio detalles de la huida de Joaquín Archivaldo por el alcantarillado de Culiacán en días anteriores a su captura, para finalmente trasladarse a Mazatlán. Ex militar de formación, Hoo Ramírez dio santo y seña a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) sobre algunas formas de operación del Cártel de Sinaloa, las actividades de los hijos de “El Chapo” en el narcotráfico y de la nómina que se pagaba a algunos mandos de las policías Municipal en Culiacán, así como la Estatal y Ministerial de Sinaloa. Por su parte, Joaquín Guzmán se reservó el derecho a declarar. Solo aportó sus generales, en los que reiteró, como en 1993, que era agricultor. Su sirviente también puntualizó que su jefe cambiaba cada semana de teléfono. “Usaba puro BlackBerry”, dijo Hoo. Por eso, además de equipo de cómputo HP, a Guzmán le encontraron tres celulares de la referida marca y tres costosos relojes, producto que se había vuelto su manía: * Reloj Harry Winston No. 272. * Reloj Jeagger Lecoultre 1000-Master Grand Tourbillon-Hours. * Reloj Moon Dust-Dna Roman Jerome. Multimillonario e intocable Sin duda, Joaquín “El Chapo” Guzmán es un personaje al que autoridades y medios de comunicación volvieron leyenda. Primero le involucraron en el magnicidio del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, asunto del que salió bien librado, luego se convirtió en el primer y único preso que se evade de un penal de máxima seguridad, después permanece trece años prófugo y en los últimos años, la revista Forbes le ubicó como uno de los hombres multimillonarios del planeta, cuya fortuna oscilaba en mil millones de dólares. Uno de los periodistas que ha seguido la trayectoria y ha escrito mucho sobre el capo sinaloense es José Reveles, autor del libro “El Chapo, Entrega y Traición”, unas letras de emergencia para entender lo que no se ha dicho de la caída del hombre poderoso. En entrevista para ZETA, el decano reportero, además de asegurar que la detención de Guzmán fue pactada, refiere que el gobierno mexicano “no le ha quitado un quinto”, lo que le hace permanecer en la impunidad, puesto que su poderío económico sigue intacto, además de gozar de privilegios en prisión. Reveles afirma que el operativo y la aprehensión de Joaquín Archivaldo se realizó por agentes norteamericanos, mientras elementos mexicanos eran espectadores de la soberanía nacional. También dice que Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo”, hijo del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada García, fue el delator principal o el que dio las coordenadas para rastrear y capturar a Guzmán. Ésta es parte de la entrevista al periodista y escritor: — José Reveles, ¿por qué se le acabó el corrido a “El Chapo” Guzmán? “‘El Chapo’ fue presionado para que ya ahuecara el ala. ¿Cómo se presiona a un capo? ‘Oye, te tengo ubicada a toda tu familia. A todos tus hijos, a las mellizas y a Emma Coronel’. Tú presionas a un capo de esa manera y le dices, ‘¿sabes qué? Entrégate, a cambio de equis beneficios. Te voy a sacar a tu familia de los más perseguidos, los voy a respetar y por eso pongo el caso de los Rodríguez Orejuela de Colombia’, porque así fue”. — ¿Qué hay de la fortuna del capo? Reportes de Forbes hablan de mil millones de dólares… “Yo creo que la información de la fortuna de ‘El Chapo’ que menciona Forbes no es real, tiene mucho más. No tiene mil millones, tiene mucho más. Y te voy a decir porqué. Porque en el camino descubro que, el acuerdo, el pacto que firma ‘El Vicentillo’ para que ya no le hagan proceso judicial, sino que se interrumpa y administrativamente le pongan una multa de 4 millones, le apliquen poco menos de 10 años de prisión -todavía no sabemos cuántos, pero eso es lo que está escrito-, le incauten mil 300 millones de dólares. ¡Caray!, ¿pues de dónde?, sí este muchacho que es un lugarteniente, que no es un capo importante, tiene ese dinero, ¿cuánto tiene ‘El Chapo’? ¿Cuánto tiene el papá de ‘El Vicentillo’?”