De Claudia Agatón poco o nada se sabía antes de que, por obra y gracia política de Fernando Castro Trenti, primero llegara a una diputación local en alianza con el Partido del Trabajo, y luego a la presidencia del Congreso Legislativo de Baja California. Bueno, eso y que en 2011, el mismísimo General Alfonso Duarte Mújica, cuando supervisaba inspecciones de rutina, le encontró a la señora Agatón y en su posesión en el auto, 100 mil pesos en efectivo. Era diputada y, dijo, el dinero tenía como destino el pago de facturas por productos y servicios a sus electores, y no hubo quien la investigara por no usar cheques -como manda Hacienda-. La señora concluyó su periodo como diputada local y -otra vez- por obra del ahora embajador en Argentina, la mantuvieron en la nómina legislativa en calidad de titular de comunicación social, donde se quejan diputados y extraños, ha hecho y deshecho, gastado y endeudado, sin ton ni son. Amén que por “problemas de salud”, no ha acudido a su oficina. Hace unas semanas, diputados le solicitaron la lista de medios contratados, las facturas pagadas, los convenios firmados y los anuncios publicados, y nada. Claudia Agatón no se presentó a la cita. En su lugar envió a un propio con filminas que no aclararon las dudas de los legisladores sobre adónde se estaba yendo el dinero destinado a la publicidad y promoción de su trabajo. A la cita informativa habían convocado luego que directores de medios se quejaron que les adeudaban por anuncios ya publicados. Cosa particular, de las deudas de comunicación social a medios, ninguna se encuentra en Ensenada. En el puerto, de donde es Agatón, todo se ha pagado, lo cual -aseguran- es parte de la campaña que la licenciada por el CUT ha emprendido para hacerse de opiniones favorables hacia ella y hacia el diputado Armando Reyes, también del PT, ahora que quieren hacer mancuerna: la primera para diputada local, el segundo para alcalde. Nada, pescadito. En el Congreso, la citarán de nueva cuenta en enero para que -ahora sí- presente las cuentas del presupuesto que gastó y las deudas que no cubrió.