En días pasados, Baja California Sur estuvo bajo los reflectores de todo el mundo, ya que en el municipio de Comondú acuatizó el Globo Aerostático de la misión ‘Two Eagles’, justo enfrente de la comunidad de Poza Grande. Aproximadamente a las 7 de la mañana, los dos pilotos Troy Bradley, de Estados Unidos, y Leonid Tiukhtyaev, de Rusia, tocaron los litorales sudcalifornianos, luego de viajar desde el otro lado del mundo en Japón, fueron 160 horas de vuelo y siete mil millas, poco más de 11 mil kilómetros de distancia. Lo que lo convierte en el viaje en globo más largo de la historia, así lo dijo Richard Barry del equipo logístico en tierra, “sabemos que están en buena salud porque ha sido un vuelo muy difícil y muy riesgoso. Éste es un trabajo difícil. Estos hombres han estado a muy alta altitud por muchos, muchos días, han estado con oxígeno para poder respirar, han enfrentado temperaturas de 50 grados bajo cero y en fin, ha sido un viaje difícil, sabemos que están agotados y cansados”, explicó Debido al mal tiempo que ha prevalecido en el Pacífico mexicano las últimas semanas, no pudieron descender en tierra, sino que maniobraron para caer al agua sin peligro alguno. A pesar de todo, dicho acuatizaje no estaba previsto, la ruta original era Japón-Alaska, y no terminar en México. Desde temprana hora las autoridades de Protección Civil municipal y estatal, estaban prevenidos para la llegada de la aeronave, desde Los Cabos, La Paz y Comondú. Leonid Tiukhtyaev, Piloto de origen ruso, comentó algunas de sus experiencias en este viaje a través del Pacífico, fueron “160 horas, fue difícil, extremadamente difícil. Lo más importante en este viaje, fue cuando pusimos el pie en este bote. Mi mensaje, hagan grandes compromisos, en verdad grandes compromisos y sea agradecido”, sostuvo. Los Tripulantes del “Paul”, un barco camaronero local, fueron testigos del acuatizaje y dieron ayuda inmediata a los intrépidos viajeros. De parte de una de las embarcaciones que acudieron al rescate, Ramón Ulises, detalló cómo fue que los encontraron a este par de pilotos extranjeros. “Estaban en la cápsula y de ahí se pasaron a la balsa y de ahí los subimos al barco. Utilizamos la boya salvavidas con un cabo y con él los fuimos jalando y ya les pusimos una escalera para que se subieran al barco”, apuntó el marinero. Por último la Marina Armada de México acudió al lugar para prestarles apoyo y servicio médico, ya que uno de los pilotos presentaba un grave cuadro de deshidratación y mareo. Abandonaron el lugar donde tocaron tierra en Puerto Adolfo López Mateos, para regresar a sus lugares de origen.