. — ¿Qué tanto es entrega del propio “Chapo” y les dice “ya encuéntrenme”? “No le quedaba de otra, estaba contra la pared. Muy posiblemente ahí están incluidos los beneficios que tiene. Dentro de una cárcel de máxima seguridad, en un rincón donde solo tiene un vecino. El otro es una pared. No lo rapan, no lo humillan como a Mario Villanueva Madrid, como a Osiel Cárdenas, como a Benjamín Arellano y ¡como a Mireles! ‘El Chapo’ está tal cual. Recibe su visita conyugal, no de su esposa oficial, sino de la que es su amor, Emma Coronel. Conozco a mucha gente que trabaja y visita el penal de Almoloya y por eso sé que ‘El Teo’, Teodoro García Simental, es el vecino de ‘El Chapo’”. — El tema de la extradición se ha postergado. ¿Cuánto tiempo más? “Yo creo va a depender de los abogados de ‘El Chapo’, pero por lo que hace al gobierno de México está dispuesto a entregarlo ¡ya! Yo creo que pronto lo tendremos en Estados Unidos”. — El pacto de entrega de Guzmán del que hablas, ¿sería con Estados Unidos? “En efecto, el pacto de ‘El Chapo’ Guzmán es con los Estados Unidos y el gobierno de México viene a jugar un papel subordinado porque finalmente el trabajo se lo hizo Estados Unidos, tanto de inteligencia como físico. Le entregó al sujeto en cuestión en charola de plata a un Presidente que entró con síndrome de ilegitimidad por el modo de la elección. Y porque había que empatar la realidad con la ficción de la revista Time, donde pusieron a Peña como el salvador de México y… bueno, si le ponen que captura al ‘Chapo’ después de 13 años, pues es el salvador de México. “Aunque no le pase nada al ‘Chapo’, no le están haciendo nada. Nada, nada. No le han quitado un quinto. Esa pura lógica te lleva a decir, bueno, ahí hay un acuerdo. O es perfectamente ineficaz, corrupto, impune y simulador el gobierno mexicano. ¿Por qué? Porque no está haciendo lo que debe. Lo que en lógica corresponde, darle seguimiento a esa detención y por lo menos quitarle la lana, ¿no?, que debe ser muchisísima. “Está documentado el depósito multimillonario que hicieron los de Sinaloa durante seis o siete años, después del 2000, por una cantidad que equivale al tercio del producto interno bruto mexicano, 378 mil millones de dólares, en Wachovia Bank. Ahí está el dato preciso, es muchísimo dinero, no cabe en la cabeza. Solo hay que compararlo con el Producto Interno Bruto para ver qué tanto es eso. O sea, hay que multiplicar 378 por 14 y luego por mil. Es muchísimo dinero”. Ejecutan a compadre de “El Chapo” Un hombre fue ejecutado a quemarropa frente al restaurante Cayenna, ubicado al norte de Culiacán, Sinaloa, al mediodía del 16 de febrero de 2015. Su vehículo estaba en el estacionamiento del lugar, y cuando su familia ingresó al negocio de comida, el sujeto fue atacado a balazos. La versión extraoficial indica que se trata de Francisco Aceves Urías, alias “El Barbarino”, identificado por las autoridades sinaloenses no solo como uno de los más antiguos gatilleros del Cártel de Sinaloa, sino como compadre tanto de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera como de Ismael “El Mayo” Zambada. El hombre de 55 años vivía en Mocorito, Sinaloa, y se le reconocía como uno de los miembros más fieles al Cártel de Sinaloa. Ninguna de las procuradurías ha referido la versión oficial de este homicidio. De acuerdo a la prensa local, el día de los hechos, llegaron a la escena del crimen los subprocuradores Martín Robles y Julio César Romanillo, quienes se negaron a dar información. Constructora ligada al narco, “favorecida” por Gobierno Federal La empresa Andamios Dalmine de México fue ligada al Cártel de Sinaloa por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en su más reciente designación de personas y compañías con bienes y cuentas bancarias congeladas en aquel país. Esta empresa es propiedad de Francisco Javier Gastélum Serrano, hermano de César Gastélum Serrano, identificado como uno de los principales proveedores de cocaína dentro del Cártel de Sinaloa. En diciembre de 2014, César Gastélum fue incluido en la lista que deriva de la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico (Kingpin Act) junto a sus hermanos Alfredo, Jaime y Guadalupe