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domingo, abril 7, 2024
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Consejo

Hace muchos meses, pero muchos, que el Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California no se reúne. Los encuentros, consolidados en tiempos del gobernador José Guadalupe Osuna Millán y los del Comandante de la II Región Militar, Alfonso Duarte Mújica, reunían a todos los titulares de las corporaciones policíacas, de investigación, inteligencia, procuración de justicia, prevención y ministeriales, así como a los titulares de las áreas de salud, desarrollo social, económico y educación. También a delegados federales, presidentes municipales y representantes de los grupos organizados de la ciudadanía que tenían injerencia en temas relacionados con el desarrollo de la sociedad, la prevención y la seguridad. En ese entonces, la reunión de Consejo de Seguridad  era en instalaciones militares, pero la encabezaba el gobernador. Así se concibió y se lleva a la práctica -aun sin legislación- el Mando Único que hoy es modelo nacional. Era muy sencillo: el gobernador o su secretario de Gobierno iniciaban la reunión e iban pasando el micrófono a cada uno de los miembros del gabinete, alcaldes y delegados, para que expusieran ante todos, los esfuerzos y trabajos que estaban realizando para combatir la inseguridad producto del crimen organizado y el narcotráfico. Posteriormente eran los mandos de seguridad quienes informaban qué hacían y cuáles habían sido sus resultados. Ahí entraba el General con el informe de las supervisiones y acciones de los soldados. La reunión servía para coordinarse, ponerse de acuerdo, ayudarse y supervisarse unos a otros. Por ejemplo, si un alcalde no podía con los narcomenudistas de su ciudad o con los criminales, solicitaba públicamente en el pleno del Consejo, la presencia de elementos estatales preventivos, federales o militares, incluso marinos; ahí mismo acordaban cómo incrementarían la presencia de las Fuerzas Armadas en esa demarcación. La reunión incluía establecer pautas y planes para el combate a los narcotraficantes y criminales, abrir canales de comunicación directa para no saltarse unos a otros, o toparse en operaciones encubiertas. De paso, General y Gobernador ordenaban a sus subalternos encargados de la operación policíaca, ministerial, de investigación e inteligencia, reunirse en los siguientes días y una vez por semana, para coordinar acciones a seguir. En calidad de secretaria de acuerdo fungía la entonces delegada del CISEN, Edna Montoya. Pero desde hace mucho tiempo no hay una reunión de esa magnitud y esa coordinación. El secretario de Seguridad, Daniel de la Rosa, participante entonces de aquellos encuentros, promueve ahora con el gobernador Francisco Vega, instaurar una vez más las reuniones mensuales del Consejo Estatal de Seguridad Pública, dado que -dicen- las operativas sí se realizan aun en otras condiciones. El incremento en delitos “menores” y una tasa prácticamente fija de ejecuciones al año, dan cuenta que la descoordinación o la falta de acuerdos entre las instituciones, solo le abona al caos y a la impunidad. Las declaraciones de Alejandro Lares, el todavía secretario de Seguridad Pública en Tijuana, de una reestructuración de células que delinquieron para el Cártel Arellano Félix, son la segunda llamada de atención -después de las ejecuciones y los delitos cometidos contra la sociedad- y la alerta a reestablecer y educar al resto de las corporaciones en las reuniones del Consejo Estatal. Además, es la oportunidad que los líderes de sectores sociales y empresariales participen de las comunicaciones oficiales, para evitar enfrentamientos públicos a partir de la falta de información sobre estrategias, políticas y acciones para el combate a la inseguridad. También para que participen activamente y las propuestas que hacen en sus planes ciudadanos, sean integradas formalmente a los programas del gobierno y traducirlas en acciones para llevar menos inseguridad a las ciudades de Baja California. Las reuniones del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California deben ser convocadas por el gobernador, en este caso, Francisco Vega de Lamadrid, y coordinadas por el Comandante dela II Región Militar, Moisés García Ochoa, en instalaciones de la II Zona Militar del General Gabriel García Rincón. Los liderazgos en materia de coordinación institucional o con la ciudadanía, urgen. Ya es hora Gobernador, ya es tiempo, General.  


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