Al realizar a principios de año recorridos de vigilancia en el Área Natural protegida (ANP) Laguna Ojo de Liebre, Guerrero Negro, municipio de Mulegé, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) dio a conocer el hallazgo de 16 tortugas marinas muertas de la especie Prieta (Chelonia midas agassizii). La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) atribuyó la muerte a causas naturales, sin embargo, pese a la conjetura, investigan las profundidades del mar de la zona, utilizando termógrafos para determinar ciertos factores. “Mensualmente tomamos muestras de tortugas, tenemos un permiso de la Dirección de Vida Silvestre para hacer muestreo de tortugas vivas, se sacan, se marcan, se pesan, se miden y se vuelven a liberar; pero también hemos empezado a levantar información oceanográfica, sobre temperatura, salinidad, oxígeno disuelto en la laguna, para poder tener información complementaria”, explicó Benito Bermúdez, titular de CONANP Región Península Baja California. Especialistas asumen que la causa de muerte de los ejemplares pudiera ser hipotermia, causada por las bajas temperaturas y el ingreso de corrientes frías, pues a principios de 2014, también se encontraron muertas 17 tortugas marinas de la misma especie. Aunque los cuerpos estaban en avanzado estado de descomposición, autoridades determinaron que no tenían heridas provocadas por causas antropogénicas u otros animales. “En los siguientes días vamos a tener un resumen de la información oceanográfica, derivada de unos termógrafos que tenemos instalados dentro de la Laguna Ojo Liebre, para ver cuál ha sido el comportamiento de los parámetros físico-químicos en los últimos meses, y esto va a estar directamente relacionado para respaldar el comportamiento de la población de tortuga al interior de la laguna”, detalló el biólogo. Este fenómeno, común en la zona, afecta fuertemente a la pesca de ciertas especies, ya que “muchas veces está relacionado con el ingreso de masas de agua oceánica subsuperficiales que traen baja temperatura y bajas de oxígeno, eso en otras ocasiones ha traído consecuencias muy terribles para la pesca, ya que ha habido disminución en la captura de langosta y abulón en la zona”, lamentó Bermúdez. En breve se tendrán los primeros resultados del monitoreo realizado durante el último mes, donde se podrá determinar si es la temperatura, salinidad u otro factor físico-químico, y así emprender acciones en caso de que sea un elemento provocado por el hombre o el propio cambio climático.