Candelario. A partir del 17 de febrero de 2015, el gobierno norteamericano incluyó al hermano restante, Francisco Javier, originario de Culiacán, Sinaloa. Ahora, a los ciudadanos estadounidenses, se les prohíbe participar en transacciones comerciales con éstos. Andamios Dalmine de México, sobre la cual existe esta reciente alerta, cuenta con 13 sucursales en la República Mexicana en ciudades como Tijuana, Culiacán y Mazatlán en Sinaloa, Ciudad de México y Cuernavaca, Morelos. También ha obtenido contratos con autoridades de las ciudades mencionadas y con el Gobierno Federal. Un caso. El 28 de agosto de 2012, el gobierno de Guadalajara, Jalisco, a través del Patronato Fiestas de Octubre, concedió un contrato a la empresa para “el apuntalamiento a base de estructura tubular del Auditorio Benito Juárez” en esa entidad. En ese contrato -cuya copia está en poder de ZETA-, Francisco Javier Gastélum Serrano aparece como apoderado legal y se compromete a iniciar los trabajos pactados a partir del 21 de septiembre y retirar su equipo el 6 de noviembre de 2012. Por ello, el hermano de uno de los principales distribuidores de cocaína en Centroamérica, recibió 113 mil 274 pesos en tres pagos. También, de acuerdo al Portal de Obligaciones de Transparencia, en total han sido siete las adjudicaciones directas que ha recibido del Gobierno Federal a través de dependencias como el IMSS, IINBA y FONATUR, además de la paraestatal CFE. Por ejemplo, el 24 de marzo de 2011, la compañía recibió una adjudicación directa por el Instituto Nacional de Bellas Artes para la renta de andamios de la obra “El Día Más Violento”, por un monto de 64 mil 760 pesos por los servicios prestados durante un mes. De ahí el contrato DRM/RESN-ANDAMIOS/27/11. Un año después, la empresa de Gastélum Serrano cobró 378 mil 171 pesos por “arrendamiento de escenario, gradas, torres de iluminación, cordones y desmontaje”, para el INBA. Previamente, en 2010, la firma había sido contratada por ese Instituto para un andamio en la fachada sur del Palacio de Bellas Artes, por un monto mayor a 86 mil pesos. Para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha realizado tres servicios en Sinaloa, Michoacán y Jalisco. La relación con la paraestatal inició en 2006, con un contrato para la válvulas y conexiones para tubería metálica en Jalisco por 13 mil 770 pesos. Ese mismo año, en la subgerencia regional de generación hidroeléctrica Occidente, localizada en Michoacán, Andamios Dalmine de México obtuvo un contrato para “juntas para bridas” por 13 mil 500 pesos. Pero el contrato más costoso ante la CFE, fue el signado en 2012 en Sinaloa, por 80 mil 582 pesos a cambio de “servicios de apoyo logístico” en la termoeléctrica Mazatlán II. Mientras que con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), la empresa fichada por el gobierno estadounidense consiguió un contrato por 13 mil 278 pesos a cambio de “cimbra metálica” en 2011. De acuerdo al Departamento del Tesoro de la Unión Americana, “Francisco Javier brinda apoyo fundamental a las actividades de narcotráfico de su hermano César, quien es un distribuidor importante de cocaína semanalmente a través de Honduras y Guatemala, a México”. Al presidente y en su momento apoderado legal de Andamios Dalmine de México se le señala de “supervisar los envíos de narcóticos” y de ser el “responsable del manejo de recolección de dinero de droga en nombre de sus hermanos”. El gobierno estadounidense señala además que “los almacenes de la empresa se han utilizado para almacenar narcóticos”. En Tijuana, la sucursal de la empresa se localiza en la colonia 20 de Noviembre, donde se dedica a la venta de cimbra metálica, torres de servicio, equipo para eventos y espectáculos y obra falsa de acero. ZETA habló con un representante de la empresa en la Ciudad de México, quien expuso: “No fuimos informados ni tenemos nada que decir” al respecto, pero añadió que el Área Jurídica revisaría el caso para emitir comentarios acerca de la decisión del Departamento del Tesoro por congelar sus bienes y dinero en Estados Unidos. Inés García